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Como desde hacía varios meses antes ya acostumbraba hacer, a mediados del mes de diciembre del 2006, el periódico Por Esto! embestía con notas periodísticas contra el empresario yucateco Arturo Millet Reyes por presuntamente encabezar una "mafia agraria peninsular".
Eso no era —ni es— nada inusual. De hecho, dicho empresario denunció públicamente en nuestra edición número 22 del 2 de noviembre del 2008 el chantaje que el director de ese retativo intentó hacerle: "Desde hace más de tres años el Por Esto! ha intentado chantajearme para que no hable mal de mí y de mis negocios, especialmente los que tengo en Quintana Roo", dijo Millet Reyes en aquella ocasión.
Con el paso del tiempo, sin embargo, esas notas cobraron un nuevo valor periodístico. Y no por la clara intencionalidad que tenían para dañar el buen nombre del empresario yucateco, sino por los personajes que, sin saber el Por Esto! lo que nos deparaba el destino —en ese entonces ni se olía la posibilidad de que el PRI retornara a la gubernatura de nuestro Estado en el 2007 ni mucho menos que en el 2010 estuviera más cerca que nunca de recuperar "la joya de la corona"— fueron también involucrados por ese rotativo con esa presunta "mafia agraria". Entre ellos sobresale uno que, hoy por hoy, ocupa un lugar preponderante en la estructura priista de Yucatán con miras a las próximas elecciones en las que están dispuestos a echar toda la carne al asador por esa joya que ya sienten suya: Felipe Enríquez Hernández, flamante delegado del CEN del partido tricolor en nuestro Estado.
Y es que el también diputado federal por Nuevo León y compadre de los gobernadores de Yucatán, del Estado de México y, próximamente, de Tamaulipas (de hecho, por esta extraña afición para conseguir a gobernadores tricolores como "padrinos" de sus retoños, ahora le dicen "el diputado Conago") había sido secretario particular del secretario de la Reforma Agraria en el sexenio pasado y, según, el Por Esto!, aprovechándose de ese cargo, coordinaba y hasta financiaba algunas de las operaciones que fraudulentamente realizaba la "mafia agraria peninsular".
Así por ejemplo, el reportero Salvador Canto empezaba su nota del 11 de diciembre del 2006 intitulada "Otro Ilegal parcelamiento" : "...de nueva cuenta la mafia agraria, cuya columna vertebral es Arturo Millet Reyes, propietario del despacho de servicios jurídicos y técnicos Asesoría Profesional Agraria (APA); el diputado priista-ejidatario-aspirante a
alcalde de Solidaridad, Román Quián Alcocer; y el diputado priista por Monterrey, Felipe Enríquez, intentan repetir su exitosa fórmula "engaña incautos", al introducir un nuevo parcelamiento por otras 7 mil hectáreas del ejido Playa del Carmen al Registro Agrario nacional (RAN)..."
En otra nota publicada apenas tres días después (14 de diciembre de 2006) bajo el título "Investigan a funcionarios de la CONAFOR por contubernio con APA", el mismo reportero ampliaba la información de la supuesta participación del actual delegado priista en Yucatán en dicha "mafia": "...Se habla que ésta y la mayor parte de sus operaciones las realiza con recursos que le envía su jefe, Felipe Enríquez Hernández, para corromper a los funcionarios de la Conafor para que fraudulentamente emitan a favor del Ejido Playa del Carmen un oficio que dictamine que las tierras de uso común que pretende parcelar, no son bosques, ni selvas tropicales."
Un día después (15 de diciembre de 2006), el periodista en comento remató en una nueva nota: "Hay que destacar que este procedimiento siempre funcionó como "reloj suizo", ya que estos personajes siempre estuvieron supervisados y coordinados personalmente por quien fuera el secretario particular del secretario de la Reforma Agraria, el licenciado Felipe Enríquez Hernández, a quien actualmente se le conoce por ser el jefe de la "mafia agraria del norte" (del país)".
A poco más de tres años de distancia, sin embargo, todo lo que el Por Esto! señaló del diputado Enríquez Hernández parece haberse quedado en el olvido. Y es que, como ya dijimos, ni su director ni sus reporteros podían predecir el futuro: que ese diputado llegaría a esta tierra del Mayab con la encomienda de su tricolor partido de lograr el "carro completo" en las elecciones que tendrán lugar en mayo próximo.
Como esa encomienda es considerada también "de interés superior" por el director del Por Esto! dada la significancia que su consecución tendría para las finanzas de ese periódico —¿cuántos millones adicionales pudiera cobrar ese periódico por cobertura informativa del Ayuntamiento de Mérida 2010-2012 además de las varias decenas que ya ha cobrado y seguirá cobrando mientras dure el gobierno de la nueva mayoría— se tradujo en una amnesia editorial total de su parte.
De esta singular manera no sólo los viejos pecados del diputado neoleonés denunciados en su momento por el Por Esto! quedaron perdonados y en el olvido para dicho rotativo, sino que, como por arte de magia y otros motivos más mundano$, el ahora delegado del CEN del PRI llegó a nuestro Estado "limpio e impoluto" para sacar adelante para su tricolor partido las elecciones, con toda esa ética, moral y buenos oficios que antes —quién sabe por qué— el periódico de marras no le conocía.
Esta "amnesia periodística", sin embargo, no es nueva ni considerada como extraordinaria en el manual de "periodismo a modo" del que tan frecuente y elocuentemente habla el director del Por Esto!. Es práctica común y corriente en ese periódico tal y como exhibimos también en otro asunto diverso "descubierto" por nuestro reportero cuando extraía de la hemeroteca del Estado las imágenes que acompañan esta nota.
A diferencia de hoy, en donde simplemente ignora el movimiento denominado Consejo General de Estudiantes —el cual ha dejado en claro su ausencia de motivaciones partidistas y, por el contrario, ha acreditado su plural integración por estudiantes de muchas y muy variadas universidades públicas y privadas y otras facultades y escuelas— y las acciones y marchas emprendidas por dicho movimiento desde hace algunas semanas en contra de la credencialización selectiva impulsada por la Dirección de Transporte del gobierno del Estado, en el 2006, cuando el Ayuntamiento de Mérida incrementó las tarifas del transporte público en uso de las competencias que entonces tenía, el Por Esto! se "solidarizó" con un grupo de estudiantes que se manifestó públicamente en contra de dicho incremento. Su "solidaridad" se tradujo —durante varios días— en numerosas notas que daban cuenta de sus marchas, fotografías de considerables dimensiones de las mismas y extensos artículos de sus editorialistas que fustigaban al entonces alcalde Manuel Fuentes Alcocer por el aumento.
Analizando ambos movimientos podemos concluir que los dos tenían motivaciones similares: una supuesta injusticia cometida por la autoridad. Por ende, ambos enarbolaban causas dignas de reportarse y seguirse periodísticamente por cualquier medio que se precie de objetivo; sin embargo, del movimiento actual de estudiantes el Por Esto! no sólo ha sido omiso en publicar cualquiera de sus acciones, sino que claramente ha tomado partido de la autoridad por la "acertada credencialización" que implementó. ¿La diferencia? El origen partidista de las dos autoridades involucradas —una panista y la otra priista— y el "periodismo a modo" del que diariamente da lecciones dicho diario. JECM