(Es importante que quienes comenten acerca de lo expuesto en este artículo, tengan a bien leerlo completo; muchos comentarios vertidos obvian no haber leído ni 30% de la nota).

Ya están hablando de “fraude electoral” los de #yosoy132. Y esto sí que causa temor. Declararon que en esta ocasión no van a dejar que gane nadie que no sea López Obrador. Que tiene que ganar, que no es opcional.

Según todas las encuestas serias que hay por allá, Peña Nieto con el PRI y PVEM está en un muy alejado primer lugar, con 45% de intención de voto.

López Obrador vino de abajo: de 18% ha subido hasta 29.5%, aún 15.5% puntos por debajo del puntero.

Penosamente, Vázquez Mota se ha quedado muy abajo, con menos de 22%.

Las preferencias electorales o intención de voto, desde luego, están totalmente divorciadas de lo lógico. Reflejan una total falta de memoria del mexicano, además de una penosa propensión a decidir en base a la mercadotecnia, sin razonar. La imagen vendida a ese 30% que fluctuando puede hacer ganar a cualquiera, es la de una cara bonita, que efectivamente demostró no tener muchos activos en el cerebro —por lo menos en varias ocasiones— aunque, para ser honestos, en la entrevista en Tercer Grado se le vio ya facha del típico Tlatoani priista del siglo 20.

¿Qué pasaría si fuese necesario ir a una segunda vuelta? La suma de López con Vázquez da más de 50%. Pero, ¿a dónde se irían los de Vázquez en caso de una segunda ronda?

Una mayoría se iría con López, pero el resto se iría con Peña, lo mismo que los de Quadri. La victoria de Peña sería contundente. Así es el PRI.

De hecho, el PAN solo ha podido ganar porque existe el PRD, que se desprendió del PRI cuando ya no era posible darles gusto a todos dentro del partido. El PAN jamás ha sido escogido por más de 43% de votantes mexicanos. Y el PRI no llegará a más de 50% con 3 partidos porque existe el PRD. Si el PRD jamás se hubiese desprendido, el PAN jamás hubiese logrado ninguna presidencia: suma PRD+PRI siempre ha sido mayor que PAN solo, aún en 2000, con Fox.

La conclusión más fácil es que eso que significa el PAN —orden administrativo, disciplina financiera, productividad, respeto a la ley— no es lo que más les atrae a los mexicanos. Estos creen más en lo que permite transar, negociar, manipular. Todos quieren poder delinquir y que haya siempre alguna forma de librarse del castigo. Esto solo es posible en un sistema que tolere la delincuencia. Y el PRI prefiere delincuencia si le aseguran votos. Eso es todo.

El PRD es el ala izquierda de los mexicanos, con una tendencia a erradicar la corrupción, pero siempre tratando de ver cómo hacen más difícil que los negocios de la libre empresa prosperen. Consideran que los empresarios son potenciales enemigos del bienestar general. Es una visión equivocada, anticuada y poco práctica para generar riqueza, que es lo único que puede hacer que la pobreza realmente disminuya.

El empresariado mexicano tiene la mala costumbre, aprendida en la época de “oro” del PRI, de arreglar todo vía el proceso llamado “La Transa”. Dicen los empresarios que “El que no transa, no avanza”. Y así fue mucho tiempo durante el régimen de 71 años del PRI. Los “empresarios nacionalistas” se acostumbraron a que es así como las cosas se mueven más rápido.

Esto cambió sustancialmente —no fue erradicado— durante los 2 sexenios del PAN en el gobierno federal. También lo hemos notado en Yucatán y en Mérida, cuando ha gobernado el PAN. De hecho, el gobierno priista de Ivonne Ortega en Yucatán, y el de la priista Angélica Araujo en Mérida, demostraron en forma fehaciente y sin dejar una sola duda, cuál es la forma en que al PRI le gusta y “sabe gobernar”.

La propaganda escondida del priismo trató de venderle a la población mexicana la idea de que los panistas eran igual de corruptos que ellos mismos. Un análisis serio de estas afirmaciones tipo rumor, nos arrojaría que las cosas se manejaron en forma totalmente diferente, promoviendo que se cumpla la ley en vez de tratar de hacer que todos vengan y transen para que así se les puedan “bajar centavos o pesos” (mordida, para avanzar).

El engaño mediático, maiceado por el priismo, de 12 años de panismo, ya dio frutos: el resultado electoral del 1 de julio de 2012 es un regreso al PRI. ¿Y qué busca este regreso? ¿Qué les hace falta a los mexicanos hoy que antes sí tenían con el PRI? ¡Posibilidad de transa! Eso es lo más importante. Eso es lo que buscan, es lo que añoran —los que tienen memoria— y los nuevos, los jóvenes primerizos en votar, solo van a probar ver otro color gobernando porque no entienden ni remotamente cómo fue el México que ellos no han conocido.

Pero los de #yosoy132 no están de acuerdo y quieren que a huevo salga como presidente López Obrador. Son universitarios pero no entienden el método que se aplica cuando se levantan encuestas que coinciden entre sí. Son universitarios, pero están reprobados en estadísticas y cálculos de probabilidades.

Todas las encuestas están arrojando que no gana AMLO, pero ellos dicen que se va a hacer un fraude electoral “como el de 2006” —gran mentira, porque en el 2006 no se hizo fraude alguno— sino que fueron resultados muy estrechos, pero totalmente coincidentes con las encuestas de salida y el famoso conteo rápido.

Ya lograron llegar a ese 30%, cercano a ese 37.4% de 2006. ¿Por qué no pueden aceptar que democráticamente no son atractivos, en la forma idéntica que el PAN tampoco lo es? El PRI hoy es atractivo porque representa un “descanso” hacia el México con la transa posible, un mucho de flexibilidad en el manejo de la ley. Muchos empresarios están felices. Hasta que vean que así es muy difícil trabajar, como lo descubrieron en Yucatán, en donde unos cuantos “ganaron” lo que cientos perdieron, y millones pagarán por años.

Tendremos que ver cómo #yosoy132 demostrará que se hizo trampa. Los rebusques de los “científicos” de la izquierda llenarán los espacios de Youtube. ¿Por qué no hacen un simple muestreo aleatorio, extenso, de la coincidencia de las actas de 2006 con lo apuntado en la base de datos? ¿Por qué no solicitan las bases de datos y las estudian con sentencias SQL? Verán, después de hacer el estudio aleatorio, que lo que dicen las actas es lo que se anotó en el sistema. ¡Caray, qué terca puede ser la gente que se encapricha en algo que está sucediendo por sí mismo, y no porque alguna siniestra mano esté moviendo los dados!

11 de julio de 2012

Son muchos los comentarios de gente de Facebook que ha decidido dilapidarme. No los puedo dejar así.

Entristece que la calidad de las participaciones sea tan increíblemente baja. Yo estoy asumiendo que se trata de gente que ha pasado por lo menos por la escuela preparatoria. Eso hace muy difícil aceptar la tan baja calidad en la redacción, en la ortografía y en la simple construcción de sus frases y párrafos.

Pero lo más desastroso es la carencia de información. Solo podemos visualizar una catástrofe al final del camino si esta es la gente que se está preparando para liderar la sociedad.

Encuestas y Peña “Arriba”

En otros artículos, dentro de este mismo medio, he tenido a bien analizar el asunto de las encuestas. Es obvio que si todas las casas encuestadoras acabaron ridículamente equivocadas, ¡algo no está bien!

Pero, ¿en dónde está ese algo?

No basta con responder que todo es un complot. Así no resolvemos los problemas. Yo voy a suponer que no se trata de un complot, sino de un fenómeno social que estamos viviendo en México, ahora, en este momento en el camino del progreso democrático.

No es necesario ir a buscarle muy lejos: las casas encuestadoras se equivocaron al distribuir en forma proporcional a los indecisos. Sí, efecitavamente, lo honesto, lo correcto, debió haber sido siempre solo presentar los datos tal cual: porcentajes reales y agregar los indecisos como si se tratara de otro candidato. También se les olvidó reportar el porcentaje de rechazo a ser encuestados…

Tradición autoritaria

Si lo contrario de sistema democrático es un sistema autoritario, entonces en México, durante el “reinado” del PRI —todo el final del siglo 20— se vivió un régimen autoritario.

No hay que ir muy lejos. En Yucatán vivimos el contraste entre un gobierno estatal con gente de esa que participa en Ación Nacional en contraste con esa gente que participa pero originándose en el PRI. Y en Yucatán pudimos observar las distancias abismales entre unos políticos y otros.

No hubo bien entrado el gobierno priista de 2007 a funciones, y todo mundo comenzó a tener temor en lo que decía, en qué medio se anunciaba. Los medios comenzaron a “pedir permiso” a la autoridad para ver qué podían decir, qué no, cuándo, etc. Todas estas prácticas se habían acabado ya en Yucatán durante el régimen de Patricio Patrón Laviada. A este no le tenían miedo ni… —usted, imagínese lo que quiera.

Campaña totalitaria

Cuando el PRI de 2006-2007 comenzó a fraguar lo que quería que sucediera en 2012 —y que practicó perfectamente durante 2009— asumieron correctamente que su campaña debería ser permanente, concentrada en una figura única. Así lo hicieron y el resultado fue un increíble 38.5% a favor de ese candidato formado, palmo a palmo, vendiéndolo como el irremediable próximo presidente.

Muchos, por algún momento, pensamos que se trataba de una figura monumental, de un genio de algo: de la política, matemáticas, ajedrez, cultura literaria, física nuclear, negocios, combate a la pobreza, asuntos fiscales… En fin, algo. Pero ahora sabemos que se trata de una persona de carne y hueso muy promedio. Tan promedio como esos que colocan sus adjetivos huecos aquí, en los cientos de comentarios que tristemente han colocado, muchos de ellos plagados de faltas de ortografía, semántica, redacción y, desde luego, educación.

La cuestión es: ¿cómo podrían personas como Peña y los que aquí colocan comentarios entenderse? ¡Está claro que ninguno de los bandos tiene una remota idea de lo que trae para comunicar!

El Señor López

Por otro lado tenemos a la siguiente minoría de Mexicanos: los que buscan que el señor López Obrador —el político tabasqueño— sea quien gobierne México.

A pesar de todos los indicadores macroeconómicos visibles en México, pero además, reconocidos ampliamente por las personalidades internacionales, el señor López insiste en lamentar que México continúa convirtiéndose en un país cada vez más pobre.

Pero el Sr. López, en su plática con empresarios, no pudo llegar a un acuerdo que él aceptara y que los empresarios habían estudiado —algo que daría buenos resultados en impuestos para el gobierno, y buenos incentivos para hacer negocio e invertir en México. El Sr. López se negó. Se levantó de la mesa del diálogo lamentando que no se pudiese llegar a ningún acuerdo.

Si una persona viene y dice masivamente —a gente simple, de escasos recursos— que él tiene la fórmula para erradicar la pobreza e incrementar el bienestar para todos —empezando por los pobres— es muy lógico que va a ser fuertemente aplaudido por millones.

La Señora Vázquez Mota

Solo 25.6% de los mexicanos —1 de cada 4— habría querido ver a los del PAN, con Josefina Vázquez a la cabeza, gobernando el país.

Pero, ¿qué lógica tiene eso? ¿Son mexicanos los que hoy deciden? ¿Ya murieron todos los que estaban presentes cuando cada 6 años los gobiernos del PRI quebraban puntualmente al país?

La tragedia era la palabra devaluación. El valor del peso se iba esfumando hasta desaparecer totalmente. Entonces venía la debacle total y el país debería ser refundado al principio de cada sexenio presidencial.

Todo eso, ¿ya se les olvidó? ¿No lo recuerdan? Basta con analizar los indicadores que nos muestra el gobierno de Calderón:

1. 2 de cada 5 viviendas, financiadas este sexenio
2. 19 km de carreteras durante los 5.5 años de Calderón, cifra superior a la suma de 3 sexenios anteriores
3. Reserva internacional de México arriba de 157 mil millones de dólares (Calderón la recibió en 65 mmd y Fox en 22 mmd)
4. Línea de crédito automática por 75 mmd en el FMI
5. La tasa de desempleo más baja de todos los países de la OCDE, incluyendo Estados Unidos
6. Una inflación menor de 4% desde que el PAN está en el gobierno
7. Finanzas públicas con cero déficit y cero deuda “escondida”
8. Primera vez en la historia que se combate la ilegalidad frontalmente, en vez de transar con los criminales
9. Total respeto a libertades individuales y derechos humanos, siendo notoria la libertad real de expresión de que goza todo mundo

¿Por qué no se eligió nuevamente al PAN a través de su candidata? ¿Por qué cambiar un gobierno cuando Calderón ha sido —reconocido a nivel mundial— uno de los más completos estadistas de la época moderna?

Claro, los bollitos de pasión buscan “novedad” y continuar viendo los colores azul y blanco ¡ya fastidia! Entonces ¡vamos a cambiarle! ¿Por qué cambias una línea de acción que está jalando bien?

¿Idiota, estúpido, pendejo? ¡Así me dicen por tener esta opinión? Pero, baso la opinión en datos deseables —reales, comprobables, sustentables a nivel internacional— para cualquier país, para cualquier sociedad que no esté enferma de esquizofrenia colectiva, como parece estar pasando en México.

Peña Nieto ¡No!

Ese es el grito desesperado.

Y, la verdad, ¡pues no! Yo tampoco quiero a ese señor. Pero, estos tampoco quieren a quien yo quiero. Entonces, ¡esto es lo que sucede! 62% no queremos al que será, porque 38% solo entienden de telenovelas y de publicidad masiva; votan por la figura guapa, sin importar el contenido.

La situación es seria, pero el que esto escribe no es culpable de que los datos que proporciona sean así. Y esos datos me indican que quien debió haber sido electa por más de 55%, se llama Josefina Vázquez Mota.

También pudimos haber confiado en un señor de nombre Marcelo Ebrard, pero este fue colocado en segundo término porque el Sr. López quería, una vez más, lanzarse. Y cambió su lenguaje; y cambió muchas cosas de su ver y oírle. Pero él no cambió un ápice: es la misma persona, con las mismas convicciones.

No alcanzo a vislumbrar qué es más peligroso para México. Sí, estoy seguro, es muy peligroso que no estemos capacitados para entendernos, porque somos, tristemente, ¡una gigantesca bola de ignorantes!

Más sobre la elección y las encuestas

12 de julio de 2012

Además de todo lo expresado hasta ayer, hoy tenemos más información acerca de un muy interesante problema que surgió, como resultado de estimaciones —de buena voluntad— que no resultaron certeras.

El encuestador tiene un dato sobre el cual basa lo que los encuestados le responden: la proporción que declara que efectivamente sí irá a votar.

El problema es obvio cuando los que de verdad van a votar, son menos que los que declaran que irán.

Muchas de las encuestas publicaron intenciones de voto manifestadas entre muestras que declaraban que sí irían a votar en más de 80%, cuando la realidad es que, el día de la verdad, el día de la elección, solo acudieron a las urnas un poco más de 60%.

¿Cómo saber, entre los que sí votarían, cuáles serían a favor de cuál candidato?

Era imposible adivinarlo. Por lo tanto, no es eso lo que hicieron; sencillamente publicaron las intenciones de voto manifestadas por personas que finalmente ¡no fueron a votar!

El dato interesante aquí es que, de los que no fueron a votar, por los resultados finales, sabemos que había más a favor del candidato que quedó en primer lugar. Esto quiere decir que si la participación ciudadana hubiese rebasado esa proporción alcanzada, el primero lugar habría obtenido aún más votos.

Las encuestas no mintieron: mintieron los ciudadanos que dijeron que votarían y finalmente no fueron a votar. Eran a favor de Peña Nieto.