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Caso Wafé"Un buen día, a un policía sin escrúpulos (Rolando Escamilla Alpuche) se le antojó algo que no le pertenecía y lo tomó por la fuerza...
...sabiendo que su cargo como servidor público iba en contra de eso y con la conciencia del riesgo tan grande que corría de ser descubierto, con el miedo de perder su empleo en caso de ser reportado; con el temor de ser encarcelado y juzgado (como debería ser) decidió entrar a nuestra casa. En medio de la desesperación tomó la decisión de, no solamente tomar cosas materiales, sino que, para protegerse se llevó también la vida de mi esposa y nuestro bebé..."
(Fragmento de un correo redactado por Wafé Kuri Torre desde algún lugar de su celda en el Cereso de Mérida y enviado a sus amigos y a Artículo 7)
Existen claros indicios de que el robo fue el móvil del crimen cometido el 13 de enero de 2008 en la casa del matrimonio Kuri Arceo.
Hay versiones de fuentes fidedignas indicando que para esas fechas se había desatado una ola de robos en el norte de la ciudad, muy especialmente en la zona donde vivía el joven matrimonio. Se trata de robos en casas-habitación que no se publican en los medios de comunicación para cuidar la imagen de la Secretaría de Seguridad Pública. Así Yucatán puede "figurar" entre los Estados más seguros del país, dándole "prestigio e imagen" al gobierno de Ivonne Ortega Pacheco.
Sostiene lo anterior que para el mes de octubre del año pasado, la casa de enfrente de la de los Kuri Arceo, fue objeto de un robo con todo y la guardia permanente de la policía a unos cuantos metros de ella. En aquella ocasión, dos días después de que los dueños interpusieron su demanda, misteriosamente aparecieron todos los objetos en el terreno de atrás de la casa.
Los indicios en el lugar de los hechos, que apuntan a que el móvil del crimen fue el robo, es la ausencia de los artículos (alhajas, teléfonos celulares y otros) que no fueron encontrados y eran del uso normal del matrimonio. Los padres de Rosa María Arceo Ochoa —quien falleció de una disparo en la espalda— interpusieron una denuncia por robo en la agencia del Ministerio Público de Cordemex.
En el expediente del juicio que se le sigue a Wafé Kuri Torre hay indicios de que gente extraña entró a la casa. Hay una ventana del lavadero que se encontró forzada y con el seguro roto. Según la Procuraduría del Estado, la ventana fue forzada desde adentro. Es un claro intento por inducir a la juzgadora a pensar que fue Wafé el autor, pero no hay prueba pericial que lo sustente.
Las pruebas del robo son: 1) Se encontró una cubeta con tres bloques encima, pegada a la pared exterior del muro que da a un terreno baldío. Es claro que sirvió como escalera para que gente extraña ingresara a la casa. Éste fue marcado como indicio número 5 por los agentes del Ministerio Público que acudieron el día de los hechos. 2) Corte de los cables electrificados. 3) Corte de un cable de la alarma y 4) La ventana rota. 5) Se encontraron los cajones de los burós abiertos. Hay fotografías del Ministerio Público que lo acreditan. 6) Se encuentran ropas regadas por el cuarto y el closet, también se acredita en las fotografías.
Ventana del lavadero por donde presuntamente ingresaron extraños a la casa. Según la Procuraduría fue forzada desde adentro
Aunque la Procuraduría del Estado no dice que Wafé fue el autor de todo lo anterior, ellos dan a entender que sí lo hizo. Esto es para tratar de confundir a la juzgadora.
Algo extraño en el expediente es que la cubeta con los bloques (marcado como indicio # 5) por donde brincaron el muro los presuntos asaltantes, no se encuentra ni a manera de mención: ni en la orden de aprehensión, ni en la formal prisión y ninguno de los peritos de criminalística que acusan a Wafé lo mencionan, a pesar de que fue marcado como indicio y hay la fe ministerial de ello. Fotográficamente está acreditado, ministerialmente hay fe de ello, la pregunta es: ¿por qué ningún perito lo tomó en cuenta para emitir sus dictámenes en criminalística? ¿Por qué la Prucuraduría del Estado calló sobre eso y no dijo nada?
Otro hecho que pone en tela de juicio a la Procuraduría del Estado, representada por José Alonso Guzmán Pacheco, es en lo referente al manejo poco transparente que se le ha dado a la denuncia que interpusieron los padres de Rosa María en la agencia número 35 del Ministerio Público, por el robo de las alhajas que su hija utilizaba cotidianamente, junto con otros artículos.
Indicio # 5, cubeta con tres blockes por el que brincaron al interior de la casa
Indicio # 17 que evidencia el robo
En la denuncia interpuesta por Ernesto Arceo Mendicuti y Rosa María Ochoa Albrand, exactamente 5 meses después del fatal día de los hechos —13 de junio— solicitan se inicie una averiguación por hechos probablemente delictivos (robo).
En el legajo de la denuncia entre las cosas que formulan está que el 20 de enero —6 días después de los hechos— acudieron a declarar a la Procuraduría del Estado ante la agente del Ministerio Público, Rubí del Carmen Pech Yam. Que había una persona que no conocían que intervenía constantemente en las diligencias y que les realizaba preguntas. Que posteriormente se enteraron que era el Lic. Rafael Acosta Solís.
Durante el desarrollo de aquellas declaraciones, Rafael Acosta les enseñó fotografías del interior del predio en las que se apreciaba el desorden en la habitación conyugal, baño y closets. También les mostró fotografías de la caja fuerte en las que se apreciaban varios estuches cerrados de alhajas. El día de la declaración le manifiestan a Rafael Acosta Solís sus inquietudes sobre la posible desaparición de objetos de valor. Rafaél Acosta Solís respondió que consideraba que no hubo robo, situación que los padres de Rosy no pudieron constatar en virtud de que no se les dio acceso al predio ni les permitieron revisar el interior de la caja de seguridad.
En la denuncia relatan que en aquella declaración (20 de enero) ante Rafael Acosta Solís, se dieron cuenta a la hora de firmar la declaración que no asentaron lo declarado sobre la inquietud del posible robo de las alhajas de su hija y otros objetos, pero no le dieron importancia en ese momento porque Rafael Acosta les había asegurado que no existía el robo y además por la confianza en la Procuraduría.
En el punto 3 de la denuncia por presunto robo, formulan los padres de Rosa María que por ser coadyuvantes del Ministerio Público —razón por la que tienen acceso al expediente por el delito de homicidio de su hija— han podido constatar la ausencia de varios objetos de valor que eran propiedad de su hija.
Entre los objetos que relacionan se encuentran: reloj Cartier de dama con valor de US$5,000, reloj Patek Philippe con valor de US$17,000, mochila marca Zumit en cuyo interior había $15,000, churumbela de brillantes con valor de US$4,000, anillo de compromiso de US$14,000, US$6,000 en efectivo, 3 celulares y múltiples alhajas de menor valor.
En la denuncia afirman la existencia de aquellos objetos en el interior del domicilio el día de los hechos.
A la fecha no se han hecho las investigaciones sobre esta denuncia. Tampoco tienen acceso al expediente ni les dan copia del mismo.
En investigaciones hechas por Artículo 7, surgió el hecho de que en los primeros días después del artero crimen, la Procuraduría del Estado trató de incriminar al hermano de Rosa María, Ernesto, aunque no está asentado en el expediente. A él lo detienen en el hospital y lo trasladan a las instalaciones de la Procuraduría donde lo retienen por varias horas, declarando. En aquella ocasión, los de la Procuraduría intentan que Ernesto agarre la pistola Prieto Beretta cal. 25, a lo que él se negó rotundamente, alegando que nunca había agarrado ninguna pistola. La intensión era que dejara sus huellas en la pistola para poder incriminarlo.