COMAYAGUA, 17 de febrero.- Al menos 382 reclusos murieron quemados en una granja penal de Honduras, en la peor tragedia de ese tipo que se haya producido en una cárcel en los últimos 100 años. Un incendio cuyo origen aún está en investigación empezó a las 11:40 de la noche del martes 14 en el pabellón 6 de la atiborrada prisión de Comayagua, localizada a unas 55 millas al norte de Tegucigalpa, la capital hondureña.

El fuego avanzó rápidamente ante la desesperación de los internos. Los bomberos llegaron diez minutos después de iniciado el incendio, pero no pudieron combatir las llamas pues los guardias se lo impidieron porque temían que fuera un ardid para una fuga masiva.

Las escenas fueron horripilantes, según los testigos, que vieron morir quemados vivos a centenares de reclusos.

Al cierre de esta edición se conoció que los gobiernos de Estados Unidos, México, Chile, Francia y España fueron los primeros en responder al llamado de las autoridades de Honduras para asistir a la investigación. Una delegación estadounidense de químicos forenses, expertos en explosivos y perros que olfatean explosivos y acelerantes llegó el jueves 16 a Honduras, y empezó sus pesquisas.

“El propósito de nuestra misión es determinar cómo se inició el incendio”, explicó un comunicado de la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa.

Los gritos de auxilio, dolor o pavor y una columna de humo que emanaba del módulo seis alertaron al resto de prisioneros de la tragedía que se propagaba rápidamente por el penal de Comayagua, donde al menos 382 reos perecieron carbonizados o asfixiados en un incendio que no fue combatido a tiempo por el temor inicial a que se tratara de un intento de fuga.

“Nosotros rompimos el techo y salimos pero vimos como morían en el módulo de enfrente. (Los presos) querían salir pero estaba cerrado. Todos murieron, esto fue algo horrible, es una pesadilla”, relató Eladio Chicas, un reo que cumple una condena de 39 años de prisión, de los cuales ya purgó 15. El sobreviviente se encontraba en el módulo cuatro, de los 12 que integran la penitenciaría.

Las llamas comenzaron en el módulo seis, donde las autoridades dijeron que un recluso incendió intencionalmente su colchón.

Primero la guardia del reclusorio pensó que se trataba de un intento de fuga y por eso impidió durante alrededor de media hora que los bomberos ingresaran a combatir las llamas, que continuaron abrasando las literas, ropa y sábanas, pero también segando las vidas de muchos que estaban atrapados dentro de sus celdas, cerradas con candados.

“Llegamos diez minutos después de que comenzó el incendio en la cárcel, pero no entramos de inmediato porque los guardias lo impidieron”, declaró el jefe de bomberos de Comayagua, Leonel Silva.

Según el director de los centros penales, Danilo Orellana, “los guardias creyeron en un principio que se trataba de una fuga masiva de reos, por eso cumplieron la ley y no permitieron el ingreso de nadie a la cárcel para evitar muertes innecesarias”.

Sin embargo, ese protocolo de seguridad condujo a la muerte a muchos de los detenidos.

Chicas comentó que “estaba dormido cuando escuchamos gritos y vimos que salía humo del módulo seis. Se estaba quemando y allí los vimos morir a todos. Creo que se salvaron dos”.

“No sé qué pasó. No sé si alguien le prendió fuego o fue un accidente (porque) yo no estaba en ese módulo. Solo vi las llamas y cuando salimos estaban siendo quemados, junto a los barrotes quedaron pegados” algunos de los prisioneros, contó Chicas, de 40 años.

El fuego comenzó en el denominado “hogar seis” del penal, en el cual permanecían 105 cautivos, de los que solo cuatro sobrevivieron, indicó Ordóñez.

El héroe de Comayagua

Se llama Marco Munguía, aunque todos le llaman 'El Chaparro', y hasta hace tres días era uno de los enfermeros de la prisión de Comayagua. Hoy es un héroe, aunque nadie le ha visto después de la tragedia en la que murieron más de 350 personas.

Todo el mundo habla de su heroicidad. De como se metió entre las llamas para abrir las celdas donde se agolpaban decenas de presos consumidos por el fuego.

"Yo me salvé por 'El Chaparro', que llegó y rompió el candado con una banca, este es un héroe, muchos de nosotros le debemos la vida", cuenta uno de los supervivientes que junto a tres compañeros puede contar su historia.

"Dicen que le dijo al guardia que custodiaba las llaves que abriera, pero no se las quería dar y luego le tiro unas pero no eran todas y él entre las llamas comenzó a romper los candados. Le digo, el nos salvó", asegura.

Según informan medios latinoamericanos, todo apunta que Munguía salió ileso del incendio y que no quiere protagonismo, aunque los políticos ya se han hecho eco de su nombre.

De hecho, ha sido la gobernadora de Comayagua la primera en llamarlo héroe, después de visitar el penal y escuchar lo que el resto de prisioneros decían de la dramática intervención que tuvo.

Mientras tanto se siguen conociendo más detalles sobre los sucedido. El último en hablar Rosendo Sánchez, uno de los presos condenado a 10 años, que ha asegurado que los guardias de la prisión dejaron morir a los presos en sus celdas.

"Fue un infierno ver a tus amigos, gente que has conocido, quemarse vivos", explicó. Sánchez se quejó de que los bomberos no llegaron a la cárcel hasta 30 minutos después de que comenzara el incendio, y que los guardias ignoraron los gritos de auxilio.

"Hay versiones que se le cayeron (las llaves), otros que no las soltaba, pero el enfermero le quitó las llaves y comenzó a abrir las puertas. 'El Chaparro' es el único que tuvo valor", dijo.