532 palabras
Tres estrellas
La crisis argumental de Hollywood es el mal endémico que hoy le aqueja. La situación ha llegado a tal punto que se tienen que rehacer historias de los años 80 como la que hoy nos ocupa. “Tierra de titanes” es el remake de la cinta homónima realizada en 1981. Otro mal que agobia a la meca del cine es el “efecto Avatar” o mejor dicho el abuso del efecto 3D. Se forza tanto la incorporación del elemento, que producciones que no fueron hechas para ello se ven obligadas a utilizar la técnica. En este tipo de cintas de entretenimiento ligero no existe el más mínimo interés por utilizar las herramientas en función de la narración, simplemente porque el contenido no importa, solo interesa la parafernalia y que el espectador pague demás por unos lentecitos que no necesita.“Furia de titanes” pertenece a este tipo de cine-espectáculo de consumo fácil que no le pide ningún ejercicio mental al espectador. Cine palomero de visionado efímero. Teniendo claro esto, la película es recomendable precisamente por que los productores son conscientes de lo que están haciendo y no pretenden otra cosa.
Como en “Percy Jackson y el ladrón del rayo”, se abordan historias mitológicas, aunque ahora con mayor decoro. El joven Perseo (Sam Worthington) ve morir a sus padres adoptivos víctimas de la furia de Hades (Ralph Fiennes). Posteriormente descubre que es en realidad hijo del dios Zeus (Liam Nesson) y se embarca en una aventura para vengarse de Hades. El viaje de Perseo está plagado de batallas contra seres mitológicos.
Con muy pocas cualidades cinematográficas, el argumento de “Furia de titanes” es un pretexto simplón para encadenar una serie de escenas de acción que apuestan únicamente por la espectacularidad de sus efectos digitales. Se le reconoce un ritmo muy bien trabajado que hace muy dinámico el desarrollo de su incipiente trama.
La dirección corre a cargo del francés Louis Leterrier, alumno de Luc Besson. Al igual que su mentor, Leterrier ha encontrado oficio y buena paga haciendo cine-productos para Hollywood.
Por otra parte, el “actor” Sam Worthington se vislumbra como la gran estrella del cine light, pues recordemos que también protagonizó “Avatar” de James Cameron. El problema es que en “Furia de titanes” se hace más evidente su falta de talento actoral, la única gracia que conserva es la del modelaje. Le hacen comparsa dos grandes actores, Ralph Fiennes y Liam Nesson que le dan un poco de equilibrio interpretativo al filme.
Lo mejor: el enfrentamiento con Medusa, su ritmo vertiginoso y que se plantea claramente como una película de entretenimiento ligero sin querer entrar a lecturas ecológicas, psicológicas o de otro tipo.
Lo peor: no aporta absolutamente nada pero… para eso está hecha.