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Lo que empezó como una promesa a uno de los "niños invisibles" de Uganda, en África Central, llamado Jacob, alcanza hoy el momento cumbre para difundir a nivel mundial el nombre de Joseph Kony, el peor criminal del mundo, catalogado de esta forma por la Corte Criminal Internacional, que lo busca para juzgarlo por crímenes contra la humanidad, especialmente en niños, y de guerra, que incluyen asesinato, esclavista sexual, violaciones y secuestro.
Activistas de todo el mundo, integrantes del ejército de paz de la fundación "Niños Invisibles" (Invisible Kids) con sede en San Diego, California y miles de simpatizantes de la campaña mundial "Kony 2012" se darán cita al anochecer en diversas calles del mundo para llenarlas de carteles, calcomanías y propaganda, a fin de que el mayor número de personas en el mundo sepa quien es Kony.
El director del documental "Kony 2012" y fundador de este movimiento activista, Jason Rusell, señaló que mientras más gente en el planeta sepa sobre Joseph Kony y sus crímenes contra los niños de África Central, los países, especialmente Estados Unidos, se sentirán más obligados a colaborar con la captura de este criminal.
En el filme, que se encuentra en Youtube con el titulo de "Kony 2012", Jason Rusell señala que el principal problema para detener a Kony y a su Ejército de Resistencia Nacional (NRA por sus siglas en inglés) es que 99% del planeta no sabe quién es porque si lo supieran, ya se habría logrado su captura.
Joseph Kony, el hombre más buscado por la Corte Criminal Internacional por sus crímenes contra los niños.
Dio a conocer que por esta falta de divulgación del conflicto que viven África Central, especialmente los niños, el gobierno de Estados Unidos de Norteamérica, rehusó en un primer acercamiento con activistas, el involucrarse en la captura de Kony, por considerar que pone en riesgo su propia seguridad nacional y sus intereses financieros.
Sin embargo, en 2011, el gobierno norteamericano cambió de opinión luego de que se levantara en su propio territorio un masivo movimiento juvenil que exigía la captura del criminal de guerra africano.
En octubre de 2011, el presidente Barack Omaba notificó a la organización Niños Invisibles, por medio de una carta, su decisión de enviar un pequeño número de fuerzas armadas para establecerse en África Central y ayudar a las fuerzas regionales que están en ese país para eliminar a Kony en el campo de batalla. El funcionario precisó que los Estados Unidos no intervendrán en el combate, pero sí asesorarán para el arresto del criminal y para desarticular su ejército.
La aventura de Jason Rusell para tratar de detener a Joseph Kony inició a principios de 2002, durante sus viajes de trabajo a África Central. Ahí conoció a un niño llamado Jacob, quien le contó los horrores que vivían los niños y sus familias desde hace más de 20 años, por culpa del líder del Ejército de Resistencia Nacional.
Durante una de las pláticas con Jacob, este le contó que había visto la matanza de muchos niños a los que les cortaban el cuello, por lo que los que aún no habían caído bajo el yugo de Kony tenían que huir a aldeas remotas para no ser asesinados o secuestrados. El menor también habló sobre la muerte de su hermano.
—Es mejor que nos maten a que sigamos viviendo en estas condiciones. No podemos seguir así —dijo el niño entre lágrimas.
Conmovido por esta situación, Jason Rusell prometió que detendría a Joseph Kony, aunque no tenía idea de cómo lo haría. Sin embargo, su promesa poco a poco tomó forma, primero acercándose a congresistas de Estados Unidos para convencerlos infructuosamente de intervenir en la captura del criminal; luego, haciendo un documental en el que narrara la situación que viven los niños en África Central por los crímenes de Kony, que fue presentando en escuelas y en otros auditorios; recaudando fondos que ayudaron a levantar una escuela en África y la creación de algunos empleos; la adquisición de una red de radio para avisar a los poblados de los ataques de los rebeldes y crear un movimiento mundial, que incluye un ejército de paz, conformado principalmente por jóvenes.
Jason Rusell, director del documental y de la campaña "Kony 2012".
De acuerdo con el documental, Joseph Kony ha aterrorizado durante 26 años a Uganda al secuestrar a niños para integrarlos a su ejército de rebeldes. Los niños no solo son convertidos en soldados, sino que también son forzados a asesinar a sus propios padres; además, mutilan la cara de sus víctimas. Mientras tanto, las niñas son convertidas en esclavas sexuales. Más de 30 mil niños en ese país han sufrido o sufrirán esta suerte, si Kony no es detenido.
—Kony no pelea por una causa, sino por mantener su poder —aseguró el director del documental "Kony 2012".
Las atrocidades de Kony también incluyen mutilaciones brutales, como cortar los labios de un niño, así como sus miembros.
Representantes de la Corte Criminal Internacional completan el retrato de Kony al comentar que en varias ocasiones ha propuesto la paz con la estrategia de recobrar fuerzas y volver a atacar.
Otras fuentes señalan que Kony, un exmonaguillo, fue capturado cuando tenía 20 años en medio de una ola de violencia que marcó los años finales del mandato de Milton Obote. Este fue destituido por un golpe militar en 1985, y poco después, el Ejército de Resistencia Nacional de Yoweri Museveni tomó el poder. El ejército de Kony fue uno de los muchos que se rebeló contra Museveni.
Se cree que por la presión del movimiento internacional por su captura, Kony huyó a Sudán entre finales de 2005 y principios de 2006 y no ha regresado a Uganda desde entonces. Estaría acompañado de un pequeño grupo de partidarios con los que continúa aterrorizando a personas en distintas partes del continente.
Miles de niños han sido secuestrados por Kony para ser incorporados a su ejército. Otros, han sido mutilados o asesinados.
Debido a que se desconoce su paradero, lo que dificulta su captura, Jason Rusell teme que ante esta situación el apoyo internacional puede acabarse en cualquier momento.
Con esta posibilidad, el director decidió cambiar de estrategia para evitar que decaiga el apoyo internacional de la captura de Kony, por lo que decidió "hacer visible" y famoso al criminal africano, mas no por sus sanguinarias acciones, sino para hacer conocido su nombre a nivel mundial.
Para lograrlo, se decidió recurrir a 20 personalidades de la farándula, deportes y negocios, como Angelina Jolie, Rhianna, George Clooney y Bill Gates, entre otros, para que utilizaran su fama y hablaran sobre la necesidad de capturar a Kony. Simultáneamente se eligieron 12 políticos para promover la captura del africano.
De acuerdo con Jason Rusell, todos los esfuerzos culminarán el 20 de abril de 2012. En esa noche, miles de voluntarios de todas partes del mundo saldrán a las calles a llenarlas de posters, calcomanías y propaganda para que al despertar el resto de la ciudad sepa quién es Kony.
Finalmente, el director reflexionó en cómo el uso de la tecnología y las redes sociales permiten el nacimiento y desarrollo de un movimiento ciudadano que no tiene más objetivo que ayudar a otros seres humanos, sin importar la distancia.
—Antes dependeríamos de la gente de dinero, de poder o de los dueños de medios de comunicación para saber quién es Joseph Kony y el daño que le ha hecho a los niños de Uganda. Ahora gracias a las redes sociales y a la tecnología, los simples ciudadanos podemos dar a conocer lo que sucede en otro país y hacer algo para generar una diferencia. L.I.