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El maestro Porfirio Granados Burgos, víctima durante un festejo de una salvaje agresión de parte de pelafustanes vinculados presuntamente al Frente Único de Trabajadores del Volante, indicó que analiza con cuidado la posibilidad de proceder legalmente contra sus agresores, al momento de hacer entrega a este semanario de un remitido a la opinión pública donde pone de manifiesto los lamentables hechos que le tocó vivir en días pasados.
Remitido a la opinión pública del maestro Porfirio Granados Burgos
El maestro Granados Burgos recordó que el pasado 29 de julio durante un festejo de aniversario de la novena generación de egresados de la escuela normal rural Gregorio Torres Quintero, sita en San Diego Tekax, fue víctima de una brutal agresión física, al igual que sus hijos y nietos, de parte de un grupo de pelafustanes presuntamente miembros del sindicato de taxistas, durante el festejo que se celebraba en el local social de la referida agrupación.
El veterano mentor refirió que el ágape se verificó en el local social del volante, debido a que uno de los integrantes de su generación al parecer es socio de dicha agrupación y consiguió el local a bajo costo para realizar la convivencia de ex alumnos.
Destacó que los problemas se iniciaron porque uno de sus compañeros se percató que los meseros estaban dando cervezas y comida a un grupo de personas ajenas a la celebración, que se dedicaba a la práctica del beisbol en las inmediaciones del local donde se realizaba el festejo. Al reclamarles a los meseros, éstos dieron cuenta de los hechos a los seudodeportistas y los ánimos se calentaron.
Los beisbolistas comenzaron a bajar las llantas de los vehículos de los asistentes a la reunión, todos ellos personas mayores de 60 años. Precisa el maestro Granados que cuando reclamó los hechos al encargado del local, le malcontestaron y lo insultaron y cuando sus hijos pidieron respeto para su padre, fueron brutalmente agredidos, sin que hubiera nada ni nadie que lo impidiera.
Granados Burgos destacó que la presencia de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública no sirvió de nada, pues los policías aseguraron que por tratarse de un lugar privado, nada podían hacer sin permiso de la administración y en vez de brindar protección a la gente como era su deber, se limitaron a observar los acontecimientos y en cambio detuvieron y esposaron a uno de sus nietos que les recriminó su proceder.
Remitido del maestro Porfirio Granados Burgos
El veterano mentor resaltó que todos los asistentes al convivio fueron testigos de los hechos, que dejan muy mal a los taxistas ante la sociedad y que condenaron lo sucedido.
Los integrantes de la generación 1956-1961 de la escuela normal rural Gregorio Torres Quintero, demandaron en el escrito el justo castigo a los agresores, que pusieron en riesgo la seguridad y la tranquilidad de sus familias y de ellos mismos.