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El video se llamó (se llamará, si Youtube respeta el artículo 148 de la ley de derechos de autor mexicana) "La venganza del PRI en Yucatán".
Ni lo busque (28 de mayo de 2009). El video ha sido bajado por petición del contratista de la campaña política de la candidata Araujo, a diputada del tercer distrito de Yucatán, la empresa Pixelop Studio.
En efecto, el video muestra —haciendo uso del derecho de cita que da expresamente el artículo 148 de la ley de derechos de autor del país mexicano— las palabras de la candidata Araujo y las contrapone al video tomado en el —hasta ahora considerado por una buena parte de la opinión pública pensante de Yucatán— "arresto ilegal" del ciudadano Eduardo Chuc Baas.
De esto vamos a ver en este país mucho. No hay nada que le moleste más al PRI o al PRD, al PVEM, al PT o a Convergencia que alguien les estrelle en la cara sus verdades. Detestan que se les trate así por los medios. Ellos nada más pueden tolerar el ver en los medios caricias tiernas y exaltación a sus "valores".
Sin embargo, ellos sí pueden —según creen— impunemente levantar todo tipo de calumnias en contra del PAN, por ejemplo, y éste debe soportar pacientemente que la mentira circule y le manche a algún miembro o al partido mismo.
En fin que, ellos saben, a final de cuentas todo lo que tienen que hacer es decir: "bueno, yo así creía que eran las cosas" y listo, sin mayores consecuencias.
Cuando el PAN saca un video en donde describe verdades contundente, entonces califican el hecho como guerra sucia. Decir las verdades del contrincante político, entonces, es algo que ellos piensan que se puede combatir diciendo mentiras del PAN. Y cuando lo hacen, tratar de venderle al público la idea de que "están haciendo lo mismo... es una guerra sucia".
Pero no es lo mismo ¡para nada! Una cosa muy diferente es mencionar una verdad sucedida, juzgada, transcurrida y otra cosa, muy sucia, entonces sí, de verdad sucia, es inventar una mentira y tratar de usarla para combatir una verdad. Eso es a lo que llaman guerra sucia.
Y este jueguito de la guerra sucia es de lo que se vale el IFE para ordenarle a Youtube que evita la publicación de videos según que a los partidos con pasado sucio no les convenga. Jamás han bajado un solo video en contra del PAN. Sí, es muy difícil hacer un video con contenido verídico en contra de Acción Nacional.
Les faltará colmillo a los panistas, pero cuentan con decencia y un mínimo de ética. Estadísticamente —reto a los sociólogos de las universidades a hacer el estudio— el PAN es significativamente un partido más ético que los demás. ¡Mídanlo!
No se trata de pertenecer a un partido polítido por pertenecer, sino de pertenecer al grupo que es compatible con los valores éticos mínimos que uno intenta promover a lo largo de la vida.
El video "La venganza del PRI en Yucatán" debería continuar publicado en Youtube o en el sistema que sea y ningún legalista debería poder retirarlo porque no está violando ningún derecho de autor.
Pixelop Studio está equivocado y no tiene ningún derecho a exigir que un video que contiene —crestomáticamente— citas a otros videos hechos por ellos —o por quien sea— sea bajado. El artículo 148 de la ley de derechos de autor protege esa forma de cita de cualquier obra registrada.
Por otra parte, Pixelop Studio está muy equivocado. El dinero que ha recibido para hacer los videos de publicidad política de Angélica Araujo proviene de fondos públicos entregados al IFE para repartir a los candidatos. Por lo tanto, cualquier video hecho con este dinero automáticamente se convierte en propiedad pública, a la cual todos los mexicanos tienen derecho. Ésta es nuestra tesis legal y la mantendremos hasta sus últimas consecuencia.
Esperamos que quienes subieron el video ya hayan recibido la respuesta correcta de Youtube.
Pixelop Studio ha hecho todos los video profesionales que utilizó para su imagen pública la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco. Los videos de esta empresa en Youtube están bajo su cuenta: http://www.youtube.com/user/pixelopStudio. Desde luego, todos los videos pagados con fondos públicos son también propiedad pública y nadie puede hacer valer derechos privados sobre los mismos.