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Una estrellaDecepcionante es el mejor adjetivo para "Avatar", la nueva película de James Cameron. Tantos dólares invertidos en publicidad y estrategias de marketing dieron el resultado buscado: hacernos consumir un producto mediocre disfrazado de espectacularidad digital. Esto de las imágenes por computadora ya comienza a hartarme. ¿A dónde va Hollywood con estos abusos tecnológicos? ¿Por qué se han vuelto lo más importante de una producción? ¿En verdad son necesarias? ¿Donde quedaron las neuronas de los guionistas?
La historia se sitúa en un futuro hipotético donde los seres humanos intentan apoderarse de un valioso mineral ubicado en un planeta habitado por una raza llamada Na'vi. Estos seres viven en armonía con la naturaleza y consideran sagrado a un gran árbol que está justo encima del mayor yacimiento de ese mineral.
Los humanos utilizan una tecnología llamada avatar para controlar a distancia cuerpos Na'vi. El objetivo es infiltrarse entre los alienígenas y convencerlos de permitir que los humanos destruyan su mundo. En esta misión aparece el chico bueno del filme, Jack Sully, un ex marine en silla de ruedas que, controlando a un cuerpo Na'vi, logra ganarse la confianza de estos seres. Allí conoce a la Princesa Na'vi, comprometida con un guerrero que le hará la vida imposible a Jack o más bien a su cuerpo virtual.
"Avatar" no es más que un exceso de animaciones sostenidas por un endeble guión que peca de ingenuidad hollywoodense. Más que una película, parece un videojuego, pero hasta en la Playstation he visto mejores argumentos que este. Técnicamente las imágenes lucen muy espectaculares en las escenas de naves y batallas, pero cuando aparecen los cuerpos na'vis se vuelven falsas. Creo que Cameron debió optar por hacer este filme totalmente animado y dejarse de tanto holograma. Entre los actores que participan en este descalabro figuran Sigourney Weaver y la siempre masculina Michelle Rodríguez.
El gran pecado de "Avatar" es la extrema obviedad de su historia. En menos de 20 minutos uno ya sabe exactamente todo lo que va a ocurrir. No son necesarios los poderes de Walter Mercado o de Giovannita para predecir el desenlace, hemos visto tantas películas tan parecidas que todo es fácil de adivinar. No existe un solo giro sorpresivo y, considerando que es una cinta de más de horas y media, esto se vuelve inhumano.
Es obvio que Jack se va a enamorar de la princesa, así como que ella va a romper su compromiso por el héroe. Y es más que evidente cual será el bando final que tome el protagonista en la también previsible guerra entre humanos y na'vis. ¿Y quién cree que ganará? Por supuesto no podía faltar el militar malvado, que hasta lleva cicatrices en el rostro para acentuar su villanía; además de los compañeros buenos y valientes que ayudarán a Jack en su cruzada ecológica para salvar el planeta. ¿Quién escribió esto, Walt Disney?
En esta moda donde la historia es lo menos importante en una película, el objetivo mercantil de James Cameron ya debe estar satisfecho: "Avatar" será un taquillazo. Pero dudo mucho que sea recordada más allá de las cifras de boletaje. Es mucho más probable que se marque como un momento agonizante en la carrera creativa del cineasta. Atrás quedó el hombre que sorprendió en 1984 con "Terminator". Su capacidad para crear historias diferentes se ha mermado para convertirse en un buen vendedor de pastiches melodramáticos con envoltorio virtual.