848 palabras
Al pedir públicamente y en nombre del Estado perdón por el genocidio de Dersim, el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan ha abierto en Turquía un amplio debate sobre las masacres ocurridas en este país, un hecho que podría incluso replantear la negación de otras campañas de exterminio, de forma especial la que afectó a los armenios a comienzos del siglo XX.
A partir de 1939, Dersim fue declarado oficialmente un territorio “no habitable” y su nombre, de origen kurdo (literalmente, Puerta de Plata), fue modificado por el turco Tunceli, que quiere decir “Puño de Hierro”.
En el caso que ha provocado la actual polémica, todos los habitantes de Dersim, mayoritariamente de religión aleví, fueron asesinados o deportados a otras partes del país entre los años de 1936 y 1939, tras ser aplastada una revuelta general de las tribus locales. Aunque varios historiadores aseguran que fueron decenas de miles los muertos, los pocos documentos oficiales que se han podido consultar reconocen solo la cifra de 13,806, siendo un número similar los que fueron trasladados a la fuerza, fundamentalmente a las provincias de la costa mediterránea.
Viñeta alusiva al aplastamiento de los alevíes.
El debate ha estallado debido a que Erdoğan, tras presentar formalmente sus excusas, insinuó que el principal grupo de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), había sido el responsable de esos crímenes y que, por lo tanto, también debía pedir perdón. Al CHP, de orientación socialdemócrata y con fuerte presencia política en la citada región, le ha faltado tiempo para aclarar que durante el periodo en que ocurrieron los sucesos de Dersim, Turquía era un sistema político de partido único y que, por lo tanto, no se pueden comparar estas dos situaciones históricas. La parlamentaria Sebahat Akkiraz ha puesto también en duda la sinceridad de Erdogán al señalar que si realmente quisiera aclarar lo ocurrido, debería facilitar las investigaciones sobre otros sucesos semejantes.
Se comenta que don Recep, al presentar formalmente las excusas de la nación a los alevíes, en realidad quiere echarle la culpa de la histórica masacre al principal grupo de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP).
Varios destacados columnistas y profesores universitarios han comenzado a intervenir en la polémica, pidiendo que se abran otros archivos secretos de la época, en concreto los de las Fuerzas Armadas, si realmente se quiere saber la verdad, pues hay que tratar igualmente las matanzas de los cristianos armenios y asirios en las dos primeras décadas del siglo XX.
Fotografía de un grupo de mujeres y niños alevíes apresados en los años treintas por fuerzas del Ejército turco.
Eso es lo que ha declarado, por ejemplo, Hakan Yucel, sociólogo de la Universidad de Galatasaray, quien pone en duda la sinceridad de Erdoğan. “El Gobierno manipula estos hechos. En realidad, no quiere abrir el libro de las masacres cometidas en Turquía porque, en ese caso, también tendría que hablar de los armenios”.
Ahmet Demirel, historiador de la Universidad del Bósforo, se ha sumado a la petición de abrir los archivos secretos y ha dicho que las nuevas investigaciones debieran tener como conclusión lógica un hecho de una profunda trascendencia: reescribir los libros de texto con los que los niños turcos aprenden la historia de su país, ya que estos libros niegan la existencia de todas estas masacres.
Demirel, en una entrevista al periódico de lengua inglesa Deily News, aclara, además, que las masacres de Dersim se iniciaron después de que la revuelta de las tribus alevis había sido aplastada y toda la zona estaba ya bajo control del Ejército, de lo que se deduce que la “operación”, como se le denominó oficialmente, había sido concebida como una campaña de limpieza étnica.
Para una aproximación a 'la cuestión armenia', se consigue en Mérida la novela histórica ''El testamento armenio', de G.H. Guarch.