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El popular "capitán Erosa" de Espita, después de hacer de todo un poco y dedicar parte de su tiempo a la política —como se recordará ha militado tanto en el PRI como en el PRD— y otro tanto a sus comercios, parece que por fin encontró la actividad a la que se dedicará de ahora en adelante: la sastrería.
Y es que entre diciembre del 2007 y enero del 2008 recibió de su amigo Liborio Vidal, entonces secretario de Política Comunitaria y Social y hoy candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al Primer Distrito Electoral, la nada despreciable suma de $760 mil por la confección de 10,000 chamarras que supuestamente se entregarían a beneficiarios del programa estatal Cobijar, tal y como se aprecia en las copias de los recibos sin número por $228,000 y $532,000 que anexamos para pronta referencia.
Hasta donde se tiene conocimiento, ésta es la primera ocasión en que el Sr. Erosa Correa emprende el negocio de la sastrería, y aparentemente lo inició con el pie derecho, pues un contrato para confeccionar tal cantidad de chamarras es, a todas luces, es un buen inventivo para dedicarse a ella.
Lo que resulta más increíble es que, con la prácticamente nula experiencia que el "capitán" tenía en ese oficio, haya podido entregar a la Secretaría de Política Comunitaria y Social las prendas solicitadas en menos de un mes, toda vez que entre la fecha del anticipo que recibió (21 de diciembre del 2007) y la fecha en que recibió el saldo (16 de enero del 2008), tan sólo transcurrieron 26 días, lo que implica que tuvo que elaborar 384 chamarras diariamente —incljyendo los domingos y los días festivos de esos meses como Navidad y Año Nuevo.
Hay quien con cierta malicia piensa, por tanto, que el Sr. Erosa Correa no ejerció —ni ejercerá— el oficio de sastre, sino que, como es su costumbre, hace "negocios" con todo lo que esté a su alcance. Así, dicen, muy probablemente mandó a elaborar las chamarras —si es que se hicieron, porque con eso de que hasta los muertos son beneficiarios de Cobijar, ya no se sabe— con alguien que supiera de eso, y él, únicamente, cobró una jugosa comisión por su "intermediación", comisión que probablemente también compartió con su amigo Liborio por tan buen negocio por él brindado.
Los que todavía creen en la bondad humana y en su naturaleza solidaria y bien intencionada, están esperando ver al "capitán Erosa" con su aguja, su hilo y su cinta métrica, como buen sastre que ahora es.