909 palabras
Dos estrella y media
Federico Wilder
"Harry Potter y el misterio del príncipe" ya es una de las cintas más taquilleras en la historia del cine. La saga del pequeño mago, de cicatriz en la frente y lentes redondos, ha logrado un carácter de culto y tiene millones de fanáticos alrededor del mundo. La sexta película, basada en las multivendidas novelas de J. K. Rowling, ha sobrepasado todas las expectativas comerciales de la Warner Brothers.
Harry Potter es una fábula sobre un niño brujo que debe hacer frente a Lord Voldemort, el hechicero oscuro más temido en el mundo mágico.
En "Harry Potter y el misterio del príncipe" el protagonista está entrando a la adolescencia y se prepara para el ansiado enfrentamiento final, al mismo tiempo que descubre un misterioso libro de pociones perteneciente a un antiguo estudiante llamado "Príncipe mestizo". La novela es, a juicio personal, una de las más interesantes de toda la saga. Una radiografía mental del gran antagonista: Voldemort. La trama novelada gira en torno a una tarea que Dumbledore -director de la escuela de magia- le encomienda a Harry: indagar en la psique de su enemigo a fin de encontrar la manera de derrotarlo. El libro interioriza en un personaje que solo aparece en los recuerdos de otros. Desgraciadamente esta resultó ser la peor adaptación que han hecho sobre una novela de Harry Potter.
Cuando se adapta siempre hay que hacer cambios para que el argumento funcione cinematográficamente. Pretender que la película sea igual al libro es una muestra inequívoca de ignorancia ociosa. Sin embargo, el guionista debe mantener la esencia narrativa y más aún si es una historia contada en 7 tomos. Para decidir qué eliminar y conservar se debe discernir sobre lo verdaderamente necesario para el entendimiento cabal de la trama. "Harry Potter y el misterio del príncipe" hace exactamente lo contrario, protege -y hasta agrega- escenas irrelevantes cuya única finalidad es aludir a la emotividad romántica de los espectadores. Eso no sería tan malo, a no ser que para mantener esas partes se eliminen otras fundamentales para lo que realmente importa: el enfrentamiento entre Harry y Voldemort.
Por citar un ejemplo, en el texto hay pasajes de extraordinaria riqueza narrativa como la historia de Mérope, la madre de Voldemort, una bruja oprimida por la tiranía de Sorvolo, su padre; y el machismo de Morfin, su hermano; todos descendientes de un linaje de magos cuya obsesión por mantener la sangre pura los llevó a prácticas endogámicas que degeneraron en problemas mentales asociados con locura y violencia. Mérope es un vínculo imprescindible para entender la existencia y malignidad de Voldemort. Además la subtrama ayuda a identificar la importancia de 2 objetos: el guardapelo de Mérope y el anillo de Sorvolo. Esos objetos serán significativos para Voldemort y necesarios para que Harry y Dumbledore puedan acabar con el villano.
Otros relatos quedan inconclusos y poco claros, como el valioso recuerdo del profesor Slughorn donde se explica el significado de los horrocruxes; o el funcionamiento del ropero transportador y la manera en que Draco Malfoy arregla el que existe en Hogwarts. Incluso hay momentos mal logrados que están muy por debajo de su fuerza novelística, como la escena del collar maldito que toca accidentalmente una alumna. Incluso el clímax en la torre de astronomía es un completo desastre; en el libro se luce por un desarrollo emocional preciso, pero David Yates la convierte en una escena confusa, parca y de final abrupto. El único momento de espectacularidad visual es la secuencia de la cueva donde los héroes luchan contra muertos vivientes para obtener uno de los horrocruxes.
Nunca se habla de la obsesión de Voldemort por coleccionar objetos vinculados con su pasado glorioso y con la historia de Hogwarts. Se elimina información referente a la copa Hufflepuff y a la destrucción del anillo a costa de la mano de Dumbledore. Aspectos fundamentales son enviados al caño. Tontamente, se le otorga más interés al despertar sexual de Potter y al romance entre Ron y Hermione. El tiempo en pantalla se satura de conflictos amorosos, pociones de amor, partidos de Quidditch, besitos y arrumacos. Voldemort y los horrocruxes son llevados al rincón, y como al público lo que pide, Hermione y Ron son prácticamente los protagonistas de la película. A pesar del gran carisma cinematográfico de Emma Watson y lo grato que es verla en pantalla, no dejo de reconocer que, narrativamente, el resultado final es sumamente lamentable. La historia más oscura y tenebrosa de la franquicia Potter es puesta de cabeza por malas decisiones fílmico-hormonales.