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Con interés hemos observado la encuesta que la empresa Wilsa ha dado a conocer en las páginas del Diario de Yucatán.
El sondeo, efectuado en los primeros días de diciembre da cuenta de la ventaja que el PRI mantenía antes de que los diferentes partidos dieran a conocer a sus precandidatos. Angélica Araujo ya se perfilaba claramente desde días antes de su destape —que ocurrió pocos días después— como la favorita del PRI. Del lado panista, a pesar de la desventaja con respecto al PRI, la persona que genera mayores menciones como abanderada para contender contra la maquinaria priista, es la senadora Beatriz Zavala Peniche. La ventaja del PRI parecería irreversible. Sin embargo, hay que recordar que en diciembre de 2006, a la misma distancia de las elecciones de mayo de 2007, el PAN tenía a su favor más de 20 puntos porcentuales, que entonces parecían equivocadamente, irremontables. Meses después, los resultados finales mostraron que de diciembre a mayo el entonces improbable triunfo de Ivonne Ortega se concretó, contra todo pronóstico. Lo mismo podría ocurrirle a la diputada federal Araujo Lara y al PRI si nos atenemos a lo que le sucedió al PAN hace casi tres años.
En Acción Nacional llama poderosamente la atención que alguien que disputa en su partido la candidatura, el joven Salvador Vitelli, no aparece siquiera en las menciones espontáneas que consigna el estudio de Wilbert Sierra y Asociados. Tuvo cero menciones de todo el universo de ciudadanos encuestados. He averiguado que aún entre militantes de su propio partido muchos no lo conocen o no lo conocían hasta hace unas semanas. Al parecer es empleado de una empresa de logística. La reaparición de un personaje como Miguel Gutiérrez Machado al lado y cerca de Vitelli hace pensar muchas cosas. Gutiérrez Machado estuvo recientemente involucrado en el caso de Cecilia Flores. Ello no le abona ningún punto al novel y desconocido aspirante panista al que apoya. Gutiérrez Machado ha sido y es operador de Ana Rosa Payán Cervera, quien desde el INAIP ha sido una aliada fáctica de Ivonne Ortega y por tanto del PRI. ¿Por qué apoya Ana Rosa a través de Gutiérrez a un candidato que según las encuestas no lo conoce nadie? ¿El interés de Payán Cervera es generar una nueva fractura al interior del partido al que renunció hace tres años?
En las condiciones que muestra la encuesta, de nula presencia ciudadana, es claro que si Salvador Vitelli quisiera colaborar con el fortalecimiento de su partido, lo lógico sería sumarse a quien según la encuesta es la persona con mayores posibilidades de dar la batalla ciudadana en la calle, más conocida y con mejor posibilidad de crecimiento: la senadora Zavala.
De otra manera, da la impresión que Vitelli estaría siendo instrumentalizado por quienes prefieren que el PAN pierda, con propósitos de venganzas personales y haciendo eco a los intereses que desde el PRI y desde el gobierno del estado, se unen a los que buscarían dividir al PAN aún más desde adentro. El joven Vitelli tiene la palabra y la oportunidad de contribuir sumándose a la unidad de su partido.