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“Nunca debemos permitir que, bajo una supuesta búsqueda de la transparencia y rendición de cuentas, los grupos negativos y conflictivos, que quieren sembrar divisiones, conviertan la fiscalización ciudadana en instrumento político o de revancha partidista”, declaró con total desparpajo la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco ante los contralores de todos los estados del país y ante el mismo Auditor Superior de la Federación, Arturo González de Aragón.
Dicen que la ignorancia confiere seguridad y, en verdad, se necesita ser ignorante contumaz para decir lo que dijo Miss Ortega; pero se requiere, también, tener cabeza de corcho para decirlo ante quienes lo dijo.
Mire usté que afirmar que la fiscalización ciudadana (del ejercicio público) no debe ser convertido en instrumento político. ¡¡Pero si es eso, precisamente: el instrumento político por excelencia, al alcance de la ciudadanía para obligar a sus “representantes” a rendirles cuentas!!
Con las aseveraciones de la Gobernadora yucateca se deja en evidencia que los contralores y las contralorías estatales no están para salvaguardar el buen uso de los recursos públicos sino para TAPAR los excesos y los desvíos que cometan los funcionarios, en particular los y las gobernadoras.
Y si tomamos el argumento de Miss Ortega a partir de su conclusión, se infiere entonces que el manejo inescrupuloso de recursos es lo que impera, pues hacer pública la información gubernamental daría pie a los ataques partidistas. Si Miss Ortega no fuera tan, pero tan, ignorante, en su corta cuanto azarosa vida ya habría escuchado y aprendido aquello de “quien nada debe nada teme”…