Una película de altos vuelos

Es grato ver como la empresa de animación Pixar ha dado un gran cuidado a sus contenidos y no únicamente al plano técnico. Sin embargo, los avances que han logrado en cuanto a imágenes generadas digitalmente son impresionantes. Su mayor mérito sigue siendo la poco valorada Wall-e. Tras esa obra maestra —a mi juicio— llega Up, una aventura de altura.

La historia comienza cuando el señor Fredricksen se niega a vender su casa a una poderosa empresa que intenta construir un centro comercial. El consorcio ya es dueño de toda la manzana, pero le falta comprar la vivienda del anciano. Como este se rehúsa, los poderosos buscan el modo de meterlo en apuros, y es obligado por el gobierno a dejar su hogar y recluirse en un asilo.

Pero el señor Carl no está dispuesto a rendirse y coloca miles de globos con helio para que su casa se eleve por los aires. El plan es llevar su residencia a una exótica zona en América del Sur, junto a una bella cascada. En realidad, ese lejano sitio era el lugar soñado por su difunta esposa, quien deseaba vivir grandes aventuras en dicho lugar. Trasladar la casa hasta allá es como cumplir la última voluntad de su mujer y hacer realidad su mayor sueño compartido.

En el trayecto descubre que, accidentalmente, Russell se encontraba en la puerta de la casa cuando esta se elevó así que, sin mayor remedio, el niño se integra a la aventura del señor Fredicksen. Llegar a América del Sur y llevar la vivienda hasta el lugar indicado será la mayor aventura de ambos.

Up es realmente una película de aventuras. En ella los héroes tienen como objetivo llegar sanos y salvos a su destino, y para lograrlo deberán enfrentar diversos obstáculos que buscan detenerlos en su recorrido. En un nivel más disimulado es también una historia donde las cosas no son lo que aparentan y los personajes evitan ser estereotipados. Por ejemplo, Carl es un adulto mayor pero también un hombre de gran vitalidad y de voluntad inquebrantable. Sus actitudes no son las esperadas para una persona de su edad. Lo mismo ocurre con Russell, quien no sólo es un pequeño de rasgos graciosos, es decidido, con iniciativa, inteligente y heroico. En un principio, Carl piensa que llevar a un  niño en su viaje será contraproducente y que se volverá una enorme carga, pero pronto descubre que el infante es de gran ayuda, incluso primordial para lograr su objetivo.

Ese es el punto más interesante del argumento, el sentido de que las personas no son siempre lo que nos imaginamos y que, generalmente, la gente nos puede sorprender para bien o para mal. Por eso no es gratuito que el villano principal sea Charles Muntz, un conocido aventurero que Carl y su esposa admiraban cuando eran niños. Es una rica ironía que sea precisamente la persona que más idolatra, la que se convierta en el peor enemigo de Carl. Otra muestra de que no todo el mundo es quien pensamos.

Visualmente hay una ambientación muy interesante de los años 40’s, donde parece desarrollarse la historia. Otra cosa que se agradece es que las imágenes no se notan forzadas para el formato 3D, como sí ocurre en Monstruos Vs.Aliens donde se abusa de elementos que saltan sin ton ni son hacia la pantalla. Aquí el efecto de tridimensionalidad se percibe en momentos precisos pero bien integrados a la acción.

Una cinta que nos habla sobre los lazos afectivos que vamos forjando a lo largo de nuestra vida, sin importar parentesco ni edad. Un bonito discurso sobre el deseo de materializar los sueños y de la voluntad necesaria para llevarlos a cabo. Técnicamente creo que lo mejor de este filme es la música, hay un uso muy inteligente de cada melodía y se toman motivos de óperas como El barbero de Sevilla y Carmen integrados magistralmente a las escenas.

Quizá la película peca de cierta linealidad, es decir, se nos cuenta una historia que se plantea de manera clara desde sus primeros minutos y nunca hay un elemento sorpresivo para el espectador. Incluso la aparición de Muntz como antagonista es predecible una vez que se establece la presencia de los perros. Sin embargo, hay que aclarar que esa linealidad nunca se vuelve pesada para el espectador, ya que en esencia es una historia bien contada que desarrolla muy bien hacia un clímax emocional. Así que difícilmente los papás se van a dormir en el cine mientras los hijos se divierten.

Aunque no es tan grandiosa como Wall-e, Pixar mantiene la calidad demostrada con sus anteriores trabajos, y da continuidad a sus historias argumentalmente sólidas y con personajes de gran carisma. Up es un gran pretexto para ir al cine.

Recomendaciones:

Star Trek
La versión de J. J. Abrahms de Viaje a las estrellas ha generado comentarios encontrados. Habrá que verla. Solo espero que tenga más claridad narrativa que Lost.

Heroes
Una cinta inspirada en X-men, con la ahora adolescente Dakota Fanning.

Una noche en el museo 2
Parece que la tortura aún no ha terminado. Una segunda parte del churrazo sobre unas figuras que cobran vida en un museo.