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CIUDAD DE MÉXICO, 18 de septiembre.- Un equipo del Laboratorio de Química Atmosférica del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM detectó metales pesados en hojas de la especie Ligustrum vulgare, árbol mejor conocido como aligustre o trueno, en el Bosque de Tlalpan, en el Distrito Federal.
El grupo, que encabeza Rocío García Martínez, halló mercurio y vanadio, así como aluminio, plomo o cadmio, en cantidades mínimas de partes por millón. No obstante, su simple presencia “es cuestión de preocupación, porque es lo que respiramos todos los días”.»»»
En el biomonitoreo atmosférico se usan las hojas de los árboles como 'trazadores'.
Esos elementos se originan en el momento que, debido al diésel o las gasolinas, se registra un proceso de corrosión de los catalizadores de los autos, que los libera. Por ello, recomendó que la gente que tiene más exposición, como la que trabaja al aire libre, cuente con exámenes periódicos de sangre y orina para su detección.
Este trabajo tiene sus antecedentes en otro, realizado por la universitaria en Juriquilla, Querétaro, donde hizo una estancia posdoctoral.
La idea, en ese caso, era detectar material radiactivo, como uranio o radón, como indicadores del magnetismo que existió en esa zona. Se estudió la lluvia y los árboles, en cuyas hojas se presenta la deposición o depositación de los contaminantes.
Luego, se decidió hacer el estudio en el DF, en específico en el Bosque de Tlalpan, ubicado entre avenidas de intenso tránsito vehicular.
Ahí se determinó qué especies se podrían usar como “trazadores”, de acuerdo con el tipo y tamaño de hoja. A este procedimiento se le conoce como biomonitoreo atmosférico.
Para que la hoja sirva como un trazador, se hacen evaluaciones: cuál es la especie más abundante, la edad y el tipo de aquélla que permita observar la deposición o la concentración del metal.
Se eligió el trueno o Ligustrum vulgare, un árbol muy abundante en el bosque y con las características requeridas. Gracias a eso se detectaron nueve metales de interés por su grado de toxicidad, entre ellos aluminio, cadmio, cromo, vanadio, níquel, plomo y mercurio.
Respecto a este último, abundó García en un comunicado, hay pocos estudios. “El dos-dimetil mercurio es el más tóxico de los metales, se volatiliza y, en efecto, lo hemos encontrado”.
Empero, no se puede decir si las cantidades son “altas” o “bajas”, porque no hay una norma establecida; pero existen, y se pueden acumular y alojarse en el organismo, eso es lo importante, refirió. (CAMPUS MÉXICO)