780 palabras
BEIRUT, Líbano, 9 de junio.- Los observadores de la ONU consiguen entrar a Mazraat al Qubeir (Mazraat al Kabir) y encuentran pruebas de la masacre en que murieron 78 personas.
Los observadores llevaban intentando entrar a esa aldea de la provincia de Hama desde el jueves, cuando fueron retenidos en un puesto de control militar y por un grupo de civiles.
En la población desértica, los fotógrafos de Reuters encontraron cadáveres carbonizados y olor a carne quemada. Más imágenes, abajo.
Según fuentes opositoras, las fuerzas gubernamentales bombardearon el pasado miércoles la aldea de Mazraat al Qubeir, situada a 20 kilómetros al noroeste de Hama, e irrumpieron posteriormente en ella junto a hombres armados vestidos de paisano, matando a 78 personas --la mitad de la población-- e incinerando la mayoría de los cadáveres. No es posible verificar este tipo de informaciones a causa de las restricciones a los medios internacionales.
Los observadores de la ONU ya habían visitado anteriormente la ciudad de Hula, en la que, según fuentes opositoras, las fuerzas de seguridad y los paramilitares del régimen asesinaron a 108 personas, la mitad de ellas niños, el pasado 25 de mayo. El Gobierno sirio ha condenado las matanzas de Hula y Mazraat al Qubeir, que ha atribuido a "terroristas".
La televisión estatal siria, aparentemente informando desde la misma Mazraat al Qubeir, ha interrogado a varias personas que, con los rostros cubiertos, han acusado de la matanza a un grupo de 500 rebeldes. "Apuñalaron a hombres, mujeres y niños, estos es horrible", ha declarado una mujer.
Paul Danahar, corresponsal de la cadena británica BBC, ha dicho que ha estado con el equipo de la ONU en ese pueblo y ha descrito en la red social Twitter las huellas visibles de las escenas de violencia que se vivieron allí.
"Frente a mí hay un trozo de cerebro, en la esquina hay una masa de sangre coagulada (...). La casa más grande de las dos que hay en la colina de Al Qubeir ha quedado destrozada por los proyectiles. El hedor a sangre aún es fuerte", ha explicado. "Por dentro, los edificios están destrozados. La ONU aún no ha encontrado a ninguna persona", ha añadido.
Un observador de Naciones Unidas ha declarado por teléfono a la agencia Reuters que unos residentes de la zona rodearon los coches del equipo de supervisores para impedirles el paso. (Reuters / EP)
De los 78 muertos, unos cuarenta eran mujeres y niños.
Las afueras de una casa. En Siria hay desplegados unos 300 observadores internacionales para supervisar el cese el fuego del 12 de abril, que no se ha cumplido.
Los muros quedaron renegridos por el fuego. El régimen imputa la masacre a terroristas, mientras que los observadores de la ONU consideran, por las características de la tragedia, que son ataques del propio gobierno de al Assad.
Los observadores han asegurado que "en Mazraat al Qubeir no había habitantes, por lo que no pudieron hablar con nadie que pudiera constatar la ofensiva del miércoles". No obstante, han explicado que pudieron ver vehículos armados a los alrededores y algunas casas presentaban daños por cohetes disparados por vehículos armados, granadas y armamento de diverso calibre".
Espectáculo desolador. La misión ha aseverado que sólo el Ejército sirio dispone de armas pesadas. "Las circunstancias que han rodeado a este ataque aún no son claras", subrayan los observadores de la ONU.