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Mérida, Yucatán, 15 de abril de 2010.- "Si presenta sarro entre los dientes, es indispensable recibir atención de un especialista, que además de efectuar una limpieza mecánica, le enseñe la técnica correcta de cepillado y pautas de higiene rutinarias que debe incorporar a su estilo de vida; de lo contrario, podría llegar a perder la dentadura en poco tiempo", recomendaron especialistas del área de Estomatología del Instituto mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán en el marco de la Semana Nacional de Salud Bucal 2010.
Uno de los problemas bucales más frecuentes es la enfermedad periodontal, que no se encuentra relacionada con la presencia de caries y suele afectar poco a poco los tejidos que rodean y sujetan los dientes a los maxilares. De acuerdo con los expertos, este doloroso padecimiento puede comenzar como una simple gingivitis (inflamación de las encías) y agravarse hasta dañar los tejidos y huesos maxilares, ocasionando que los dientes se aflojen a tal grado que no haya manera de salvarlos.Este padecimiento se origina por una deficiente técnica de cepillado y falta de uso de hilo dental; por consiguiente, se acumula placa dentobacteriana (residuos de alimentos) en el espacio interdental, que poco a poco se endurece o calcifica y cubre el ligamento parodontal (amortiguador entre el diente y el hueso). Por ello, los dientes reaccionan y se separan del hueso.
Los síntomas de enfermedad periodontal son: inflamación, cambio de coloración y sangrado de las encías; retracción (encogimiento) de las encías, lo cual provoca la sensación de que los dientes han crecido y son más largos; los dientes se mueven o aflojan; crece la separación entre los dientes; aumenta la sensibilidad dental, sobre todo al comer algo frío o caliente; sensación de quemazón y dolor de encías; mal aliento y aparición de abscesos (acumulación de material infectado o pus en el centro del diente) y aftas (lesiones superficiales en la mucosa bucal) en la encía.
La frecuencia de esta enfermedad se eleva con la edad: 10% de los casos ocurren en personas entre los 30 y 40 años de edad; cifra que se eleva a 30% entre individuos que rebasan la quinta década. No obstante, la mayoría de los casos tienen antecedentes en edades tempranas, por la falta de hábitos higiénicos adecuados.
En la mayoría de los casos se deberá realizar un raspado y alisado de la zona afectada para que el tejido existente entre la encía y el diente se regenere. En casos graves (cuando la encía ha crecido en forma desproporcionada) se deberá practicar una intervención quirúrgica con anestesia local para retirar el tejido dañado.
Si existe movilidad de alguna pieza dental, es muy probable que deba extraerse; aunque si se atiende a tiempo y todavía existe soporte óseo, podría salvarse la pieza; el éxito del procedimiento depende de la severidad del caso y de características como edad, estado general de salud y fortaleza del sistema inmunológico del paciente.
“El mejor de los tratamientos dentales es la prevención”, señalan los expertos, quienes reiteraron el llamado a toda la población, especialmente a los jóvenes, para que acudan con el dentista al menos dos veces al año. Boletín de la delegación del IMSS en Yucatán.