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El 1 de septiembre de 2006 lanzaron dos granadas —que anunciaron ser de fragmentación— en el vestíbulo del rotativo "Por Esto!", un diario considerado por la mayoría de los ciudadanos de la Península de Yucatán como de "escasa a nula credibilidad" en lo que se refiere a asuntos regionales. Su director, Mario Renato Menéndez Rodríguez, demandó de inmediato que estaba siendo víctima de represión del gobierno de extracción panista. Acusó a Patricio Patrón Laviada de ser el responsable de los ataques. Un tipo de historia muy conocido por él desde los tiempos de la guerra sucia, en los años 69 y 70 del siglo pasado.
De las dos granadas lanzadas, una de ellas explotó. La otra sería posteriormente desactivada por elementos del Ejercito.
La que explotó afortunadamente no causó víctimas humanas a pesar de haber sido detonada en un lugar de mucho movimiento de personal del rotativo (proveedores y clientes). Ninguna persona se encontraba en esos momentos, a pesar de ser una hora que regularmente es de mucho movimiento en los periódicos. El artefacto provocó ligeros daños materiales: rotura de una puerta de cristal —cuya estructura permaneció intacta— destrozos en un viejo escritorio y la descompostura de un reloj checador —mismo que quedó marcando la hora del "atentado" las 7:25 a.m. Tres personas que se encontraban relativamente cerca sufrieron raspones por los cristales que se rompieron.
Una semana antes, el 23 de agosto de 2006, en la sucursal del Por Esto! en Quintana Roo, había sucedido exactamente lo mismo. Dos granadas de fragmentación estallaron a las puertas del edificio sin causar pérdida de vidas humanas o daños materiales. Dos días antes, el vehículo del reportero Jaime Vargas fue incendiado: le arrojaron una "bomba molotov".
El actual director de Pesca de la Secretaría de Fomento Agropecuario y Pesquero del Gobierno del Estado de Yucatán, Ricardo Delfín Quezada Domínguez, fue detenido por elementos del grupo Goera de la policía del Estado como el principal sospechoso.
Delfín Quezada, quién fue director de la Facultad de Antropología (UADY) fue detenido cuando huía en un taxi después de abandonar una camioneta de cama en las cercanías de la estación de camiones ADO. La detención ocurrió cuando la policía interceptó el taxi a unos metros de la Glorieta a Hidalgo, enfrente del Hospital Juárez, diez minutos después de que se perpetrara el supuesto ataque al diario "Por Esto!". La camioneta abandonada correspondía a la que fue descrita por testigos que se encontraban cerca de las oficinas del rotativo. Los testigos declararon que vieron descender de la camioneta a dos personas que entraron a esas oficinas y que posteriormente salieron corriendo, momento en que se oyó una fuerte explosión.
La camioneta Ford Explorer modelo 2002, con placas de circulación YWF 34 31 perteneciente al Estado de Yucatán —de la cual varios testigos vieron descender a Delfín Quezada (actual director de pesca del Gobierno del Estado)— resultó que era robada.
Delfín Quezada sorprendió a los elementos del grupo Goera al ser detenido cuando se identificó como corresponsal y articulista del periódico "Por Esto!". Eso reforzaría la hipótesis del autoatentado.
Dos días después del autoatentado, el entonces delegado de la PGR en el Estado, Nicolás Hernández Mendoza, en forma sorpresiva y sin tomar en cuenta las declaraciones de los testigos, sin efectuar investigación alguna de los hechos, dejó en libertad a Delfín Quezada.
El 3 de agosto de 2007, un año después del autoatentado, el delegado de la PGR y amigo de Mario Renato Menéndez, Nicolás Hernández fue enviado como delegado de la PGR al Estado de Quintana Roo.
Nicolás Hernández Mendoza fue detenido a principios del mes de septiembre de 2009, a petición de la SIEDO, por colaborar y brindar protección a la organización criminal de Beltrán Leyva y al Cartel del Golfo que opera en Quintana Roo.
Investigaciones hechas por Artículo 7, arrojan que la realidad fue que el seudo ataque o autoatentado tenía la intensión de empañar al gobierno de Patricio Patrón Laviada. No tenía intensión alguna de dañar o atentar contra la vida de personas. Era evidente que el hecho repercutiría en la opinión pública y que serviría como publicidad en papel de "víctima del régimen" para el "Por Esto!".
Por declaraciones de elementos del ejército mexicano —estuvieron presentes el día de los hechos— se deduce que no se detonó una granada de fragmentación. De haber sido así, habría acabado con la vida de los guardias de seguridad que se encontraban cerca del lugar de la detonación.
Según soldados del ejercito, entrenados para reconocer cualquier tipo de granada y que vieron una de las dos granadas que no explotó, se trataba de "granadas acústicas". Son artefactos diseñados para tomar por asalto un lugar sin causar bajas humanas. Este hecho refuerza la teoría del autoatentado.
En archivos de la Secretaría de Gobernación aparece que el 17 de septiembre de 1969 bombas de fabricación casera fueron detonadas en las afueras de los edificios de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y en los diarios Excélsior, Ovaciones y El Heraldo de México. Más tarde estallaron bombas en la Secretaría de Gobernación, Televicentro, La Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, en las oficinas del Sol de México y en el de la Revista ¿Por qué?, propiedad de nada más ni nada menos que ¡Mario Renato Menéndez Rodríguez!
Las explosiones no causaron víctima alguna, excepto algunas lesiones superficiales a dos empleados de El Sol de México, producidas por las roturas de los cristales. Más que daños materiales fueron de índole psicológica los que impactaron en la sociedad. La intensión era influir en la opinión pública, buscando un "gran impacto social".
Cinco meses después comienzan a desenredarse los hilos de la trama: el 9 de febrero de 1970 explotó otra bomba en las oficinas del Partido Acción Nacional. Dos días después de este atentado, la Policía Judicial Federal localiza un local de reparación de radios y televisores en el que eran fabricadas las bombas de "niple". El propietario, Ramón Campos Robles, muere a la hora de su detención. Él detonó una bomba que tenía sobre su mesa de reparación al verse descubierto por la policía.
Bastó investigar las amistades y relaciones de Campos Robles para penetrar en el corazón de la banda terrorista. Entre los integrantes más destacados se encontraba Ignacio González Ramírez.
Al detener a Ignacio González se encontraron cartuchos de dinamita y una bomba igual a las usadas en los atentados.
En su declaración ante la PGR dijo que durante el conflicto estudiantil cooperó con la revista ¿Por qué?, como uno de los que ayudaban en la distribución y venta de la misma. Había tratado y hecho amistad con Mario Renato Menéndez Rodríguez, director y gerente de la revista.
Con la declaración de González Ramírez surgió la verdad de los hechos. La revista ¿Por qué? —que se creía había sido víctima de un atentado— en realidad se había autoatentado. Continurá. A7