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Los promotores del VOTO NULO recibimos una importante e inesperada ayuda de los dirigentes nacionales de los Partidos Políticos. Sus quejas y denuncias en contra del VOTO NULO y de quienes lo promovemos son la mejor recomendación con que pudiéramos presentarnos ante la ciudadanía libre para solicitar que ANULE SU VOTO el próximo 5 de julio.
El domingo, el regalo inesperado creció en tamaño y en alcances: la “iglesia católica”, por voz de sus jerarcas más desacreditados, condenó el “voto blanco” y llamó a erradicarlo, a combatirlo, “como se combate al pecado”. (Les faltó decir a los doctores de la ley divina que el pecado, mientras más se combate, más crece, se arraiga y se expande. Lo mismo que ocurrirá con el “voto blanco” en tanto sea combatido con los argumentos que ellos esgrimen).
Que la ciudadanía se entere o confirme que el VOTO NULO afecta al gandallismo de los partidos mayores y de las pandillas que los dirigen, es la razón más sólida y contundente para que el ciudadano libre, harto de tanta simulación de los partidos y de tanto abuso de las autoridades electorales, se decida a ponerles un “hasta aquí”, a unos y a otros, con el voto que debiera entregar a algún partido y que ahora prefiere anular como forma de negarle legitimidad al sistema electoral en su conjunto.
Que los ciudadanos escuchen de voz de los dirigentes de los partidos menores, de quienes viven de ser comparsas, que el VOTO NULO les resulta nocivo, puede ser la mejor invitación para que acabemos de una vez por todas con tales partidos y con los oportunistas que los regentean. ¿Y qué pensar de la reprobación que hizo la titular del Tribunal Electoral del VOTO NULO, al que calificó de “atentado contra la democracia”? ¿Cómo podemos tomar este argumento cuando viene del Tribunal que, tras las elecciones del 2006, dictaminó que el presidente Fox había violado la ley electoral pero “nomás tantito”?
Los dirigentes del partido de la derecha dicen que el VOTO NULO es una maniobra desestabilizadora “de la izquierda”, los que se hacen pasar por dirigentes de la izquierda denuncian que estamos ante nueva conspiración “de la derecha”. Que no se hagan bolas con la geometría. El VOTO NULO no tiene bases ideológicas ni pretende posicionarse en el espectro político-cromático.
El VOTO NULO se nutre de los conceptos básicos de la democracia y se configura en torno a VALORES, sí, a los principios morales y a los criterios éticos que han sido echados del escenario político mexicano por la corrupción, por la simulación, por el pragmatismo que vuelve a todos iguales.
El VOTO NULO es resultado del hartazgo ciudadano, por la pérdida absoluta de credibilidad de la clase política, por el abandono de los principios de la REPRESENTACIÓN y de la democracia electoral. Ya no se cree en los partidos, pero tampoco en los árbitros que los partidos impusieron. Nada se espera de las leyes, confeccionadas y ajustadas al gusto y la necesidad de los partidos. El ciudadano medio aprendió y comprobó que los partidos y el sistema electoral, que unos y otro TIENEN DUEÑOS y que esos dueños operan y permanecen por encima de leyes, de procedimientos y de instituciones. ¿Para qué entonces participar en la legitimación de un teatrito?
Que los que no creen en Santa Claus anulen los votos y los que quieran seguir dando vueltas a la noria, en espera de los cambios que urgen, pues, allá ellos.