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TUZLA/BELGRADO, 28 de mayo.— Una joven alemana fue llevada por su madre a Bosnia, donde sufrió un auténtico martirio a manos de la familia de su padrastro. Ocho años tardaron las autoridades en liberarla.
“Como en una película de terror estadounidense”, comentaban ayer los diarios de Bosnia sin comprender lo ocurrido: tras un sufrimiento inimaginable, la joven alemana de 19 años fue encontrada hace 10 días en un bosque cerca del pueblo de Gojcin, en el noreste del país. Pesaba sólo 40 kilos y presentaba heridas por todo el cuerpo, dijo el sábado la fiscal general Gordana Tadic ante la prensa en Tuzla.
Christine S., la madre que presuntamente entregó a su hija de 11 años a una familia de sádicos. Según ella, nada es cierto y su hija vivía muy bien. (AFP)
Bettina ('Karla'), la jovencita sometida a tratos brutales en el bosque de Bosnia. (Foto proporcionada a DPA por un vecino).
La joven, llamada Karla (Bettina, según su madre), fue llevada hace ocho años por su progenitora alemana Christina a ese rincón abandonado de Bosnia, contó Admir Arnautovic, portavoz de la fiscalía. La madre se había casado con un bosnio, pese a que él seguía casado con su esposa bosnia. Christina S. abandonó a su hija con su padrastro, que junto con su primera mujer la torturó brutalmente.
La joven fue maltratada durante ocho años, herida con cuchillos y obligada a trabajar en el campo. La pareja bosnia fue detenida, y su víctima trasladada a una casa para mujeres en Tuzla, donde se recupera.
Aunque Bosnia tiene a sus espaldas una horrible guerra civil, los medios se mostraron ayer conmocionados por el horror de la historia. Los vecinos cuentan que la pequeña Karla no dormía en casa, sino en un establo para ganado y tuvo que comer comida para cerdos para no morir de hambre. Su padre le tiraba los perros, que también la dañaban.
Los vecinos aseguran que la joven también sufría regularmente abusos sexuales de numerosos hombres, aunque la fiscalía dijo que este aspecto aún no fue probado. Sin embargo, confirmó informaciones de medios de que Karla era tratada “como una esclava” a la que se prohibía cualquier contacto con el mundo exterior. Las heridas de muchos maltratos nunca podrán ser curadas con medicina. Posiblemente por puro sadismo Karla tenía que arrastrar, como si de un caballo se tratara, un carruaje entre 400 y 500 metros, mientras la pareja se divertía.
Miembros de la familia de salvajes sacan sus pertenencias de su casa. (AFP)
En este sitio pastoral torturaban y violaban a la adolescente. (DPA)
El caso fue descubierto por un vecino que ya había informado hacía años a las autoridades, pero éstas no habían podido encontrar a la joven, a la que habían ocultado en el sótano. Sólo actuaron cuando el vecino consiguió una foto de la chica. La joven fue encontrada en el bosque, donde la había vuelto a esconder su padrastro.
La madre, que todos estos años vivió en Alemania y Austria, lo sabía, pero calló... y ahora declaró el domingo a un reportero de la AFP que todo son mentiras y que todos vivían muy bien. La madre supuestamente llevó a otras tres jóvenes a los torturadores en Bosnia para casarlas con miembros de la familia y conseguir así permiso de residencia y trabajo en Alemania y Austria.