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Miércoles 4 de julio.- El virtual presidente electo, Enrique Peña Nieto, se encontrará con restricciones que lo limitarán como Jefe de Estado y sus promesas sobre reducir la violencia relacionada con los carteles de la droga irá a paso lento, afirmó la agencia de inteligencia Stratfor.
En su análisis “No existe una solución rápida a los carteles para el próximo Presidente de México”, detalla que el priísta nunca estableció un plan coherente para abatir al narco.
Peña se comprometió a continuar la reforma policial, aumentar el financiamiento a la Policía Federal y crear una fuerza de inteligencia pero, indica Stratfor, estas medidas no tienen impacto rápido en la disminución de la violencia.
La Armada capturó el 27 de junio a 'El Chilango', el principal sicario de Los Zetas en Veracruz. Enlace a No Quick Cartel Fix for Mexico's Next President.
“Se necesitará tiempo para poner fin a los conflictos”, explicó la consultoría y descartó las esperanzas del pueblo mexicano respecto de que el PRI traiga la calma que existía en la década de los 80, cuando los políticos se enriquecieron al garantizar el flujo de drogas.
Ello, en opinión de esta consultoría, porque la guerra contra del narcotráfico, principal motor de la violencia, no comenzó con la llegada del PAN al poder. “La escalaba abrupta de la violencia obligó al PAN a utilizar a los militares en ciudades como Juárez y Veracruz”.
Será muy difícil para cualquier Presidente mexicano reducir la violencia sin atacar a los grupos criminales de las calles y eso llevará tiempo. “Notoriamente, grupos violentos como Los Zetas y los Caballeros Templarios, quienes son muy poderosos, no pasarán fácilmente a voz baja”.
Nota Editorial.- Es fácil detectar y solo no lo ve quien de verdad se niega a aceptar los hechos, que la embestida mediática nacional durante todo el sexenio de Calderón para criticar su decisión de combatir frontalmente al narco, fue una campaña hueca, puramente política, desencadenada para bajarle a Calderón la posibilidad de consolidarse como presidente. Los hechos de este sexenio, sin embargo, progresivamente —y si la historia no se escribe por gamberros— le darán la razón en todos y cada uno de los actos de gobierno que llevó a cabo el panista-humanista entre el 1 de diciembre de 2006 y ese mismo día de 2012. Ahora vemos lo que ya sabíamos algunos —pero no muchos que fueron a votar el 1 de julio sin pasar el examen de conocimiento—: que Peña Nieto no tuvo, nunca, un plan diferente de lo que Calderón ya había comenzado a hacer. Franz J Fortuny