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ANKARA, 11 de noviembre.- Diecisiete turcos (14 soldados, dos pilotos y n técnico) murieron ayer al estrellarse un helicóptero militar en las montañas de Siirt, en el sureste de Turquía, por causas aún desconocidas.
Un comunicado de las Fuerzas Armadas, difundido a través de la web de este organismo, precisa que el incidente tuvo lugar a las 05:45 horas (GMT) en el municipio de Pervari.
"Se ha iniciado una investigación para determinar las causas del accidente y se comunicará el resultado", añade la nota.
El helicóptero, un Skorsky S-70, transportaba a 14 especialistas de la gendarmería con sus armas, además de dos pilotos y un técnico, asegura el diario turco Hürriyet en su edición digital.
Helicóptero militar turco en la provincia de Hakkari en junio. (AFP)
El citado diario publica fotografías del lugar del accidente, en la provincia de Siirt, y asegura que la aeronave chocó contra una pared rocosa del monte Herekol, cuya cumbre supera los dos mil 900 metros.
Bekir Bozdag, viceprimer ministro turco, declaró al mismo diario que "el tiempo era muy lluvioso y había niebla" , pero que "aún continúa la investigación" sobre las causas del accidente, mientras que el gobernador de Siirt, Ahmet Aydin, lo atribuyó "en un cien por cien a la niebla". "No ha sido un ataque", afirmó.
El monte Herekol, situado entre las provincias de Siirt, Sirnak y Van, es escenario frecuente de combates entre el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) y el ejército.
La agencia Firat, cercana al PKK, tampoco atribuye el incidente a la guerrilla, pero afirma que ésta ha derribado dos helicópteros en julio y uno en octubre, un extremo negado por las Fuerzas Armadas turcas, que hablan únicamente de "accidentes".
El Ejército admite la caída de una aeronave el 22 de julio, con 5 muertos y 8 heridos, en Hakkari, y otra en Lice (Diyarbakir) el 11 de octubre, con un muerto y siete heridos.
El presidente turco, Abdullah Gül, mencionó en su discurso televisado con motivo del 74º aniversario de la muerte del fundador de la república de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, que los 17 fallecidos "acudían a ayudar a sus amigos bajo condiciones climáticas muy adversas".
Pero no especificó si su destino se hallaba cerca o si se dirigían a la vecina provincia de Hakkari, donde una operación militar, iniciada el miércoles, ha causado hasta ahora la muerte de 41 guerrilleros, según datos oficiales, y un soldado.
El mes pasado, las Fuerzas Armadas turcas anunciaron que iban a empezar a realizar traslados de tropas por vía aérea, dados los numerosos y mortíferos ataques del PKK contra autobuses y vehículos que transportan a tropas en el sureste del país.
Un acuerdo firmado con Turkish Airlines prevé que los soldados de permiso puedan viajar gratis en vuelos comerciales para evitar el riesgo de transitar por carretera.
Más de 120 soldados y policías han muerto este año en combates y ataques con minas, junto a más de 600 guerrilleros, según cifras oficiales.
A los combates se añade la enorme tensión social creada por la huelga de hambre de unos 700 presos kurdos, muchos de ellos en prisión preventiva, que piden el derecho a defenderse en los tribunales en su lengua materna, el kurdo, muy distinto del turco.
El Ministerio de Justicia ha prometido someter a debate parlamentario en los próximos días un borrador que reconozca este derecho.
Pero el Gobierno no ha movido ficha en las otras dos exigencias de los presos: la introducción del kurdo en la enseñanza primaria y el fin del régimen de aislamiento del fundador del PKK, Abdullah Öcalan, preso desde 1999.
El lunes pasado, el PKK anunció que 10 mil presos más se iban a sumar a la huelga de hambre, extremo no confirmado por el Gobierno.
Hoy, el alcalde de Diyarbakir, Osman Baydemir y varios otros políticos del partido prokurdo Paz y Democracia (BDP) se han sumado a la huelga, en la que ya participan ahora 7 diputados.
La copresidenta del BDP, Gültan Kisanak, ha advertido de que, al cumplirse 60 días de huelga de hambre, 384 participantes "corren un grave riesgo de salud". (EFE)