Sábado 29 de septiembre.- Maria Shriver esperó justo al día después de que su marido dejara la oficina del gobernador de California para prepararle una pequeña encerrona y citarle en la consulta de una psicóloga especializada en terapias de parejas. “No había acabado de sentarme cuando la terapeuta me dijo: 'Maria quería estar hoy aquí para preguntarte por un niño, para saber si tuviste un hijo con vuestra asistenta Mildred”.

Puede que ningún papel haya sido tan difícil para el actor reconvertido en político, Arnold Schwarzenegger, como el que aquella mañana del 4 de enero de 2011 tuvo que representar frente a la que en breve dejaría de ser su esposa. Optó por no interpretar más y asumir la responsabilidad de sus actos. “Le dije a la terapeuta: es verdad”.

Postrado ante sus pies –lo cuenta él mismo-, Schawarzenegger comenzó a implorar a su mujer, a expresarle su amor, a decirle que era “la esposa perfecta”, que "todavía la deseaba”; y a admitir que la había “fastidiado”. No sirvió de nada. Maria solo quería confirmación de lo que hacía años que sospechaba para poder cerrar página y divorciarse del actor de Terminator y su marido durante un cuarto de siglo.

En un acto de contrición con beneficios económicos, Schwarzenegger, de 65 años, decidió tras su separación contarlo todo en un libro que saldrá a la venta el lunes 1 de octubre. Parafraseando a una de sus películas más famosas y sin un solo gramo de modestia, el libro se titula Total Recall: My Unbelievably True Life Story. En España se publicará el 9 de octubre con el título Desafío total: mi increíble historia (Martínez Roca).

En una entrevista que se emite en el programa de CBS 60 Minutes, el político republicano confiesa que su determinación por escribir sus memorias estuvo motivada por el hecho de que quería confesar sus “fallos” –a la vez que su “exitosa y multifacética carrera”-. Preguntado por si Maria había leído sus memorias, el actor admitió que no, que no lo había hecho pero que era consciente de que ella sabía lo que se puede esperar del libro. “Ella sabe que se trata de toda mi vida y que no podía escribir mis memorias y dejar fuera eso, la gente se preguntaría: ‘¿Nos da un libro sobre sus éxitos y no habla de sus fracasos?’ Ese no es el libro que yo quería escribir”.

Schwarzenegger escribe que durante años intentó convencerse a sí mismo de que el marido de Baena era el padre de aquel niño, Joseph, pero que con el correr del tiempo el chaval se convirtió en una copia casi exacta del padre: de él. “Me di cuenta de que no había duda y de que era mi hijo”, admite el actor sobre el fruto de su relación con su empleada en el verano de 1996, mientras la familia Schwarzenegger estaba fuera de la ciudad y el actor se quedó para grabar la película Batman y Robin.

Gobernator admite ahora en sus memorias haber mantenido la aventura con Baena y el hijo en secreto porque quería evitar la vergüenza y porque no tenía coraje para enfrentarse a su familia política, los Kennedy, ya que Maria Shriver es sobrina de John F. Kennedy.

“Yo no fui engendrada para mirar hacia otro lado”, declaró segura de sí misma Shriver cuando fue entrevistada por Oprah Winfrey años atrás con motivo de las acusaciones de infidelidad que ya surgían en torno al gobernador. (EL PAÍS)