México (27 de febrero).- Actualmente México se encuentra en un estado en que no garantiza su autosuficiencia alimentaria, por lo que está a merced del sistema mundial y de las empresas multinacionales que dominan el mercado global. Esta situación lleva a que se desestructure el mercado interno y la fractura del tejido social, declaró la jefa del área de Impactos Sociales de la Biotecnología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Michelle Chauvet Sánchez Pruneda.

En el marco del homenaje dedicado a José Luis Piñeyro organizado por la unidad Azcapotzalco de la UAM, la investigadora afirmó que esto también atenta contra la seguridad nacional, puesto que esta comprende que la mayoría de los sectores sociales tengan garantizadas las condiciones para satisfacer sus necesidades vitales. Al estar en entredicho la capacidad del Estado por generar las condiciones de alimentación suficientes, esto comprende una amenaza a la paz social.

Con información de la Food and Agriculture Organization de las Naciones Unidas, en 2013 México alcanzó la importación del 30 por ciento de leche, frijol, carne de aves y sorgo. Pero se sostuvo por debajo de los diez puntos porcentuales en cuanto a huevo, maíz blanco, café oro y azúcar.

Sin embargo, la situación se torna grave frente al reporte de que México importa entre el 30 y el 50 por ciento de carne de cerdos y bovinos; cuestión que resulta alarmante al considerar que el país es exportador de becerros. Por último, del maíz amarillo, del arroz y de la soya que se consume por los mexicanos la mitad proviene del exterior.

Según esta dependencia de la ONU, se considera que un país se encuentra en calidad de vulnerabilidad alimentaria cuando el 25 por ciento de los alimentos que consume provienen de importaciones, pero México importa el 60% de sus alimentos, por lo que se encuentra en un estado muy grave de dependencia, afirmó Sánchez Pruneda.

Programas sociales como Pronasol, Progresa y la Cruzada Nacional Contra el Hambre tampoco ayudan a que se consuma lo producido en México. Los comedores comunitarios, denuncia, sirven alimentos que provienen del exterior, como algunos alimentos enlatados de Estados Unidos.

Esta vulnerabilidad, que ocasiona que los productores extranjeros sean los que decidan qué, cuándo, cuánto y cómo producir, se ve complementada por el desmantelamiento de la base productiva nacional y el abandono del marcado interno. Los mexicanos no tienen forma de hacer frente al alza de precios del mercado mundial, asegura la investigadora de la UAM.

Actualmente, advierte Michelle Chauvet Sánchez, hay que hacer frente tanto a los problemas de desnutrición como de obesidad con la producción y consumo de alimentos que formen una dieta nutritiva; hace énfasis en integrar la chía a la dieta.

Por último, hizo un llamado para que se abata el problema alimentario con la urgencia de una crisis que atenta contra la seguridad nacional. Se deberá hacer especial énfasis en recalcar quiénes son los beneficiados de las actuales políticas y quiénes los afectados.

Es menester que se recupere la producción interna, investigar los beneficios de alimentos no convencionales en cada región, y diseñar medidas para modificar y fortalecer la producción de alimentos resistentes a la variabilidad climática.- (Semanario)