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SEATTLE, Washinton, EE. UU., 21 de marzo.- Cuando Justin Bassett fue entrevistado para un nuevo trabajo esperaba que le hicieran las preguntas de siempre sobre su experiencia y sus referencias personales, así que se sorprendió mucho cuando la entrevistadora le pidió su nombre de usuario y contraseña de su página de Facebook.
Bassett, un estadístico de Nueva York, acababa de contestar algunas preguntas generales cuando la entrevistadora viró su atención hacia la computadora para buscar su página de Facebook. Pero no pudo acceder a su perfil privado. Luego se dirigió de nuevo a Bassett y le pidió que le proporcionara su contraseña.
Bassett se rehusó y retiró su solicitud de trabajo, diciendo que no quería trabajar para una compañía que pidiera ese tipo de información tan personal. Pero mientras el mercado laboral comienza a recuperarse con estabilidad, otros buscadores de empleo se están enfrentando a la misma situación impuesta por algunos empleadores, y algunos no están en la posición de negarse a proporcionar dicha información.
En sus esfuerzos por investigar a fondo a sus aspirantes, algunas compañías y dependencias de gobierno están yendo un poco más lejos, y no se conforman con sólo darle un vistazo al perfil personal de una persona en la red social, sino que piden poder tener acceso a la cuenta por completo y revisar más a fondo.
“Es como si le pidieras a alguien las llaves se su casa”, dijo Orin Kerr, un profesor de leyes de la Universidad George Washington y ex fiscal federal, quien se ha referido al asunto como “una flagrante violación a la privacidad”.
La legalidad de semejante práctica ha sido ya cuestionada, y es precisamente en lo que se centra una propuesta de legislación en Illinois y Maryland que busca impedir que las dependencias públicas puedan tener acceso a las redes sociales.
Desde el surgimiento de las redes sociales, se ha vuelto práctica común entre los gerentes revisar los perfiles que tienen acceso público en Facebook, cuentas de Twitter y de otros sitios Web, para saber más sobre los candidatos de trabajo. Pero muchos usuarios, especialmente en Facebook, tienen perfiles privados, haciéndolos sólo accesibles a un grupo selecto de personas o a ciertas redes.
Las compañías que no piden las contraseñas han tomado otras medidas —tales como pedir a los aspirantes que acepten como amigos a gerentes de recursos humanos o que entren a su cuenta de Facebook utilizando una computadora de la compañía durante la entrevista. Una vez contratados, a algunos trabajadores se les pide que firmen acuerdos que les prohíben hablar de manera negativa sobre un empleador en los medios sociales.
Pedir la contraseña de un candidato es más común entre las dependencias públicas, especialmente aquellas que ofrecen puestos relacionados con hacer cumplir la ley, tales como oficiales de Policía o controladores del 911.
En 2010, Robert Collins retornaba a su trabajo de oficial correccional en el Departamento de Seguridad Pública de Maryland luego de haber pedido un permiso tras la muerte de su madre. Durante la entrevista de restitución le pidieron su nombre de usuario y contraseña, presuntamente para que la dependencia pudiera revisar que no perteneciera a alguna pandilla. Collins se sorprendió de tal requerimiento pero se apegó a la nueva regla.
“Necesitaba el trabajo para proveer a mi familia. Tuve que hacerlo”, dijo.
Luego que la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés) se quejara de la práctica, la dependencia enmendó su política, pidiendo a los aspirantes que entraran a sus cuentas durante las entrevistas de trabajo.
“Pero eso todavía es invasivo. Puedo entender el deseo de querer saber más sobre un aspirante, pero sigue siendo una violación a la privacidad de las personas”, dijo Collins, cuyo caso inspiró la legislación de Maryland.
Todavía el año pasado, la ciudad de Bozeman, Montana, seguía la política de pedir a los aspirantes de trabajo las contraseñas de su correo electrónico, páginas de redes sociales y otras cuentas en línea.
Y desde el 2006, la oficina del alguacil del condado de McLean, Illinois, ha sido uno de varios departamentos de ese estado que piden a los aspirantes que entren a sus cuentas de la red social para ser seleccionados.
El vocero de la oficina del sheriff, Rusty Thomas, defiende la práctica, diciendo que los solicitantes tienen derecho a rehusarse. Pero ninguno lo ha hecho. 'Eso habla bien de los solicitantes', considera Thomas, quien señala que el material que puede hacer descartar a un aspirante inclye fotografías inapropiadas o relaciones con menores de edad u otras conductas ilegales.
E. Chandlee Bryan, autor de "The Twitter Job Search Guide," afirma que los buscadores de empleo deben estar conscientes de lo que ponen en las redes sociales y de que alguien lo va a ver.
Opina que no hay violación de la privacidad al pedir acceso a las cuentas de Facebook y que si alguien quiere quejarse de la compañía que lo contrató, lo adecuado es dirigirse a sus jefes y no publicarlo en las redes.
Asimismo, la gente pasa más tiempo en Facebook que con amigos reales. Un programa llamado Beknown permite acceder a los perfiles personales, como si fueran mensajes en el muro, si una persona que busca trabajo lo permite.
Sears es una de las compañías que acceden a la información en redes sociales. Un aspirante tiene la opción de entrar al sitio Web de la bolsa de trabajo de Sears a través de Facebook al permitir que una solicitud de terceros obtenga información del perfil, como la lista de amigos, por ejemplo.
La portavoz de Sears Holdings Inc., Kim Freely, dijo que usar un perfil de Facebook en lo solicitud permite a Sears estar al día en cuanto al historial de trabajo del aspirante.
La compañía asume “que la gente mantiene sus perfiles sociales actualizados al minuto, lo cual nos permite considerarlos para otros trabajos en el futuro, o para otros puestos que los mismos aspirantes no están enterados que se encuentran disponibles en ese momento”, dijo.
Dar información de acceso a una cuenta personal de Facebook viola los términos de la red social. Pero el peso de esos términos puede ser cuestionado legalmente, y los expertos dicen que la legalidad de pedir esa información no queda del todo clara.
El Departamento de Justicia considera un delito federal el entrar a un sitio de red social violando los términos del servicio, pero durante un testimonio reciente del congreso, la dependencia dijo que tales violaciones no serían perseguidas.
Lori Andrews, catedrática de Derecho en la Facultad de Leyes de Chicago, especialista en privacidad en la red, considera que sí hay violación de privacidad, pues la colaboración 'voluntaria' es coerción si necesitas un trabajo.
Ni Facebook ni Twitter se han pronunciado al respecto.
En NY, Bassett se considera afortunado de poder rechazar un empleo en el que la compañía es intrusiva, pues 'si necesitas llevar pan a la mesa para tres hijos, no puedes darte el lujo de defender tus derechos'.