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Mérida, Yucatán, 9 de agosto de 2011.- Especialistas del servicio de peditría del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán, informan que alrededor de 2.5 millones de niños en México, padecen impulsividad, hiperactividad y agresividad, que son las características principales de los niños denominados índigo.
Se trata de un problema de salud pública cuyas repercusiones no son únicamente en el ámbito familiar, escolar y social, sino también en la prestación de los servicios médicos.
"Estos niños por su misma impulsividad, tienden a sufrir accidentes y violencia con más facilidad", subrayaron los especialistas. Al destacar que más grave aún resulta que apenas el uno por ciento de los casos recibe atención especializada, el entrevistado dijo que incluso desde la etapa de lactancia los niños índigo o hiperactivos pueden ser captados y tratados.
En su mayoría se ubican entre los seis y los 12 años, derivados generalmente por problemas de mal aprovechamiento y agresividad en los planteles educativos a los que asisten. El IMSS Yucatán atiende a 211 mil 689 menores de 0 a 14 años.
Destacaron que aunque la captación se hace en edad escolar, un niño índigo puede diagnosticarse desde su etapa lactante. "Son bebés que lloran frecuentemente, que tienen dificultad para dormir y tienden a hacer berrinches".
De hecho, dijeron, desde recién nacidos hasta los tres años, las características antes citadas son las que dan pauta para el diagnóstico de niño índigo, mientras que entre los tres y los seis años, la baja tolerancia a la frustración es el dato más característico, en tanto que a partir de esta edad en adelante, se distinguen por "inatención, impulsividad e hiperactividad".
Se sabe que por cada salón de clases, en educación básica, existen entre cinco y 10 alumnos con este problema, de ahí el surgimiento del 'bullying' como uno de los tantos fenómenos sociales cuyos principales protagonistas son los niños índigo.
Ante este panorama, el especialista instó a las madres de familia a prestar atención a la conducta de sus hijos desde que son lactantes. "Si es un bebé llorón, berrinchudo y con problemas para dormir, por sólo estos datos es necesario que acuda con su médico familiar para que se efectúe un diagnóstico especializado y no esperar a que el problema avance.
El tratamiento para estos niños incluye la administración de fármacos, así como terapia. Los resultados son muy buenos, pero si el abordaje se hace desde las primeras etapas de la vida, se puede hablar de una estrategia preventiva, que va a redundar en una mejor calidad de vida y menos riesgo de que se generen conductas inadecuadas y excluyentes de su entorno social. Boletín de la delegación del IMSS en Yucatán.