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ISLAMABAD. 14 de enero.- Ni los contenedores de carga para bloquear carreteras ni el despliegue de 15,000 agentes de la Policía impidieron ayer que decenas de miles de personas tomaran la avenida de la Constitución que conduce al Parlamento para exigir un cambio en el sistema político paquistaní. Al caer la tarde, miles de seguidores del influyente clérigo musulmán Mohamed Tahirul Qadri se concentraron en esta larga avenida, bajo un fuerte dispositivo de seguridad, a la espera de la llegada de la caravana encabezada por el gran líder, que partió el domingo desde la ciudad de Lahore.
La 'marcha del millón' promovida por el islamista moderado Tahirul Qadri (en la foto) en Pakistán llegó hoy a primera hora de la noche a las puertas de la capital, Islamabad, donde unos 50,000 seguidores esperan entre fuertes medidas de seguridad.(AFP)
Desconocido para muchos, este teólogo y jurista paquistaní nacionalizado canadiense ha irrumpido como un torbellino en la escena política paquistaní y amenaza con una "revolución" pacifica para exigir reformas en la ley electoral y acabar con la corrupción en las instituciones.
El doctor Tahirul Qadri es el fundador de Tereek Minhaj –ul- Quran, una organización no gubernamental islámica, devenida en partido, que tiene presencia en más de 70 países. Este prominente jeque paquistaní es autor de una histórica fatwa que condena duramente al terrorismo y los actos suicidas.
Con su eslogan revolucionario: "Pakistán libre de feudalismo", este islamista moderado denuncia que Pakistán ha perdido el tren de la democracia, y exige reformas electorales para la celebración de unos comicios libres y justos, previstas para mayo.
Tras salir el domingo de la ciudad de Lahore (a unos 300 kilómetros al este de Islamabad), los seguidores del hasta hace poco desconocido Qadri llegaron a la principal vía de entrada de la capital y esperan alcanzar la sede del Parlamento a pesar de la prohibición policial. (Hasnain Kazim)
Con su retórica ha conquistado el corazón de millones de paquistaníes cansados de ver cómo las grandes familias se reparten el poder en esta república islámica de 190 millones de habitantes.
"¡Queremos el cambio!", coreaban al unísono miles de manifestantes, ondeando la bandera de Pakistán.
Zisham Ali, estudiante de la Universidad Islámica de Islamabad, asegura que "estamos aquí no para escuchar un discurso político. Hemos venido, muchos de nosotros desde muy lejos, para no movernos de aquí hasta que el Gobierno escuche las demandas del pueblo".
"Queremos una vida mejor, queremos nuestros derechos. Estamos hartos de vivir de las migajas del gobierno. No tenemos gas, ni electricidad, nuestros hijos no pueden ir a la universidad porque no tenemos dinero para pagar la matrícula", denuncia Habib, un taxista de Rawalpindi y padre de familia numerosa.
"Por fin alguien que viene de fuera ha sido capaz de hablar en voz alta para exigir nuestros derechos", exclama Uzman, empleado en un negocio de telefonía móvil. Uzman se refería a la doble nacionalidad de Tahirul Qadri, que ha vivido durante los últimos siete años en Canadá.
No sólo hombres sino también mujeres y niños han participado en la gran marcha contra la corrupción en Islamabad.
"No nos moveremos de aquí hasta cambiar el sistema político. Estamos hartos de políticos corruptos que nos han gobernado desde hace 40 años. Queremos un gobierno islámico e instituciones islámicas como en Egipto. La revolución de la Tahrir empieza ahora en Islamabad", advirtió Yuma, una maestra de secundaria, simpatizante de Qadri. (larazon.es)
"Somos unas 200,000 personas", dijo el domingo a Efe tras abandonar Lahore un portavoz de la formación de Qadri, denominada Tehreek Minhajul Quran (TMQ), y añadió que la caravana incluye más de 50,000 vehículos de todo tipo. El portavoz, Shahid Murselín, afirmó que esperaban reunir un total de tres millones de personas. Fuentes policiales se mostraron escépticas ante esa cantidad, pero rehusaron dar una estimación hasta que la caravana llegue al centro de la ciudad. (Hasnain Kazim)