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Rin del angelito
Ya se va para los cielos
ese querido angelito
a rogar por sus abuelos
por sus padres y hermanitos.
Cuando se muere la carne
el alma busca su sitio
adentro de una amapola
o dentro de un pajarito….
Violeta Parra
Siempre me es difícil abordar los temas en donde a causa de la negligencia, la corrupción y la colusión —típico de nuestro México— desembocan en una tragedia lacerante por la pérdida de vidas. El caso de la guardería subrogada del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ABC de Hermosillo, Sonora, es un caso con todas las características de cómo hacer negocio con el Estado, posponiendo la seguridad de los pequeños que tuvieron la mala fortuna de ser cuidados en un inmueble inadecuado y quién sabe si no también por personal descalificado para tal actividad.
Seguro que en estos momentos todas las autoridades de guarderías del IMSS y de otras dependencias estatales y hasta paraestatales —subrogadas o no— estarán más que activas en la revisión de sus instalaciones y permisos para la prestación del servicio de cuidado e instrucción de infantes. Lo lamentable es que sea a la mexicana, es decir, luego de la fatalidad vivida en la guardería de Hermosillo y no por la cualidad de responsabilidad que debería imperar en quienes atienden estos centros de cuidado infantil. Algo muy similar sucedió luego de que la contingencia sanitaria obligara a las autoridades correspondientes a exigir limpieza a todos los prestadores de servicio alimenticio y de recreación. Restaurantes, jardines y salones de fiestas, experimentaron un cambio radical, como si la higiene, fuera algo anormal o atípico en sus instalaciones.
Quedará muy claro ahora para millones de mexicanos, que la privatización de los servicios que hasta ahora presta el gobierno mexicano, implica riesgos, no sólo económicos, sino aún más importantes y únicos, las vidas de nosotros mismos. El sistema de subrogación de guarderías del Seguro Social es una muestra clara de cómo un servicio de salud que debe otorgar el Estado, se terciariza para evadir incluso, las prestaciones de ley a miles de trabajadores que habrían de proporcionar sus servicios en esas instalaciones dependientes de los gobiernos.
La muerte de los angelitos de Hermosillo, y el dolor de otros tantos que ahora sufren por las quemaduras, no es un asunto menor y lo deberán atender y enfrentar todos quienes tengan una mínima de responsabilidad, así sea indirecta. No habrá investigación —aún cuando se llegue como se repite hasta las últimas consecuencias— que mitigue las secuelas de este acto criminal.
¿Seguridad Social para los mexicanos?, ¿En dónde la encontramos? No estamos solos, convivimos y dependemos del enemigo.
Acta Divina… Hace unos días, la Fiscalía del estado de Sonora apuntó a la "negligencia" como causa del incendio del pasado viernes que ha cobrado la vida de 44 niños menores de cuatro años y la salud de varios más. actapublica@gmail.com