1109 palabras
2 estrellas
El tema de esta semana es el estreno G.I. Joe, el origen de Cobra —un blockbuster más del verano, carente de mayor significación que no sea vender boletos. Sin embargo, la historia detrás de esta franquicia es mucho más interesante que la propia película. El nombre G.I. Joe nace de un comic sobre militares creado por David Breger y publicado desde 1942. El nombre se popularizó en 1945 con la exitosa película The story of G.I. Joe. En ese tiempo eran muy exitosas las cintas bélicas que exaltaban la figura de los soldados americanos a fin de motivarlos moralmente en el campo de batalla —y de paso invitar a algunos jóvenes a enlistarse. Recordemos que en dicho año la Segunda Guerra Mundial estaba por concluir.
Inspirado en el filme, Stanley Welson ideó una línea de muñecos militares basados en los rústicos soldaditos de plástico. Como nunca pudo materializar el proyecto, vendió la idea a la empresa juguetera Hasbro. Sin embargo, la salida de los juguetes al mercado dilató hasta 1964. Las primeras 4 figuras eran un marinero, un soldado, un infante de marina y un piloto de la fuerza aérea, todos inspirados en la Segunda Guerra Mundial. En los 70 la guerra en Vietnam era muy impopular, así que Hasbro desvió el tema bélico de los muñecos y los convirtió en un equipo de aventureros que luchaban contra alienígenas. Introdujeron personajes ninjas que se volvieron atractivos para los niños. Para 1978, las figuras de acción se descontinuaron.
En 1982, gracias al auge de Star Wars y su asombrosa venta de merchandising, Hasbro decidió apostar nuevamente por los Joes. Esta vez, la compañía echó la casa por la ventana: importantes campañas publicitarias, dos series de caricaturas para televisión, un nuevo cómic publicado por Marvel y hasta una película animada. En esta etapa es cuando los personajes comienzan a desarrollarse y a adquirir personalidades propias. También se introduce la organización terrorista Cobra como los enemigos de este comando heroico. La gloria de G.I. Joe termina en 1994, cuando se dejan de fabricar las figuras.
De 1995 a 2008, la franquicia perdió fuerza pero se mantuvo a manera de juguetes especiales para coleccionistas, algunos para celebrar aniversarios. En 2002 y 2005 hubo intentos de regresar a los Joes al mercado masivo, pero no fue suficiente. Tal parece que 2009 significa el regreso de G.I. Joe a los grandes públicos: se estrena una película envuelta en gran mercadotecnia, se lanzan nuevos juguetes, Marvel reedita el cómic, se crea un videojuego para las actuales consolas y se anuncia una serie animada llamada G.I. Joe Resolute. Un regreso a los 80 que ya se venía sintiendo desde Transformers. Sólo faltan Los Thundercats y He-man.
Ahora pasemos al tema que más nos interesa: la película. G.I. Joe, el origen de Cobra nos relata como Duke —el típico héroe de acción— se integra al seleccionado comando que da título al filme. En sus aventuras, Duke es acompañado por Ripcord, su mejor amigo, que también formará filas con los Joes. La trama gira en torno a un poderoso y sofisticado armamento que dará gran poder a quien lo posea. Como es previsible, el malvado comando Cobra intenta apoderarse del arma y los protagonistas deberán detenerlos.
¡Ay caray, qué pena con los fans! G.I. Joe. el origen de Cobra no alcanza muy altas cotas cinematográficas. Para empezar, su guión no es brillante: complica demasiado un argumento que pudo optar por mayor sencillez. Hay un exceso de información a modo de flashbacks que buscan integrar —más bien forzar— una historia que en el fondo es muy simple. Se añade una relación amorosa entre Duke y La Baronesa —una integrante de Cobra. Eso funciona muy bien. Lo que no marcha es el resto de relaciones enrevesadas entre personajes: van desde el parentesco y los negocios hasta el control mental. Es una simple película de acción, ¿para qué enredar tanto el asunto?
Por otra parte, desarrolla intencionalmente un sin fin de clichés propios del cine de acción, algunos de los cuales provocan más daño que beneficio, especialmente ese tono cómico irritante que le dan a Ripcord. Su tercer defecto es la disparidad en los efectos especiales. Hay momentos en que se ven muy bien y otros de excesiva falsedad digital. El director es Stephen Sommers responsable de La momia. De hecho creo que gran parte del elenco de su famosa película también aparece en esta, incluido Brendan Fraser.
De esta propuesta de consumo veraniego rescataría 2 secuencias de acción que me parecieron sensacionales: cuando Cobra ataca los tanques del ejército para robar el armamento y la batalla en París donde la Torre Eiffell se cae a pedazos. Son buenísimas. Especialmente la segunda, por su encadenamiento rítmico de acciones y escenarios. Si el filme termina medio sosteniéndose es en gran medida por sus villanos. El comando Cobra se roba la película pues sus integrantes están representados con gran magnetismo, sobre todo "La baronesa" y el perverso ninja "Storm Shadow".
Bueno, hasta el Comandante Cobra es opacado por sus propios lacayos. A salvedad de ese par de momentos y de sus atractivos antagonistas El origen de Cobra no tiene mucho que ofrecerle. Pero la mejor opinión la tiene usted.
Esta semana se estrenan películas muy malas, como La tierra perdida. Lo único recomendable es la cinta rusa Exorcismo. Cabe aclarar que no es una película de horror, sino un drama sobre un padre y una joven aparentemente poseída.