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En este momento las empresas de México están viviendo el caso típico de una burocracia a la cual le importa un comino la competitividad del país. Me refiero a la burocracia del SAT y el incremento del IVA de 15% a 16%.Esto parecería muy sencillo: que a partir del 1 de enero, todo lo que se venda que antes causaba un IVA de 15%, ahora causará un IVA de 16%. Listo. Eso sería lo que un país capaz de ser competitivo decidiría. Eso es lo que decidirían los burócratas contadores públicos que dentro de la oficina pública que sea, debieron haber contabilizado —son "contadores", después de todo— los costos escondidos de no hacer las cosas con sencillez.
Pero, detrás de esa ineficiencia, está la incapacidad del ciudadano mexicano profesional, como los contadores públicos, para detener cualquier movida que provenga de las oficinas dirigidas por burócratas que se convertirá en un tremendo costo escondido a nivel nacional, haciendo aún más incompetente a nuestro país.
Y en esto, detrás de todo, nuevamente están los legisladores, un grupo de políticos que sólo están pensando en su próxima elección o en como salir "lo mejor librados" mediáticamente de la encomienda de legislar que tienen: ellos debieron haber previsto que la implementación de ese aumento de 15% a 16% del IVA, jamás se convirtiera en hacer de México una sociedad menos competitiva.
Pero todos, en conjunto, en bola y con un gran sentido de irresponsabilidad total —legisladores, burócratas y contadores— le están colocando al país una cadena más para hacer más pesada la operación de las empresas en general.
¿Verdad, ciudadano que estás leyendo esto, que era muy sencillo proceder a cobrar 16% a partir del 1 de enero de 2010 en todo lo que se venda? Todos los sistemas estaban hechos para cobrar 15%: seguro, que los sistemas bien hechos (como el Gladmin, creado en Mérida, Yucatán), habrían necesitado un simple cambio de valor en alguna parte de la base de datos y ¡listo!
Pero no, conciudadano, no fue así. En vez de simplificar las cosas, han inventado: que todas las facturas que fueron hechas en 2009 o antes que no han sido pagadas, ahora deberán ser consideradas para hacer en base a ellas "facturas complementarias" o "notas de cargo" para cobrar sólo ese 1% de más que en 2010 debería pagarse.
Hacer una factura "complementaria" o una "nota de cargo" con sólo IVA (sobre cero ventas) rompe todas las reglas de un sistema decente de facturación. El IVA es un impuesto al "valor agregado". Para que haya valor agregado, tiene que haber valor antes. Una factura "complementaria" que en total sea por 1% de la base de una factura de 2009 es una perfecta aberración.
Y ahí no termina: las notas de crédito que se hagan durante los primeros 10 días de 2010, deberán hacerse considerando IVA de 15% y a partir del onceavo día de 2010, entonces ya se harán con IVA DE 16%. Todo esto es aberrante, porque una nota de crédito, del día que sea, sólo debe referirse a la factura que cancela y si esa factura era de 15%, entonces el IVA será de 15%. No tiene por qué ser diferente.
Lo que pasa con esta forma de aplicar la ley, es que en alguna forma, algún burócrata de cuello blanco y lugar elevado en el SAT decidió que haciendo "retroactiva" la aplicación del cobro de 16% a las facturas de 2009 no pagadas, ¡le darían un premio! Sí: es cierto, deben representar varios miles de millones de pesos los que recolectarán con esta aplicación retroactiva forzada de la ley. La pregunta es: ¿compensa ese ingreso extra del gobierno federal el costo nación que el cambio implica?
Son ustedes, señores contadores públicos y ustedes, señores legisladores y ustedes, ciudadanos burócratas los que tienen en este momento la responsabilidad de evitar una acción más de incompetencia a México. El no hacerlo hablará muy mal de ustedes mismos. Ojalá les importe.