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Más de 1,500 ciudadanos se dieron cita el jueves por la noche en el Monumento a la Bandera para exigir por segunda ocasión el mismo día la aplicación de justicia para los autores intelectuales y los agresores físicos de la represión el 4 de julio en la glorieta de Prolongación Montejo, en el que resultaron heridas varias personas, entre ellas el cónsul honorario de Holanda en Yucatán, José Enrique Gutiérrez López.
En una breve ceremonia realizada en el monumento donde se dieron pocos discursos, la gente que aquel 4 de julio acudió a manifestarse pacíficamente y resultó golpeada o herida, revivió aquel día al portar de nueva cuenta pancartas en contra del paso deprimido, así como también mantas en las que se aprecian los golpes y agresiones que muchos de ellos sufrieron ese día.
Patricia Mc Carthy del Frente Cívico Familiar dio a conocer su satisfacción por la participación ciudadana que no deja olvidar esa fecha, ya que, según dijo, luego de un evento realizado en la mañana en La Plancha, no esperaban una gran cantidad de gente que, sin embargo, llegó.
Minutos antes de la marcha.
Aunque a las 7:30 de la noche, hora en la que inició el evento, el número de asistentes era de algunos cientos de personas, los organizadores decidieron realizar una marcha rumbo a la ex glorieta. Sin embargo, tan pronto como comenzó el recorrido, cientos de hombres, mujeres, niños, personas en sillas de ruedas y hasta en muletas, se fueron sumando hasta crear un gran contingente.
Esta situación sorprendió a los organizadores del evento —como la investigadora e integrante de "Sociedad en Movimiento", Gina Villagómez Valdés que no supo explicarse de dónde salió tanta gente. Algunos integrantes de la sociedad civil calcularon una participación de unas dos mil personas.
Los manifestantes, que portaban flores, pancartas y velas, caminaron entre gritos de: "el 4 de julio no se olvida", "Calín [Carlos Herrera Chalé] a la cárcel", y "que renuncie Angélica". Algunos modificaron estribillos de canciones famosas para cantar: "No lo aceptaremos, nunca mas" e "Ivonne es una ladrona y nadie lo puede negar".
Policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) cuidaron el recorrido del contingente y la Cruz Roja, que en esta ocasión sí respondió a la solicitud de ambulancias —se negó a acudir al evento de la mañana— mandó tres vehículos, de los cuales dos permanecieron en las calles cercanas al Monumento a la Bandera y uno mas siguió a los manifestantes durante su recorrido y su regreso al punto de inicio.
Colocando flores, carteles y velas en la reja que protege la construcción del paso deprimido.
La presencia de los manifestantes ocasionó que algunos conductores sonaran el claxón en señal de apoyo a la marcha y que comerciantes del área cercana a la ex glorieta salieran de sus negocios a presenciar el paso de la muchedumbre.
Aunque originalmente la marcha concluiría en la cuadra anterior a la ex glorieta y de ahí retornaría al Monumento a la Bandera, los manifestantes insistieron en llegar hasta la cerca que delimita la construcción del paso deprimido; allí colocaron flores, una corona con la leyenda "Aquí descansa la Justicia", velas, y carteles de "No al paso deprimido". Este momento fue aprovechado por varias personas que, aunque no se conocen de nombre, sí recuerdan haberse visto el 4 de julio durante la represión; se tomaron fotos frente a las ofrendas que dejaron, quizás para no olvidar la experiencia conjunta vivida.
De regreso al Monumento a la Bandera, algunos de los ciudadanos golpeados el 4 de julio durante la manifestación dieron sus testimonios. Aunque algunas personas se retiraron con sus familias, mucha gente permaneció escuchando a los testigos y víctimas de la agresión. L.I.