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El drama de la identidad sexual
Por Federico Wilder
El documental es un género que a muchos les causa desconfianza, porque se asocia, erróneamente, con algo meramente informativo y por ende aburrido. Quienes piensan eso es porque se han quedado con la vieja idea del documental televisivo, como aquellos que difundía el RTC. Si se permitieran acercarse a este tipo de cine, quedarían maravillados con las historias tan increíbles y bien narradas que pueden encontrarse.
Todo esto viene a colación porque este viernes se estrena en Mérida el documental Ser y no ser realizado por Oscar Serrano Zermeño, un cineasta recién egresado del CUEC. De él ya había podido ver un cortometraje titulado Sobre tierra y ahora, con este documental, me queda claro que este joven tiene talento.
El filme nos cuenta la historia de Raúl García Santinelli, un hombre que —ahora lo podemos saber con certeza— nació "atrapado" en el cuerpo de una mujer. Es un recorrido testimonial por todo el viacrucis sufrido por Raúl para solucionar su padecimiento: dismorfia de género, una discordancia entre mente y cuerpo con respecto al género. Un paciente con dismorfia nace físicamente con el sexo "equivocado": mentalmente se reconoce a sí mismo como lo opuesto. No es igual al homosexualismo: el homosexual no siente rechazo por su anatomía, simplemente su sexualidad se orienta hacia personas del mismo sexo. La dismorfia de género es nacer hombre pero dentro de un cuerpo femenino o mujer dentro de un cuerpo masculino. Uno puede intuir que se trata de un problema en extremo angustiante. La única solución es a través de intervenciones quirúrgicas para cambiar el sexo físico y dejarlo finalmente concordante con el mental.
La historia de Raúl se desarrolla en la Mérida de los años 60. Eso le da un carácter especial al relato. Si aún en nuestros días la sociedad meridana es bastante prejuiciosa y cerrada, imaginemos el panorama social hace 40 años. Pero Raúl amaba Mérida y no quería dejarla: hubo de hacerle frente para defender su identidad y su derecho a ser. La historia de García Santinelli es contada a través del recuerdo de sus amigos, familiares, ex esposa, doctores y, principalmente, de su última esposa, Ana Cristina Barbachano Herrero.
El documental es asombroso en su construcción narrativa. La responsable de ello es la surcoreana Eun-Hee Ihm, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica, ganadora del Ariel por el documental Ser Isla y autora del corto Una receta roja para cocinar crustáceos (2007). Ihm consigue una edición que da un ritmo preciso a todo el entramado de declaraciones en torno a la vida de García Santinelli. Hay un equilibrio muy interesante entre lo informativo y lo emocional; por un lado es un ensayo muy completo sobre la disformia de género y por otro es una intensa historia de un ser dispuesto a todo para ser fiel a sí mismo. El relato está armado por diferentes capítulos: su infancia, la relación con sus padres, la lucha en los quirófanos, su gran amor por Cristina —siendo niña y luego siendo hombre— y su vida marital. Todo lleva un desarrollo narrativo sumamente claro, donde cada entrevista es complementada por la siguiente y todas en conjunto logran una unidad que da un retrato muy completo de este gran personaje.
Algo que realmente agradará de esta película es la manera tan cuidadosa en que evita caer en excesos. No es morbosa, pero sí resuelve las dudas que alguien pudiera haber tenido al ir a verla por morbo. Aclara y explica las diferentes operaciones de cambio de sexo, incluyendo el tema del funcionamiento sexual del individuo después de la operación. No es "sentimentaloide" o lastimera y sin embargo, logra tocar el lado emocional desde la perspectiva de la sutileza y la honestidad. Además tiene un gran valor como documental: la diversidad de puntos de vista sobre el mismo tema, lo que la engrandece. Perspectivas religiosas, médicas, sociales, éticas y psicológicas son integradas con precisión en un montaje que toma al espectador desde sus primeras imágenes y no lo suelta.
La producción corre a cargo de la propia Ana Cristina Barbachano, como una forma de rendir tributo a la memoria de su esposo. A través del cine, Ana Cristina lo inmortaliza, pues las entrevistas son el reflejo de la huella imborrable que dejó entre quienes pudieron conocerle. En una entrevista a propósito de la película, la Sra. Barbachano declaraba que nunca conoció del todo a su esposo. La película me dice lo contrario: creo que en realidad sí lo conoció, pues lo que García Santinelli quería era dejar el pasado atrás y comenzar, desde cero, la vida que siempre quiso al lado de Cristina. La parte que no conoció de él, en todo caso, no importa en lo mínimo, porque es la parte que, a final de cuentas, no era Raúl.
La cinta, rodada en video digital y transferida a 35mm, estará disponible en cartelera a partir de este viernes 4 de diciembre. Vale mucho la pena verla, y no sólo para los interesados en el tema. Este filme formó parte del pasado Festival de cine de Morelia y no puede dejarlo pasar. Es un documental que dará mucho de qué hablar, porque tiene la virtud de retratar lo mejor y lo peor de la sociedad yucateca. Un buen pretexto para reflexionar, abrir corazones, pero sobre todo, abrir las mentes y entender de una vez por todas que la realidad y la naturaleza no son tan esquemáticas como nos lo han hecho creer.