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Bangkok, 3 de diciembre.- Los manifestantes antigubernamentales iniciaron ayer lo que ellos bautizaron como asalto final a la sede de la Policía Metropolitana de Bangkok para forzar la caída de la primera ministra de Tailandia, Yingluck Shinawatra.
El líder del movimiento opositor, el ex viceprimer ministro en el gobierno del Partido Demócrata (2008-2011) Suthep Thaugsuban, llamó a sus seguidores a concentrar sus fuerzas en el cuartel policial.
Desde hace tres días, manifestantes, entre los cuales se pudo apreciar algunos monjes budistas, y agentes gubernamentales se enfrentan en una batalla donde los policías intentan dispersar a los inconformes con gases lacrimógenos, cañones de agua y balas de goma.
Los manifestantes respondieron con piedras y explosivos caseros, mientras intentaban quitar las barreras que rodean la sede policial y la Casa de Gobierno en la capital tailandesa.
El Centro Erawan para Emergencias informó en su último informe que 119 personas resultaron heridas durante las escaramuzas, tres de ellos por herida de bala, la mayoría con problemas derivados de la inhalación de gases tóxicos.
La primera ministra Shinawatra informó que no piensa dimitir del cargo tal como le exigen los manifestantes, a los que volvió a ofrecer la salida al diálogo para superar la crisis política.
Yingluck calificó como “inaceptables” y contrarias a la Constitución las demandas del líder de las protestas para que ceda el poder a un consejo popular, después de reunirse ayer con Suthep en un encuentro propiciado por los jefes del ejército.
Los manifestantes acusan al exprimer ministro Thaksin, depuesto en un golpe de Estado en 2006, de manejar los hilos del poder en la sombra.
Al menos tres personas murieron en los enfrentamientos entre seguidores y detractores del ejecutivo el sábado por la noche en torno a la Universidad de Ramkhamhaeng y el estado Rajamangala, en el noroeste de la capital.
Tailandia arrastra una grave crisis política desde el golpe militar incruento que en 2006 derrocó al gobierno de Thaksin.
Thaksin y su hermana cuentan con gran respaldo entre las clases bajas y las áreas rurales del noreste, mientras que gran parte de sus opositores proceden de las clases medias y altas urbanas y de sectores cercanos al ejército y la monarquía.- (EFE)