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A c r ó p o l i s
Salvador Flores Llamas
El PRI se ha autollamado nuevo porque colaboró con el PAN para aprobar las principales reformas de ley que impulsó el presidente Felipe Calderón para implementar su programa de gobierno: fiscal, electoral y energética; pero lo que no dice es que presionó tanto que dichas reformas no sirvieron de nada y más bien resultaron contrarreformas.
Ante la fiscal chantajeó al gobierno panista para que le dejara ganar el gobierno de Yucatán y se aprobara una electoral que viola la libertad de expresión de todos los mexicanos, destruyó el IFE, lo puso en manos de los partidos y ahora la gente ya no confía para nada en éste, como lo prueba la resistencia de los ciudadanos a participar como funcionarios de casilla en la elección del 5 de julio.
El nuevo PRI no tuvo empacho en cambiar la Carta Magna para evitar que candidatos, partidos y particulares puedan contratar spots electorales y espacios en la prensa escrita y señalar fichas negativas de candidatos y partidos, dizque para evitar campañas negras; como no ocurre en ningún otro país e impide que la gente conozca bien por quiénes va a votar.
En cambio impidió toda reforma constitucional en materia petrolera, so pretexto de no privatizar Pemex, lo que nadie pretendía, para decirse muy patriota, porque "la Patria no se vende", y le hizo el juego a López Obrador; lo que no extraña, pues éste nació políticamente en el PRI y ahí aprendió todas sus mañas.
El resultado es que el gobierno de Calderón sólo podrá abrir una nueva refinería, del todo insuficiente para que dejemos de importar gasolina; en vez de que se construyeran las necesarias para industrializar aquí nuestro petróleo.
El nuevo PRI es mero slogan electorero, que echan al suelo sus 18 gobernadores (mayoría entre 32) que gastan dinero y planes sociales en apoyar a sus candidatos, con las patrañas fraudulentas que perfeccionó en 7 décadas de dictadura perfecta.
Lo corrobora el que acabe de escoger a un grupo de dinosaurios para que manejen la elección en los principales municipios del Estado de México, que hace años le arrebató la oposición.
Ahí el maestro de mapaches el Meme González Garza; Carlos Rojas, ex secretario de Sedesol, y los ex gobernadores René Juárez Cisneros (Guerrero) Manuel Cavazos Lerma (Tamaulipas) y César Camacho (Edomex) liderados por Enrique Martínez (Coahuila) delegado del CEN en la entidad.
Aquí el tricolor enseñó su luenga experiencia: refuerza la lid comicial en distritos y municipios concretos, y puede redituarle buenos dividendos.
No los puso allí Beatriz Paredes para que enseñen civismo al pueblo, sino para que usen sus trampas para ganar a como dé lugar. Y ellos están más que prestos, pues les va en ello el que a futuro los tome en cuenta su partido.
Tampoco puede ser nuevo PRI al que sus gobernadores desmienten con hechos, pues en esta hora de tremenda inseguridad pública no emplean en combatirla los fondos que les cede el Gobierno Federal, pese al dolor de sus gobernados y a su obligación de empeñarse en ello.
Los secuestros, asesinatos que abundan en Chihuahua, Baja California, Durango, D. F., Nuevo León, Sinaloa, Tamaulipas y demás explican que -según la Auditoría Superior de la Federación, de la Cámara de Diputados- acabe de informar que en 2007 no ejercieron 2,863 millones de pesos (43%) que les pasó el Consejo Nacional de Seguridad Pública.
La Federación dijo que en 2008-2009 los gobernadores no usaron 5,400 millones, casi la mitad de lo que les entregó con idéntico fin.
¿Donde paran esos recursos? La gente lo dice por doquier. Eso sí los gobernadores no cesan de exigir más y más dinero a la Federación y que atraiga los delitos del fuero común para no molestarse ellos, que con frecuencia son detectados en el extranjero cuando ocurren sonados delitos en sus estados.
Tras el operativo federal en Michoacán que detuvo a 30 alcaldes y funcionarios estatales, el PRI respaldó de inmediato la demanda del PRD (que dizque gobierna ese estado) de que no se repitan más aprehensiones de presuntos cómplices del narco antes de la elección del 5 de julio.
Como quien nada debe nada teme, eso subraya el temor de los gobernadores del PRI y PRD de que les descubran más podridas y afecte el resultado electoral, del que el PRI ya se proclamó campeón, según las encuestas que maneja; pero no toma en cuenta la reciente de AISA, en que el PAN lo supera.
El ex partidazo teme que el combate de Calderón a las mafias favorezca al PAN, e intenta desvirtuar ese esfuerzo, pero los hechos juegan en su contra, igual que lo dicho por el ex presidente De la Madrid en una entrevista radiofónica, donde ligó a la familia de Salinas de Gortari con la corrupción y el narco, lo que nadie duda.
El PRD está en tercer lugar: hay sondeos de opinión que le dan 12 puntos ante 31 y 29 del PAN y el PRI, y los más generosos le atribuyen 16 puntos, su cuota normal.
Pesan al sol azteca sus pleitos internos, su actitud contestataria, sus tomas de tribunas del Congreso, sus marchas y algaradas, ordenadas por el Peje; por más que la facción que dirige Jesús Ortega quiera desligarse de él y mostrarse también como un nuevo PRD, cosa que difícilmente se traga la gente. Pero tiene su voto duro y también usa sus tramoyas fraudulentas.
Sobre los partiditos valga insistir que precisa elevar a 5% la votación que debe exigírseles para que conserven su registro, pues la mayoría son zánganos cuyos líderes se enriquecen a costillas del erario público.
Falta menos de un mes para los comicios de medio sexenio. Veremos si prospera la pérfida campaña para no votar o emitir el voto en blanco o anularlo, emprendida por mentes aviesas y comunicadores sin escrúpulos, que culpan a la partidocracia.
Nuevo será el PRI si el 5 de julio gana la anunciada mayoría de diputados federales sin trampas, democráticamente; de lo contrario será la misma gata y sin revolcar.