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SAO PAULO, Brasil, 20 de junio.- Se tapaba la boca cediendo la camiseta, se abrazaba a sus compañeros, les susurraba al oído, sus ojos se tornaban llorosos, no sabía dónde meterse, no quería mirar al terreno de juego, no encontraba qué hacer, era una pila, sus nervios eran tremendos porque restaban segundos para proclamarse hombre del partido, héroe de una nación y estrella mundial, pues su gesta rectificó a una Uruguay que colgaba de la cuerda floja, como la Inglaterra que defraudó sin merecimiento alguno en el segundo y crítico duelo del Grupo D, el de la muerte, donde la derrota dejaba las cosas más que complicadas al perdedor. Luis Suárez, lesionado y sustituido, aguardaba en el banquillo al pitido final. Llegó y la Celeste, que depende de sí misma para clasificarse a la siguiente ronda, doblegó in extremis a la tropa de Roy Hodgson, ayer nada que ver con la que se midió a Italia. El Conejo, en su debut en el Mundial -no jugó ante Costa Rica-, operado del menisco hace un mes, materializaba el rescate y era alzado a hombros. Uruguay ganaba 44 años después a una selección europea en un Mundial.
Los nervios infundidos por la necesidad de ambos combinados maniataron el encuentro durante la primera mitad y prácticamente todo el encuentro, donde apenas se vieron jugadas trenzadas. Ni ingleses ni uruguayos consiguieron imponerse. Nada de fluidez. Ninguno quiso asumir riesgos y los balones largos invadieron el juego. La pausa estaba ayer exiliada y las precipitaciones propiciadas por la presión de ambas escuadras eran una tónica. De hecho, a medida que avanzaron los minutos el empate parecía inamovible, hasta que Cavani se inventó un centro exquisito. Mantuvo la pausa, aguardó a que Luis Suárez lanzara el desmarque y le puso el balón en la cabeza, a escasos metros de Hart, para que El Conejo, que había ganado la espalda a Jagielka, rematara cruzado de cabeza donde el guardameta inglés no llegó: 1-0.
El gol plagó de obligaciones a Inglaterra, que ni con esas encontró camino hacia el peligro. Sólo Rooney, hombre monopolio, contó ocasiones para los ingleses, una de ellas, enviada a la cruceta en el minuto 31, poco antes del primer tanto de Suárez en el 39. La anterior de Rooney, un disparo de falta directa. Inglaterra no se encontraba a sí misma y su medio del campo, con Gerrard y Henderson, dejaba que desear en cuanto a creatividad.
El segundo acto comenzó con susto para el plantel inglés, que a punto estuvo de encajar un gol olímpico tras un córner sacado por Suárez, omnipresente. Cavani, seguido, erró un mano a mano con Hart. Minutos que pudieron ser de condena para Inglaterra, que encontró respuesta en Rooney, el acaparador. La ocasión más clara la estrelló contra Muslera.
Tocado el minuto 60, Inglaterra acumulaba poco más de 300 pases; Uruguay, alrededor de 150, pero más eficaces, como demostraba el marcador. El elenco de Óscar Tabárez trató de frenar las ofensas calentando el partido, golpe a golpe.
Así, Sturridge, poco participativo por cuestión ajena, por falta de combinaciones, arrancó una jugada con una preciosa maniobra que le hizo driblar a dos rivales, pasó a Johnson y este asistió a Rooney, que, imantado, quedó presto para empujar. Por fin pudo marcar. Corría el minuto 75. Inglaterra revivía.
Pero entonces sucedió lo mismo que supuso para el Liverpool perder la Liga inglesa en el último partido. Gerrard, colmado de mal fario también ayer, peinó un saque de puerta de Muslera e involuntariamente dejó a Suárez, libre de marca, asistido para anotar el segundo tanto uruguayo en el Arena Corinthians. La defensa descolocada y Hart nada pudieron remediar. El Conejo la reventó. No daba crédito. Llegar, ver y vencer. Acto seguido cayó lesionado. Pero su labor estaba fraguada. Decisiva en el minuto 85.
Inglaterra no tuvo reacción. Fundamental para una Uruguay que depende de sí misma, de lo que haga frente a Italia en la última jornada de la fase de grupos. Sigue la agonía, pero hay vida. Mientras que los ingleses esperan a hoy mordiéndose las uñas, pues si Italia y Costa Rica se reparten puntos, el rumbo es el de regresar a casa. Sólo el rebote da el pase a un equipo que se desdibujó. Un Conejo letal, fuera de la madriguera, se cruzó en su camino.
URUGUAY: Muslera; Cáceres, Giménez, Godín, Pereira; González (Min. 79, Fucile), Arévalo Ríos, Lodeiro (Min. 68, Stuani), Cristian Rodríguez; Luis Suárez (Min. 87, Coates) y Cavani.
INGLATERRA: Hart; Johnson, Cahill, Jagielka, Baines; Sterling (Min. 64, Ross Barkley), Gerrard, Henderson (Min. 87, Lambert), Welbeck (Min. 71, Lallana), Rooney; y Sturridge.
Goles: 1-0: Min. 39; Luis Suárez. 1-1: Min. 75; Rooney. 2-1: Min. 85; Luis Suárez. Árbitro: Carlos Velasco Carballo (ESP). Amonestó a Godín por Uruguay, y a Gerrard por Inglaterra.
Incidencias: Unos 62,000 espectadores en el Arena Corinthians de Sao Paulo. (Agencias)