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Marvel estaba tan ansiosa por obtener un éxito de crítica similar al de Christopher Nolan con "Batman. El caballero oscuro", que decidió contratar a otro respetado cineasta inglés para la adaptación cinematográfica de "Thor": Kenneth Branagh. Aunque el resultado marca una gran diferencia con los últimos filmes de la casa Marvel, sigue demostrándose que un autor no es suficiente para transformar en arte un producto hecho bajo reglas de franquicia.
Basta recordar que el propio Darren Aronofski (autor de "El cisne negro") fue despedido del proyecto "Batman. Año cero" cuando la Warner Brothers se dio cuenta que el guión no satisfacía parámetros comerciales y significaba un riesgo de inversión. Incluso Christopher Nolan —que sustituyó a Aronofski— no ha logrado zafarse al 100% de las presiones mercantiles, ni siquiera en la ovacionada segunda parte del Caballero Oscuro.
La misma situación se repite en "Thor" aunque con menos tino ya que, por lo menos, Batman ofrece personajes más complejos. Eso no le exime de ser considerada una de las mejores cintas del universo Marvel. Este filme del héroe con martillo sobresale porque Branagh goza de cierta libertad creativa, la suficiente para darle a la historia pequeños tintes de drama shakesperiano.
Thor (Chris Hemsworth) es hijo del Rey Odín (Anthony Hopkins), hermano del celoso Loki (Tom Hiddleston) y futuro heredero al trono de Asgard. Su egocentrismo e inmadurez le hacen tomar malas decisiones, provocando una guerra entre Asgard y una antigua raza de hombres de hielo. Decepcionado y molesto, el Rey Odín decide castigar a Thor quitándole su martillo, fuente de sus poderes, y enviándole a la tierra.
En el mundo terrestre, Thor se encuentra con Jane Foster (Natalie Portman) una chica que investiga fenómenos en el cielo, su asistente Darcy (Kat Dennings) y el Dr. Erik Selvig (Stellan Skarsgård). Este grupo de científicos descubren a Thor cuando cae a la tierra. En estos dos escenarios, el terrestre y el de los dioses, se desarrolla la historia de un héroe buscando resarcir su honor y recuperar su trono.
Si algo me gustó de "Thor", es como Branagh logra fusionar la narración medieval, la magia y espada, el drama shakesperiano, la comedia y la ciencia ficción. Con un guión de estructura sencilla —cuya única variación es usar el primer giro narrativo como secuencia de apertura para luego contar el primer acto— la mezcla de estilos se da manteniendo un sentido de unidad.
Los efectos especiales sirven como elementos escenográficos que dan una atmósfera onírica al mundo de Asgard, aunque demasiado saturada tanto en la visual como en lo auditivo. Otro exceso ocurre en el obligado uso de trucos digitales en las escenas de acción.
El vestuario creado por Alexandra Byrne es la verdadera fortaleza visual de "Thor"; especialmente en los trajes que aparecen en el mundo de Asgard. Byrne, ganadora del Oscar en 2008 por el diseño de vestimenta en "Elizabeth. La edad de oro", mezcla detalles medievales con líneas modernas. Es como si la moda del Medioevo se llevara al futuro.
Chris Hemsworth funciona más por sus atributos físicos que por su calidad interpretativa. Parece venir de la escuela de Schwarzenegger y Stallone, donde el lema es "Mucho bíceps y poca expresión". Y peor aún si le ponen a compartir escena con Anthony Hopkins y Natalie Portman.
Por el contrario, el británico Tom Hiddleston, quien da vida al ambicioso Loki, termina arrebatándole la película a Hemsworth. Loki es el personaje más interesante en esta historia y Hiddleston lo desarrolla con naturalidad. El mejor momento actoral de todo el filme es precisamente la shakesperiana escena entre Hiddleston y Hopkins, donde el joven le reclama a su padre la predilección que siempre ha mostrado hacia Thor.
La actriz Kat Dennings deja un grato sabor de boca como la atolondrada Darcy, una chica superficial y despistada que da el toque humorístico a la trama. Desafortunadamente el brillante actor sueco Stellan Skarsgård queda desaprovechado en un personaje intrascendente.
Kenneth Branagh ha dado excelentes cintas como "Mucho ruido, pocas nueces", "Hamlet", "Enrique V" y "Frankestein". "Thor" no es comparable con ninguna de ellas, pero si la calificamos como un blockbuster veraniego el resultado es un espectáculo recomendable para el consumo fácil.
Lo mejor: Tom Hiddleston interpretando a Loki, Kat Dennings como Darcy, la mezcla de géneros e influencias que hace Branagh y el diseño de vestuario.
Lo peor: Chris Hemsworth no da la talla comparado con el resto del elenco, el mundo de Asgard cae en lo barroco y ser otro producto de encargo en manos de un director que puede dar más.