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FORTALEZA, Brasil, 17 de junio.- México usualmente tiene poca paciencia con los entrenadores de su Selección de Fútbol. Aunque los dirigentes actuales han apoyado a José Manuel Chepo De Torre, es probable que una mala Copa Confederaciones sea el detonante para un cambio de mando en la dirección técnica del Tri.
De la Torre ha sufrido una avalancha de críticas en México por el mal paso en las eliminatorias mundialistas. Incluso, algunos de sus jugadores ya cuestionan abiertamente el estilo de juego.
De la Torre ha sufrido una avalancha de críticas en México por el mal paso en las eliminatorias mundialistas, incluyendo un empate 0-0 ante Costa Rica en la última fecha antes de viajar a la Confederaciones que provocó que la afición en el Estadio Azteca lo despidiera con gritos de "¡Fuera Chepo, fuera Chepo!".
El entrenador y los dirigentes confiaban en que una buena Confederaciones fuera el bálsamo necesario para curar los males, pero la derrota de 2-1 ante Italia del domingo abrió más la herida y aumentó la intensidad del coro de aquellos que piden su salida.
Incluso algunos de sus jugadores ya cuestionan abiertamente el estilo de juego.
"Debemos tener personalidad y jugar sin miedo, una cosa es jugar respetando al rival y otra cosa es tener miedo y hoy tuvimos miedo para tener la pelota, para tener tranquilidad y tener la pelota", dijo el zaguero Carlos Salcido luego de la derrota ante los italianos.
"Yo terminé cansado y toqué creo que diez pelotas... estamos corriendo como locos y nada más. Falta volumen de juego, nos falta volumen de fútbol, nos falta tener la pelota", agregó el dos veces mundialista, cuestionando abiertamente a De la Torre, quien optó por replegar al equipo ante los italianos.
Aunque Salcido es el primero que da muestras de inconformidad, no sería raro pensar que hay otros que comparten su opinión. Giovani Dos Santos, quien dio un gran partido ante Italia, inexplicablemente estuvo en la banca en dos de los últimos encuentros por decisión de De la Torre.
Carlos Vela, el segundo mejor delantero de México después de Javier Hernández, se quedó en Europa por diferencias que no ha podido arreglar con De la Torre.
"Tenemos una relación muy abierta, de cordialidad y de compromiso con él", dijo el portero Jesús Corona, quien no piensa que el vestuario esté roto. "Estamos respaldándolo, pero el mejor respaldo que le podemos dar es hacer lo mejor posible las cosas en la cancha".
De la Torre navegó en aguas tranquilas durante los primeros dos años de su mandato. Ganó la Copa Oro en el 2011 sin perder un solo encuentro y en la fase de grupos de las eliminatorias ganó los seis partidos que disputó.
Aunque su estilo de juego nunca fue espectacular, los resultados apoyaban las formas.
Pero en el hexagonal final empató cinco de sus seis desafíos, incluyendo tres empates sin goles en el Estadio Azteca, un feudo antes infranqueable para los visitantes.
México está a ley de un empate de igualar la marca desde que se implementó el formato actual de eliminatorias para el Mundial de Francia 1998, bajo el mando de Bora Milutinovic.
Aunque el serbio eventualmente clasificó a México, fue cesado y Manuel Lapuente se hizo cargo de ese equipo en el Mundial.
Desde entonces, sólo el argentino Ricardo La Volpe ha completado un ciclo de cuatro años previo a una Copa del Mundo. En el ciclo de Sudáfrica 2010, Hugo Sánchez, Jesús Ramírez, Sven Goran Eriksson y Javier Aguirre estuvieron en la banca mexicana.
Aguirre ya antes había relevado a Enrique Meza y clasificó a México a Corea-Japón 2002.
"El trabajo es lo único que te sacará adelante y es lo que tenemos en mente", dijo el zaguero Francisco Rodríguez. "Hay que seguir haciéndolo al cien por ciento y no darnos por vencidos".
De la Torre todavía cuenta con el aval del presidente de la Federación Mexicana de Fútbol, Justino Compeán, quien hasta ahora ha resistido la tentación de hacer un cambio.
Compeán cesó a Sánchez por no clasificar a México a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, a Eriksson lo dejó ir porque el equipo sumaba tres puntos luego de tres encuentros del hexagonal, números idénticos a los que tenía el Chepo de inicio.
Pero una derrota ante Brasil el miércoles y algo menos que un triunfo ante Japón en la tercera fecha de la Confederaciones podrían colmar su paciencia. (AP)