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Ingerir alimentos sólidos o líquidos demasiado deprisa, cambios de humor, estrés, emociones fuertes, ansiedad, consumo de bebidas con gas carbónico, tabaquismo, abuso de alcohol, cambios bruscos de temperatura, comidas excesivamente calientes o frías, y el embarazo, son algunas de las causas más comunes que ocasionan el hipo agudo, que es el más común, dio a conocer la Dra. Brenda Herrera Chi, gastroenteróloga del Hospital Regional "Ignacio García Téllez" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Agregó que el hipo es una contracción de los músculos del diafragma, fundamental para la respiración de los mamíferos, y que está asociado a un cierre espontáneo de la glotis, que es lo que produce el ruido característico.
Precisó que el cierre se debe, generalmente, a una irritación nerviosa que puede afectar a dos nervios importantes: el vago y el frénico. Este último controla la contracción y relaja el diafragma. Si el nervio frénico envía impulsos anómalos, el diafragma se contrae de forma repentina, provocando una inspiración súbita anormal y el cierre brusco de la glotis.
—De acuerdo a las conexiones y órganos que la irritación vaya tocando en su trayecto, dependerá cómo se producirá el hipo y sobretodo, la duración de la sintomatología.
Agregó que el hipo es una situación tan común que se presenta a cualquier edad —recién nacidos y bebés, desde fetos o productos en gestación durante el primer trimestre del embarazo.
{xtypo_rounded1}Remedios para el hipo:
Detener temporalmente la respiración durante 15 segundos
Dar un masaje en el cuello, en el plexo cervical
Beber lentamente o rapidamente un vaso de líquido (sin gas y sin alcohol)
Cambiar el ritmo respiratorio, consiguiendo una respiración profunda y lenta
Comprimir el diafragma
Asustar a la persona que padece hipo para interrumpir bruscamente la respiración
Acostarse sobre la espalda y llevar las rodillas contra el pecho
Comer una cucharada de ázucar{/xtypo_rounded1}
Dio a conocer que dependiendo de la duración del hipo puede clasificarse de tres maneras. El hipo agudo, con una duración menor a las 48 horas, corresponde a la mayoría de los casos y es originado por causas benignas, como ingerir alimentos sólidos o líquidos demasiado de prisa, cambios de humor, estrés, emociones fuertes, ansiedad, consumo de bebidas con gas carbónico, tabaquismo, abuso de alcohol, cambios bruscos de temperatura, comidas excesivamente calientes o frías, y el embarazo. Este tipo de hipo se resuelve de manera espontánea y es un trastorno benigno.
Una cucharada de azúcar es un remedio casero eficaz para combatir el hipo.
El hipo persistente (singultus) —se presenta en forma de un ataque prolongado o ataques recurrentes durante un tiempo superior a los 48 horas— también puede resolverse sin tratamiento, pero en algunas ocasiones requiere de un estudio médico para precisar su origen. Puede incomodar enormemente a quien lo padece y provocar insomnio, pérdida de peso e incluso trastorno de ritmo cardíaco. En estos casos puede ser signo de una enfermedad severa, por lo que los pacientes deben ser objeto de valoración médica que evalúe las posibles enfermedades que han originado el problema.
Mencionó que el hipo persistente afecta a uno de cada 100 mil personas y afecta principalmente a mayores de 50 años.
Insistió en que cuando este tipo de hipo se presenta el médico debe estar muy alerta porque hay que investigar otras causas, no solo las de origen gastrointestinal, como una irritación del esófago o del estómago, sino que el hipo puede ser producido por otro tipo de enfermedades o lesiones en el sistema nervioso central, un tumor cerebral o una tumoración a nivel de cuello, que involucre un órgano que tenemos en el cuello que se llama tiroides, o bien, enfermedades del pulmón, como algún tipo de bronquitis, asma, neumonías o tumores mediastinales.
En cuanto al tercer tipo de hipo, señaló que se llama refractario, que dura más de un mes y puede durar por años. En 90% de los casos está provocado por enfermedades que causan irritación al nervio frénico o del nervio vago.
La especialista comentó que si el hipo de tipo benigno, que es el más común, no se detiene inmediatamente, la persona puede hacer uso de remedios caseros, como tragar ázucar granulada —porque al pasar el azúcar por el paladar inhibe el hipo; el ingerir bebidas con mucho hielo; contener lo más que se pueda la respiración, el inhalar dentro de una bolsa aumenta los niveles de dióxido de carbono y de alguna manera este elemento inhibe el reflejo del hipo; hasta un susto.
—Básicamente todos estos remedios tienen sus bases científicas y por eso funcionan. L.I.