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Felipe Enríquez Hernández con la típica guayabera yucateca.
Su nombre en el “nuevo PRI” yucateco suscita respeto y temor. Felipe Enríquez Hernández
es compadre de Enrique Peña Nieto y recientemente también lo es de la gobernadora Ivonne Ortega. Es operador de Carlos Salinas de Gortari y de su virtual candidato a la presidencia de la República: Peña Nieto. Es el autor de un “diseño” de financiamiento de envergadura nacional para obtener dinero “líquido”, libre de ataduras para el uso del PRI a través de una red de especuladores privados de terrenos que abarca varios estados de la República. Su laboratorio inicial ha sido su propio estado y luego Quintana Roo, en donde operando en conjunto con el gobernador
Félix González Canto, y a través de un intercambio de favores con empresarios inmobiliarios, consiguió financiar varias campañas en ese estado, y el “modelo” debutó plenamente en la elección de la que surgió Ivonne Ortega en Yucatán.
Paradójicamente, el “know how” de su exitoso mecanismo para financiar campañas, proviene de su paso como secretario particular de la Titular de la Secretaría de la Reforma Agraria durante el gobierno de Vicente Fox, en su primer año, el 2001. Tiene 40 años de edad e ingresó al PRI hace 23 años. Es licenciado en Derecho egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Ha tenido varios puestos en los gobiernos estatales de Nuevo León pero destaca su paso por FOMERREY (Fomento Metropolitano de Monterrey), cuya función primordial es regular la asignación de lotes en fraccionamientos de urbanización originalmente en el área metropolitana de la capital neoleonesa y luego extendido a todo el estado, con amplia vinculación con el sector de vivienda. Ha sido diputado local y ahora es legislador federal. Después de la Reforma Agraria, en FOMERREY terminó de “graduarse” en asuntos relacionados con especulación de terrenos y orientar ese conocimiento para obtener de empresarios a quienes se les brinda “trato preferente”, la devolución en efectivo de favores relacionados con la tenencia de la tierra. Dicho efectivo se canaliza directa y abundantemente a las campañas políticas del PRI. Enríquez ha sido enviado a operar en la mayoría de las elecciones estatales recientes, como parte de un proyecto nacional del grupo que maneja Salinas tras bambalinas, quién también es neoleonés de origen, y con Peña Nieto como abanderado visible.
Los dos empresarios y grandes terratenientes de Quintana Roo que sirvieron a Enríquez para encabezar el financiamiento de la campaña de Ivonne Ortega a través de la devolución de favores fueron los yucatecos Arturo Millet (propietario del equipo de fútbol Venados de Mérida) y Rodolfo Rosas Moya. Desde la casa de veraneo de Millet en Puerto Progreso a escasos 36 kilómetros de Mérida, se operó el flujo de efectivo a la campaña de Ivonne. Se sabe que desde ahí, Millet y Rosas Moya, representando los intereses del vecino gobernador Félix González Canto, hicieron llegar varias decenas de millones de pesos a la campaña de Ivonne Ortega. El flujo de dinero fue dirigido por Enríquez Hernández en persona, desde la residencia porteña facilitada por alguno de los empresarios. (Continuará). Especial para A7.