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La noche estuvo de emoción, pero todo coincidió con las encuestas, tanto las de salida como las encuestas que varios medios habían estado publicando desde hacía varios días.
De hecho, no hubo una sola encuesta que estuviese más de 1% alejada de los resultados finales.
En un panel de analistas, solo uno se fue para arriba dándole la victoria a Romney: los otros 6 se fueron, todos ellos, muy arriba a favor de Obama. Aunque la noche no ha terminado, es poco factible que los estados que faltan (Florida es de los que más votos electorales proporciona) le den muchos votos a Romney: más bien va la cosa por Obama. En Florida es el voto femenino el que está siendo decisivo. En Ohio fueron los votos de raza negra y de raza mestiza mexicana los que le dieron el gane a Obama. Los de raza blanca votaron, casi en masa, a favor del republicano.
Al principio las cosas no se veían tan fáciles.
Si no habías estado siguiendo las encuestas, las cifras entre el cuadro de arriba y el de abajo te hubiesen empujado a pensar que Obama podría perder. En USA ya aprendieron a hacer encuestas. En México posiblemente las casas encuestadoras las sepan hacer, siempre y cuando no sean los periodistas o los comunicadores de los medios los que adopten la responsabilidad de interpretarlas.
Incluso al avanzar los primero cómputos de la noche, la cosa tampoco se veía decidida.
Cuando el cuadro de abajo surgió —ya era irreversible la victoria de Obama— los del bando contrario comenzaron a pedir un recuento. Quizás sea porque eso mismo pidió Al Gore unos años antes sobre el mismo Ohio.
La cuestión se decidió a las 10:26 hora central: ya tenía Obama más de los 271 votos electorales que requería. Fue Ohio el que envió el mensaje que lo colocó en la victoria.
El resultado en votos electorales y populares, al cerrar esta nota es como se ve en el cuadro de abajo:
Ya avanzados los recuentos y faltando solo 3% para cerrar Florida, Obama se lleva casi 2.5 millones más de votos individuales («voto popular») haciendo así su victoria sobre Romney mucho más completa que lo fue la de Bush sobre Gore, por ejemplo.