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El Secretario de Turismo, Juan José Martín, asegura a quien quiere escucharlo y creerle, que los días de Jorge Esma Bazán al frente de CULTUR están contados: “La Gobernadora me aseguró que, nada más pasando el 1 de agosto, Esma se va…”.
Malo, si el dicho del señor Martín es invento suyo, un infundio soltado para afectar la de por sí desgastada imagen de Esma Bazán. Pésimo, si el dicho es cierto y hace pública una decisión que la titular del Ejecutivo hizo a un subordinado de manera confidencial.
La duda sobre el origen y la veracidad del comentario del secretario Martín surge por la frivolidad y el poco profesionalismo como se llevan las cosas en el Gobierno de Yucatán. Frivolidad, chismorreo y “amarre de navajas”, que empiezan por la propia Gobernadora y su entorno más íntimo, y que se reproduce sin cortapisas entre todos los integrantes del equipo gubernamental.
Así las cosas, entre un grupo de funcionarios que se deben al favor de la “señora Gobernadora”; que no comparten visiones ni ideales; que no rinden cuentas ni están sujetos a evaluaciones reales y realistas. Todos, todos, buscan la cercanía a LA persona, sin importar el motivo ni la ocasión. Expresan el halago para ser reconocidos y para seguir siendo favorecidos. Todos, todos entienden la lealtad de una manera vertical, lineal, única; entre ellos se “dan de patadas”; entre iguales, todos tratan de eliminar “al otro”.
Así están las cosas en el Gobierno del Estado. Por eso se tienen resultados tan pobres. Por eso las AUDIENCIAS PÚBLICAS se han convertido en eje del Gobierno de la Nueva Mayoría.