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Dicen por ahí que una de las ventajas de vivir en México, es que te puedes parar con una olla de tamales, en la esquina de cualquier ciudad, y conseguir dinero para solventar los gastos de la semana.
Puede ser, aunque la realidad económica de cada uno de los habitantes del país es muy diferente y contrastante. Generaciones y generaciones de mexicanos hemos crecido escuchando que "hay crisis" y que cada nuevo gobierno hará lo posible para que vivamos sin la preocupación de qué comeremos mañana.
Para 2012-2013 había muchas esperanzas —así nos prometieron— de que nuestros bolsillos sentirían una leve mejoría. Que habría un respiro. Sin embargo, testimonios recabados entre empresarios de diferentes ramos en Yucatán, presentan una realidad diferente.
Juan, responsable de una empresa especializada en eventos sociales, indica que "definitivamente se ha ido frenando un poco la cantidad de eventos, cada vez más personas prefieren hacerlos más pequeños. Antes, una boda promedio, era contemplada para unas 300 personas, y ahorita son para 150-200".
"La gente ya no puede gastar en este tipo de servicios", recalca.
Este año sí ha sido diferente para la empresa, con siete años laborando en Mérida. "Hemos tenido que bajar los precios. Y, además, todos los insumos siguen subiendo, lo que marca una gran diferencia con las utilidades que había el año pasado con las de ahorita".
"Los clientes buscan una forma de pago a crédito, ya sea con tarjeta o piden plan de pagos. En mayo y junio no hubo trabajo y si piensa uno '¿qué hago,cierro?', pero como buen mexicano tenemos fe en nosotros mismos y siempre se piensa que mañana va a salir el sol y va a haber más trabajo".
"El flujo de efectivo es determinante en una economía. Si una persona deja de pagar, se vuelve una cadena. Por ejemplo, yo necesito imprentas, contratar diseñadores gráficos y al no poder cobrar lo que me deben, aunque yo tenga efectivo, mejor me quedo con ese dinero para sobrevivir en vez de seguir haciendo inversiones".
Preguntamos cuál sería la solución a este problema económico, desde el punto de vista de un empresario de mediana empresa. "Creo que el mayor problema que hay es una mala política hacendaria por parte el gobierno. A los que somos empresarios, a la gente que es emprendedora le cuesta muchísimo trabajo iniciar un negocio, y cuesta muchísimo más trabajo mantenerlo", señala Juan.
"El mismo gobierno contrata proveedores que tienen una empresa pequeña y los 'ahorca' pidiéndoles crédito de 120 días, y una empresa pequeña no puede aguantar ese ritmo. Entonces, habría que hacer una reestructuración de impuestos por aquello de los beneficios... Resulta que el que más tiene, adquiere más posibilidades de poder justificar o matar sus impuestos, y el que menos tiene, al no tener esa posibilidad, como hacer una donación o una fundación, debe pagar al fisco, que te persigue como sí fueras un ladrón".
"Y lo que pasa realmente es que no estas teniendo ese flujo de efectivo. Sí tienes las facturas pero no tienes el dinero porque no te pagan. Entonces llega el Seguro Social y te embarga, el Infonavit y te embarga, Hacienda te clausura. Esa es la situación. Creo que con el apoyo del gobierno y si bajaran un poco las tarifas de luz y combustible, tan importantes para un negocio, ayudarían muchísimo al sector empresarial".
"Mi equipo de trabajo no es muy grande, de base son cinco personas. Hace unos meses eran seis, pero uno decidió retirarse y ya no volví a contratar a nadie. Si hablamos a gran escala, tuve que prescindir de la quinta parte de mi fuerza de trabajo. Me imagino que empresas más grandes habrán despedido, a lo mejor, 100 o 500 trabajadores", indica Juan.
Este malestar es generalizado en el ramo de los eventos sociales, nos explica. "En el ramo de los eventos sociales, banqueteros, floristas, gente que renta equipos, estamos de acuerdo: no hay mucho trabajo. Ya somos muchos, la crisis económica ha provocado una competencia desleal".
Sólo basta prender la televisión, revisar los principales sitios de internet, escuchar la radio... Las promociones de ayuda e impulso a las Pymes están a la orden del día. Incluso periódicos de importancia nacional tienen secciones dedicadas al funcionamiento de las pequeñas y mediana empresas. Los bancos no cesan en su empeño por conceder créditos para "ayudar a mejorar la economía".
Hay asociaciones, grupos de apoyo, premios a nivel nacional, pero ¿por qué el tiempo de vida estimado para las Pymes es tan poco?
"Han facilitado los trámites a las empresas, pero el andar, cuando el negocio ya está funcionando, eso sigue igual. No hay algún tipo de plan de financiamiento, por ejemplo, alguna ayuda para que los primeros años de impuestos se tenga la oportunidad de crecer la empresa", asevera Juan.
"Incluso, creo que el gobierno gasta mucho dinero en los emprendedores pero no obligan, por ejemplo, a que determinada cantidad sea dedicada a la capacitación para que pueda sobrellevar el funcionamiento de su negocio. A eso lo llaman fondo perdido, el saber que la empresa va a abrir pero en tres o seis meses va a cerrar".
"El panorama es generalizado. Lo vemos en las grandes cadenas de comercialización. Ahora ya son permanentes las ventas nocturnas, los dos por uno, el 'compra una caja de doce por el precio de diez', lo que quiere decir que a los grandes también les está costando trabajo. Entonces, imagínense cómo los pequeños estamos sintiendo esa recesión".
"Recalco que creo que se debe a la política hacendaria. Nos empuja más a la informalidad, donde todo lo que no tenga que ser facturado es bienvenido".
De acuerdo con ella Radiografía de la Economía e Industria Mexicana realizada por la CONCAMIN, para el primer semestre de 2012, "si bien en el entorno mundial la actividad económica, el comercio y el empleo siguen mostrando altibajos, los signos de moderada reanimación comienzan a dominar la escena".
"Nuestra economía ofrece resultados mixtos. A principios de 2013 señalamos que éste no sería un año sencillo debido a los persistentes nubarrones en el panorama internacional y la volatilidad de los mercados financieros, entre otros", se explica en el documento. "Pese a ello, existía la certeza de que 2013 sería un año de crecimiento de la producción, de más y mejores empleos y de avances en la modernización de la planta productiva".
"Sin embargo, la combinación de un entorno mundial más difícil de lo anticipado y un mercado interno que perdió dinamismo en los primeros meses del año, intensificaron la desaceleración de nuestra economía, obligándonos a realizar ajustes a la baja en el crecimiento esperado para 2013".
"Consolidamos el control de la inflación, las finanzas públicas y los réditos; aumentan las reservas internacionales y desciende el riesgo país, pero la actividad productiva, la inversión en el sector formal y la generación de empleos, avanzan a un ritmo cada vez más lento", termina el documento.
Karla, directora de una empresa especializada en diseño, señala que el año transcurrido ha sido negativo para su negocio, pero confía en que poco a poco mejore. "No sé si el presidente Enrique Peña Nieto haya prometido un 3% de mejora, pero la realidad es que no me ha ido muy bien", señala.
"No nos queda más que seguir trabajando", agrega.
Arturo, propietario de un centro de acondicionamiento físico para todas las edades, afirma que en un año de gobierno del nuevo presidente de la república, su negocio se ha mantenido igual, pero ha tenido más egresos por el aumento del costo de la gasolina, gas, agua y electricidad.
"Mis clientes se han mantenido, no han disminuido pero tampoco incrementado. Y sí, he tenido que pagar más en servicios básicos", explica.
La misma situación es para un despacho de contadores, con una cadena de clientes amplia. Los propietarios señalan que, paradójicamente, el flujo de clientes se mantiene pero tardan hasta seis meses en pagar. "Por esta situación no podemos aumentar los honorarios. Clientes y trabajo sí hay, pero el pago es tardío".
La constante es la misma..... "Trabajo sí hay ... Pero no pagan".