Caracas, 8 de diciembre.- Ocho meses después de asumir la presidencia de Venezuela, Nicolás Maduro, que se autoproclama “hijo” y “apóstol” del fallecido Hugo Chávez (quien gobernó durante 14 años el país), afronta hoy el reto de llenar el vacío que dejó el líder bolivariano, cuya revolución socialista partió políticamente en dos al país, ya de por sí dividido entre ricos y pobres, al poner a prueba su carisma y poder de convocatoria electoral, cuando hoy 19 millones 066 mil 431 electores acudan a las urnas en unas elecciones municipales en las que se elegirán a 365 alcaldes y 2 mil 389 concejales, en momentos en los que la escasez de alimentos, altos niveles de inseguridad, desempleo, pobreza y corrupción afectan a esta nación sudamericana.

La crítica etapa que vive en estos momentos Venezuela hacen recordar el periodo de gobierno del ex presidente Carlos Andrés Pérez (1989-1994), cuando en el país se vivieron duros pasajes de inestabilidad económica, social y política, con un creciente desempleo, denuncias de corrupción y favoritismo para allegados al gobierno y que detonó en masivas protestas en las calles tras la aprobación de aumento en los impuestos y en el precio de los combustibles. Aunque el ex mandatario fue enviado a prisión por el desvío de 17 millones de dólares del presupuesto secreto de la presidencia, el daño ya estaba hecho. El desempleo entre 1993 y 1995 que estaba en 6.9 por ciento se disparó a 11.5 por ciento y la inflación en el mismo periodo se disparó de 4.9 por ciento a 56.6 por ciento, según destacó la cadena CNN.

Nicolás Maduro, pondrá en prueba hoy su carisma ante el pueblo venezolano

REALIDAD.

Aunque la situación parece ser distinta en la actualidad, los problemas que vivía Venezuela hace dos décadas son muy similares a lo que presenta su realidad en este año en el que atraviesa un proceso de inflación vertiginoso, al grado que según sus propias autoridades fiscales, acumula una alza de 45.8 por ciento en lo que va del 2013.

En el sector laboral el desempleo ronda el 6 por ciento, y al menos 60 mil fuentes de trabajo están en riesgo debido a la crisis económica y ajustes que ordenó el gobierno de Maduro.

Sumado a esta problemática, la actual administración arrastra deudas con países aliados de la región. En días pasados representantes de Brasil, Colombia y Panamá llegaron a Caracas para cobrar los pagos atrasados por importaciones de alimentos, bienes manufacturados y otros productos de primera necesidad que no han sido liquidados aún, según información del periódico local El Nacional.

“GUERRA”

Al cumplirse nueve meses de la muerte de Chávez (5 de marzo de 2013), Maduro ha desatado una férrea lucha en contra de lo que llama una “guerra económica”, que según él es la causa de la escasez de alimentos básicos en un 25 por ciento y que fomenta la inflación al 54 por ciento interanual, entre otros problemas.

Sobre el tema, la oposición, encabezada por el ex presidenciable Henrique Capriles, ve la situación de la crisis económica como una muestra más del arbitrario manejo del gobierno, al que califica de corrupto, incompetente y autoritario.

Especialistas políticos en Venezuela aseguran que las elecciones municipales de hoy estarán bajo la lupa regional, ya que están en juego tres factores: uno, el número de alcaldías; dos, los votos que gane cada bando y tres, la disputa por las ciudades más grandes del país, Caracas y Maracaibo, dependiendo el resultado se verá si el gobierno de Maduro va camino hacia un barranco.

OPOSICIÓN. Sin el carisma de Chávez y con una oposición cada día más fuerte que gana el respaldo de miles de chavistas que han visto cambiar su modo de vida y que podrían dar la espalda al gobierno, Maduro tiene en su manos una “papa caliente” que no ha logrado enfriar desde que asumió la presidencia.

Enderezar la economía, dependiente de la renta petrolera y las importaciones, afectada por la inflación, la escasez de alimentos y la falta de divisas; así como una creciente criminalidad, que tiene a Venezuela como el país sudamericano con récord de homicidios, 54 por cada 100 mil habitantes, son algunos asuntos claves que podrían ser detonante para un cambio radical en los ámbitos político y social del país.

La campaña electoral para estas elecciones municipales ha girado en torno a la economía del país, lo que ha provocado acusaciones mutuas entre gobierno y oposición.

Maduro señala a los grupos antigubernamentales como los causantes de desarrollar una “guerra económica”, provocando, entre otras cosas, el desabasto que sufre Venezuela. Asimismo, denunció que gente contraria a su gobierno causó un apagón que dejó sin luz durante varias horas a medio país el pasado 1 de diciembre.

Adoptando la estrategia que usaría el fallecido Hugo Chávez, Maduro solicitó a la Asamblea Nacional poderes especiales mediante la Ley Habilitante, para legislar por un año sin decisión parlamentaria, y tras recibir el visto bueno, en noviembre pasado aprobó dos normas para controlar los precios, márgenes de ganancias y uso de divisas, sin que hasta ahora este método muestre indicios de mejoras para la economía nacional.

INCIDENTES.

En los últimos días de la campaña rumbo a estos comicios, los episodios de violencia no han sido ajenos, y entre estos destaca la quema del vehículo del equipo de Henrique Capriles, presuntamente por simpatizantes de Maduro, un suceso que sigue sin resolver.

De acuerdo con una encuesta der la empresa venezolana Datanálisis, las quejas más comunes de los venezolanos previo a estas elecciones son inseguridad, inflación, escasez de productos básicos y desempleo.

El líder opositor, Henrique Capriles, jefe de campaña de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), llamó en días pasados a los venezolanos a votar masivamente y no dejarse chantajear. “Es el día de levantar a Venezuela o permitir que se siga en picada y camino hacia un desfiladero”.- (La Crónica)