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1) “Estamos en la misma crisis de 1994, de la que no hemos salido”. 2) “La gente no tiene dinero. No hay dinero en la calle”.
Así “rezan” las quejas y las geniales definiciones de cómo va México. En tanto, desde Cuernavaca hasta el D.F. “marchan” personas, con el sufriente Sicilia a la cabeza, para pedir que se “detenga la guerra”.
Todos los días Calderón sale a la TV, suplicante, a decirnos a los ciudadanos de este país que hagamos el favor de entender que el mal que no cesa, solo puede combatirse sin cesar. Que hoy estamos sufriendo las consecuencias de décadas durante las cuales el rompimiento de la ley no se combatió, sino se “negoció”.
Los mandantes del PRI detienen cuanta ley se les ocurre; solo ellos mismos deben saber por qué con exactitud. Leyes que habían ellos mismos presentado, que han sido totalmente aprobadas por el PAN, ¡las retiran y se abstienen de promover!
Se está dando un juego brutal con inteligencias realmente maquiavélicas, que buscan el poder por el poder mismo. Es como enfrentar genios de la maldad contra conejillos que con mucho trabajo se liberan de los ataques de los lobos cercanos.
Eventualmente el desenlace en 2012 —a menos que se obre un milagro políticos— será un país que regresó a 1988, 24 años después. Algunos dirán que se trata de un país que regresó a 1997. Pero no: será un regreso a 1988 o 1980. Nos queda esperar que el desempleo salte a 25%; que las reservas se vacíen; que la oferta de productos sea escasa y a precios que suben todos los días; que la inflación regrese a números de 2 dígitos mensuales.
“Es que el país jamás había estado peor”. Esta afirmación, escuchada por cualquier observador serio de valores macroeconómicos mexicanos sin necesidad de ser comparados con otros, saltaría, de inmediato y preguntaría: “¿Qué están viendo los mexicanos dentro de su propio país?“
Quizás en toda la historia de este país, jamás se había vivido una década con una infraestructura económica más sólida que lo que se ha logrado entre diciembre 1 de 2000 y hoy, mayo de 2011. Hay un problema, nada más: el sistema económico dentro del que debemos desenvolvernos es muy diferente a ese sistema que dejó de existir a partir de 1995-96.
El país hoy es verdaderamente atractivo para la inversión extranjera directa, además de serlo para atraer dólares con los que compran pesos para adquirir acciones en la bolsa. Por ello tenemos el nivel más alto de reserva en toda nuestra historia.