BERLÍN, Alemania, 13 de febrero.- Muchos periodistas hablaban del Papa, pero solo el alemán Andreas Englisch, su biógrafo, dijo negro sobre blanco que el Pontífice dimitiría. Fue hace casi un año, en abril de 2012. Lo argumentó con rotundidad y una sólida lógica ¿Qué dice hoy Englisch, entrevistado estrella en una larga serie de medios de comunicación? Pronostica desbarajuste en el Vaticano. El peor escenario sería un cisma, dice.

La cuestión es ¿qué será Ratzinger tras abandonar el papado? “Precisamente porque eso no quedaba nada claro, siempre se intentó evitar esa situación”, apunta Englisch refiriéndose a la renuncia papal. ¿Qué pasará con el anillo del papa? El anillo como símbolo de un poder y una misión. “A la muerte del pontífice, siempre se ha destruido. No me imagino que Ratzinger devuelva ahora su anillo”, dice. El papa cesante no tendrá cargo, “pero no dejará de ser papa”, ha dicho Englisch en una entrevista con el portal digital del semanario Der Spiegel.

Benedicto XVI en el consistorio donde anunció su dimisión, el lunes 11 de febrero. En el recuadro, el vaticanista Andreas Englisch, biógrafo del Sumo Pontífice, quien predijo su renuncia, augura que podría producirse un cisma en la Iglesia Católica. (AFP/ Osservatore Romano)

El periodista, de cincuenta años de edad, diez años corresponsal en Roma del grupo Springer, aventura un hipotético escenario de diferencias entre Ratzinger y su sucesor. ¿Qué pasaría si el sucesor dice que la homosexualidad ya no es pecado y el jubilado Ratzinger lo cuestiona?: “lo peor sería la división de una parte de la Iglesia”, dice. Es difícil imaginar a quien, por definición, debe ser un ejemplo de responsabilidad, haciendo de “opositor” a su sucesor tras haber abandonado el cargo voluntariamente, pero ahí está la hipótesis.

Englisch pronosticó el año pasado “un gran acontecimiento” en el papado de Ratzinger. “Será algo que mantendrá varios siglos ocupada a la Iglesia: creo que este papa será el segundo en la historia de la Iglesia en dimitir”, dijo.

Ahora Englisch no duda de la razón alegada por Benedicto XVI para renunciar pero, como tantos otros, apunta también la sobrecarga y la decepción. El periodista define a Ratzinger como “uno de los papas más aislados de la historia”. No se llevaba bien con la curia romana, se sentía “dirigido por sus colaboradores”, atacado por los cardenales, engañado por su ayuda de cámara que le robaba documentos. Y encima los obispos alemanes.

“No se sentía querido por los cardenales alemanes y la Conferencia Episcopal Alemana”, dice Englisch. Su secretario de Estado, Tarcisio Bertone, le era cada vez más hostil. “En El Vaticano hay pocos a los que conozca y en quienes confíe”, explica.

Englisch, que llegó a Roma con una imagen muy crítica de Juan Pablo II y acabó convertido en un admirador del papa polaco, critica a Ratzinger por su posición en el caso del obispo negacionista del holocausto judío, Richard Williamson. Esperaba de él que reconociera la gran deuda de la Iglesia y su fracaso durante la Segunda Guerra Mundial. En lugar de eso, un papa alemán rehabilitó al negacionista, dice el periodista, autor de varios libros sobre Juan Pablo II y de una biografía de Benedicto XVI.

¿Y el futuro? A corto plazo la cuestión es si “los italianos” se saldrán con la suya y lograran recuperar el papado. Su apuesta es que no lo conseguirán. Habrá “una guerra” dice, “una lucha de poder entre los italianos con sus aliados del resto de Europa, y el resto del mundo”. (lavanguardia.com)