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México (19 de diciembre).- Desde que se dieron a conocer las torturas de la CIA, la agencia de inteligencia estadounidense, las llamadas en Reino Unido a esclarecer las acciones de los servicios secretos británicos en la “guerra contra el terrorismo” no han dejado de aumentar.
El informe incriminatorio publicado hace una semana por el Senado de Estados Unidos ha resucitado muchas preguntas todavía sin respuesta sobre lo que hicieron el MI5 y el MI6, las agencias de espionaje interna e internacional, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
En 2010, el propio primer ministro, David Cameron, admitió que había “interrogantes sobre el grado de cooperación de los agentes británicos con los servicios de inteligencia extranjeros (incluidos los estadounidenses) que trataron a los prisioneros de manera inapropiada”.
El juez retirado Peter Gibson fue requerido para llevar a cabo una investigación independiente. Pero sin recursos suficientes, el informe realizado en diciembre 2013 contiene más preguntas que respuestas. Y suena como una confesión de impotencia frente a una administración poco dispuesta a revelar sus secretos.
La Comisión Parlamentaria de Inteligencia y Seguridad (ISC) heredó el informe, y debe emitir sus propias conclusiones a finales de 2015.
“Una vez que la Comisión haya emitido su informe, tenemos que preguntarnos si no es necesario abrir una investigación judicial completa”, dijo el viceprimer ministro, Nick Clegg (Liberal demócrata).
¿Tiene la inteligencia británica las manos limpias? Entre los que dicen que “no” está el etíope Binyam Mohamed. Detenido en Guantánamo durante más de cuatro años, cree que un miembro del MI5 proporcionó las preguntas durante los interrogatorios acompañados de torturas. - (Agencias)