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El Fondo Monetario Internacional (FMI) nombrará a un nuevo director gerente. El Directorio Ejecutivo tiene previsto reunirse el martes para empezar las deliberaciones sobre los méritos de los dos candidatos: el mexicano Agustín Carstens y la francesa Christine Lagarde.
Carstens, el underdog (por mexicano y por gordo) y la favorita en las apuestas, Christine Lagarde.
El nuevo titular deberá ser nombrado antes del 30 de junio por un cuerpo de 24 miembros que, como es costumbre, hará su anuncio mediante un comunicado.
Tanto Carstens como Lagarde comparecieron, por separado, ante el máximo órgano ejecutivo del Fondo, la semana pasada, tras varios días de intenso cabildeo global en busca de apoyo para sus candidaturas.
Si bien el bloque europeo se definió, muy temprano, a favor de la ministra de Finanzas de Francia, Carstens ha sumado, en fechas recientes, el respaldo de más países de la región, incluido Canadá.
El ex director del FMI, el francés Dominique Strauss Kahn, acusado de intentar violar a una empleada de un hotel de Nueva York.
Sin embargo, el peso de todos estos votos para Carstens no se compara con el del bloque europeo, que retiene un tercio de este poder y que, sumado al de Estados Unidos, ha asegurado la permanencia del arreglo bajo el cual “el cargo ha estado reservado para su nacional de Europa”.
Aunque Estados Unidos ha declinado definir un favorito en este proceso de selección, la noción de que este acuerdo continuará vigente no parece haber perdido fuerza.
El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, reiteró que tanto Carstens como Lagarde son “dos candidatos muy creíbles para esa posición. Queremos que la sucesión se resuelva rápidamente”.
“Confío que vamos a tener a alguien que no sólo tenga la experiencia, la experiencia técnica, la credibilidad que importa, sino que tendrá amplio apoyo de la membresía, no sólo de las economías mayores en el gobierno, sino entre los mercados emergentes”, señaló.
Para Moisés Naim, investigador asociado del Fondo y uno de los más reconocidos analistas de temas financieros, el acuerdo entre Europa y Estados Unidos para mantener a un europeo el frente del FMI representa una efectiva forma de discriminación contra “93 por ciento de la humanidad”, cuando el destino de la institución es determinado por una minoría de países. (Notimex)