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1. Luz amarilla. Es curioso como muchos de los periodistas y opinadores que se encargaron de demoler inmisericordemente la credibilidad del gobierno panista que gobernó Yucatán hasta julio de 2007 y que posteriormente se tomaron varios meses adicionales para terminar de hacer dzic y luego puch ese esfuerzo ciudadano, hoy voltean a ver de nuevo a los azules y les dicen: "no podemos permitir que el PRI e Ivonne ganen Mérida..." "¡Los ciudadanos vamos a quedar indefensos ante la ola roja porque junto con la buena administración meridana barrerá con el tejido social!"
2. Luz verde. Esto viene a cuento por quienes hoy alientan a los que "se están cansando de luchar y a veces se quieren rendir", mirando a ver los despojos de lo que se dieron gusto en destazar durante los larguísimos meses que siguieron a la derrota de Xavier Abreu Sierra. Hoy pontifican desde el escritorio y exigen a una oposición —desinflada por ellos mismos— que salga a dar la batalla por ellos, por los que la sometieron a una brutal e inequitativa carnicería sin piedad. Hay que recordar que los medios de comunicación también son actores. También tienen responsabilidades. Desatan y canalizan ideas que llevan a las comunidades a tomar decisiones a veces acertadas y otras muchas veces incluso contrarias a los intereses de las mismas comunidades, encandiladas con la superficial información que se proporciona. La responsabilidad no es menor. Es mayor en tanto más influencia se tiene.
3. Luz roja. En la medida en que la sociedad y sus universidades e instituciones de análisis sigan abdicando de hacer estudios objetivos, y mientras los organismos civiles renuncien a comparar —con indicadores científicos difícilmente manipulables— los diferentes tipos de gobierno que nos van tocando, los medios y los pontificadores profesionales seguirán manipulando a la opinón pública, según su humor en el mejor de los casos, y según sus intereses en el peor.
4. El cielo . "La perfección es enemiga de lo suficientemente bueno" decía Voltaire. Otros lo han traducido como "lo perfecto es enemigo de lo bueno". La frase aplica perfecto, ahora sí, para la pesadilla de desorden e irresponsabilidad administrativa que vivimos hoy los yucatecos en la era ivoniana. Se desechó y se crucificó por imperfecto a un gobierno ciudadano, el que terminó en el 2007. Los pontífices de la moralidad, dictaminaron desde el púlpito la imperfección y la castigaron. Magnificaron con lupa los lunares y algunas verrugas. Le recetaron a ese cuerpo, bueno pero imperfecto, una quimioterapia de tal magnitud que casi lo deja exánime y fuera de combate. A cambio, resucitaron otro cadáver con maquillaje y rostro nuevo, que rápidamente hizo retroceder mucho de lo bueno logrado por el saliente maltratado por la quimio. ¿No será que lo perfecto está sólo en el cielo?
5. El infierno. Ante el retorno del turbio dispendio y la represión disfrazada, ante el renovado latrocinio sin límites y ante la ambición desbocada e incontenible, quienes recetaron la exagerada quimioterapia quieren ahora, con unas simples palmaditas en el hombro, impulsar al casi terminal enfermo a increíbles heroicidades . "¡Ánimo!", le dicen, "no te canses de luchar", le vuelven a espetar, como si no le hubiesen quitado escudos y armas. Como si no le hubiesen extraído sangrías enormes y causado desproporcionadas hemorragias sobre cada lunar o verruga. Le escurrieron su vital energía. Ahora le piden que sea un titán. La realidad es que aquí en la tierra, todos —incluyendo a los pontífices que exigen a los demás la perfección inalcanzable— todititos somos imperfectos, quizá solamente menos malos unos que otros. ¿Masinó?
6. ¿Purgatorio o limbo?. La victoria cultural se la dieron así los pontífices a quienes, desde siempre, dijeron que el civismo no valía la pena; se la otorgaron a quienes se empeñaron en mostrar que todos y todo "es lo mismo". Por exigir lo perfecto en la tierra, se desechó lo bueno avanzado con muchos sacrificios. Por someter a la inmisericorde lupa magnificadora los lunares de "lo menos malo", hoy los ciudadanos ven los verdaderos tumores con naturalidad, creciendo sin posibilidad de contención alguna. ¿La quimioterapia se agotó en el "tratamiento" al imperfecto pero bueno? ¿El cáncer social gozará de cabal salud porque los médicos decidieron gastar su valiosa y escasa medicina en el imperfecto-bueno? Pronto podremos ver si así termina de suceder. Pero pase lo que suceda, los pontificadores seguirán enseñando desde el escritorio espectador sin remojarse en la batalla. Ellos nunca se equivocan. Seguirán exigiendo perfección, pero condenando en realidad a la sociedad a sufrir lo peor, por no saber aquilatar lo bueno. Lo simplemente, imperfectamente, terrenalmente bueno.
7. Anecdotario clerical. Pocos saben que el sacerdote yucateco José Luis Parra Puerto, recientemente asesinado en la metrópoli, antes de entrar al seminario conciliar estudió medicina en la Facultad de la UADY. Con "Parrita" hubo otro compañero de esa no terminada aventura en las aulas de la avenida Itzáes: también quiso originalmente ser médico "el chino" Jorge Carlos Patrón Wong. Sí, el hoy obispo de Papantla. Luego de un tiempo con los discípulos de Esculapio, Patrón Wong decidió junto con "Parrita" dejar las salas de disección y los laboratorios de fisiología para irse al seminario. Descanse en paz el ex estudiante de medicina. Descanse en paz el médico de almas.