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Para finales de 1969 y principios de 1970 se desata una serie de atentados con artefactos dinamiteros en la Ciudad de México que desemboca en la detención del "periodista" Mario Renato Menéndez Rodríguez.
Mario Renato fue acusado de ser el autor intelectual de dichos atentados y de ser responsable de enviar a jóvenes estudiantes y a personas adultas a organizar una guerrilla cuyo entrenamiento se realizaba en una región ubicada entre los estados de Chiapas y Tabasco, además de proveerles armas y alimentos. También se le adjudica la creación de un grupo similar urbano en el Distrito Federal.
El 11 de febrero de 1970 se logra la captura de Menéndez Rodríguez después de localizar un taller de reparación de artículos electrónicos propiedad de Ramón Campos Robles. Éste era el encargado de elaborar los artefactos explosivos. Al verse Campos descubierto por la policía federal, detona dos bombas que se encontraban sobre la mesa de reparación, provocando su muerte instantánea.
Mario Renato es miembro de una familia de origen cubano que se instaló en Yucatán a mediados del siglo XIX. Fue educado en un ambiente conservador tendencias al fanaticismo religioso católico romano. De joven trató de distinguirse como el máximo dirigente de los "cursillistas". Fracasó en su intento, como en muchos otros. El fracaso en intentar dirigir a los cursillistas desembocó en un viraje de su posición ideológica: asumió el papel de detractor de la Iglesia Católica en Yucatán. Acusó a los institucionales de tibieza y complicidad al promover la explotación inhumana de que los campesinos serían objeto.
Distinguido como un periodista anarquista y oportunista, promotor de la perfecta prensa a modo, se ha caracterizado por un indiscutible nivel profesional en poner a disposición del mejor postor tanto su pluma como las páginas de los periódicos y/o revistas. Esto ha sido así en todo lo que ha dirigido o dirige, solo o en compañía de otros miembros de su familia.
Como reacción al desprecio que había sufrido al no lograr la máxima dirigencia cursillista, se enfoca a leer artículos de extrema izquierda y a escribir sobre ellos en el periódico de su familia. Esto produjo una escisión familiar que a la postre desembocó en la liquidación de su padre, quedando el Diario de Yucatán en poder exclusivo de Abel Menéndez Romero, tío de Mario Renato.
Con un poco de dinero en la bolsa se sintió dueño del mundo y trató de acercarse a dirigentes del partido comunista mexicano, tratándolos de impresionar con sus supuestos conocimientos Marxistas y de esta forma ganarse un alto puesto entre sus filas. Pero estos dirigentes, prácticamente adivinando las pretensiones reales de Menéndez -de querer llegar a la dirección del Partido- lo relegaron. Nuevamente sus intensiones fueron frustradas. ¿Incompetencia e indisciplina? Únicamente le ofrecieron un pequeño cargo que le pareció indigno. Finalmente fue rechazado al no aceptarlo.
Llegó a figurar como director de la revista Sucesos para Todos. Se distinguió como anarquista y oportunista, constante y consistente promotor de la prensa a modo, en donde pluma y páginas estuvieron siempre a disposición del mejor postor.
En diciembre de 1966 publica una entrevista de él con Douglas Bravo, guerrillero de Venezuela. Hoy se sabe que esa primera entrevista fue realizada en la Habana, Cuba, y no en la selva de Venezuela como hizo creer al mundo en su momento. El reportaje fue ampliamente comentado en los medios periodísticos como audaz. Fue felicitado. Estas felicitaciones influyeron en su espíritu egocéntrico y en sus ambiciones de grandeza sin límites. Le nació la idea de efectuar un reportaje; esta vez en la selva. Un reportaje que lo llevaría -se imaginaba- a la cúspide de la gloria, y que en las páginas de la historia periodística figuraría en forma inconmesurable.
Con todas estas reflexiones y con la ilusión de ver sus hazañas publicadas -y no la de los guerrilleros- salió en el mes de febrero de 1967 a la ciudad de Bogotá, Colombia. Se internó en la selva y logró la anhelada entrevista con los guerrilleros. Más tarde se produjo la captura de Douglas Bravo y el exterminio de ese grupo. Se crea así la fama de "Mario Renato Menéndez, el delator" identificándose, además, como "agente" de la CIA.
Al salir de la selva es encarcelado por el gobierno de Colombia ya que la Constitución de ese país prohíbe entrevistar a guerrilleros, además de acusarlo de encubrimiento. No obstante lo anterior y gracias a las gestiones del gobierno mexicano ante el gobierno de Colombia, se logró su libertad. Mario Renato escribiría artículos de agradecimiento al presidente de la república mexicana en la revista Sucesos.
Al estallar en Cuba el conflicto entre el gobierno de Fidel Castro y el Partido Comunista Venezolano, Mario Renato apoya incondicionalmente a Fidel, ofreciendo las páginas de Sucesos para publicar y difundir la traición de los dirigentes venezolanos y enaltecer la actitud tomada por los elementos guerrilleros de Colombia, Venezuela y Guatemala. El cuerpo directivo de la revista se opone rotundamente a la publicación de esos materiales ya que los consideró de poca calidad e interés. Ello lleva a Mario Renato a renunciar como director de la revista Sucesos y a crear la revista Hora Cero en la cual critica al gobierno de México demostrando ingratitud y traición. Al ser considerado un simple vocero del gobierno cubano, carente de iniciativa y de ética profesional dentro del periodismo, Hora Cero fue condenado al fracaso.
En mayo de 1968, Mario Renato, en forma desesperada en virtud del fracaso anterior, saca a la luz pública la revista Por qué? pretendiendo seguir la tónica de la anterior, criticando al Gobierno Federal y del Estado, de forma corriente y exagerada. Terminó en el fracaso después de que Mario Renato cayera en prisión. Continuará. Artículo 7